En un alto en su gira por el sur del país, el líder de la “ola morada” dice que a pesar de la popularidad obtenida con los ataques mediáticos hubiera preferido no afrontar esa situación y destacar por sus propuestas. Es partidario de renegociar el contrato de gas de Camisea y revisar el Gasoducto del Sur.
La última encuesta de CPI lo coloca en el segundo puesto con el 18,3%. ¿Cuál es su lectura de ello?
Primero, los peruanos ya no se dejan manipular como antes. Todo el mundo sabe de todos. Sabe cuándo los ataques son ciertos y cuándo no. En segundo lugar, me alegra que hayamos crecido bastante.
¿No cree que la mediatización respecto a si se aceptaba o no su candidatura, lo ha ayudado?
La verdad, no lo sé. Nunca vamos a saberlo. Pero si tú me preguntas si yo hubiese querido estar en esta situación, yo te respondería que no.
Pero eso ha abierto la posibilidad de advertir que detrás hay una campaña bien montada para beneficiarlo a usted y desplazar a los demás candidatos.
Tantas historias se tejen pero, la verdad, yo no les hago caso.
¿Qué está haciendo para que la campaña sea de propuestas?
En realidad, comenzó así. Nuestra campaña se distinguió de las demás porque de lo único que yo hablo es de propuestas… Me concentré solo en propuestas. Tenemos un plan de gobierno de 242 páginas que está lleno de propuestas.
¿Cómo les asegura a Puno y al sur del país que se garantizan sus derechos y recursos naturales?
Con propuestas concretas. Primero la descontaminación del lago Titicaca, y los daños por la minería informal.
Los recursos naturales no solo están referidos a la minería informal, sino también a quién se les permite explotar los recursos del subsuelo, y ahí se requiere transparencia...
Creo que antes de explotar, es la gestión de la conflictividad. Muchos creen que los conflictos sociales siempre se deben a la misma causa, pero no es así. Cada conflicto es distinto. Hay comunidades que no están interesadas en los derechos del subsuelo. Hay otras que no quieren el proyecto minero y otras sí quieren minería. Crearemos el Sistema Nacional de Gestión de Conflictos Sociales.
Hay comunidades que no quieren ningún proyecto minero...
En ese caso, lamentablemente el Estado no puede imponer ningún proyecto a los peruanos. La vida de ningún peruano vale ningún proyecto. Pero soy optimista porque he revisado las estadísticas. De todos los proyectos, solo el 6% tiene conflictos sociales.
Cajamarca ha dicho “Conga no va”. ¿Respetará esa decisión?
Yo lo que creo es que el problema es de credibilidad, al igual que Tía María. Un nuevo gobierno tiene que hacer el intento por construir confianza. Si ese proceso de esfuerzo, de diálogo, al final resulta, qué bueno. Y si no resulta, el Estado no lo va a imponer.
¿Y sobre Tía María?
Igual. Iremos a un proceso de diálogo, que creemos que sí lo vamos a lograr. Pero en el caso que no se pueda lograr a mí no me parece sensato que venga el Estado a imponer por la fuerza lo que los peruanos no quieren.
¿A quiénes se refiere llamando ‘dinosaurios’?
El ‘dinosaurio’ es un estado mental. Significa tener una mentalidad del siglo XIX. Una persona que cree que el Perú se va a desarrollar sobre la base de los recursos naturales. De pensar que la gran inversión en la extracción es lo que va a llevar al futuro... Esos son dinosaurios. Los valores del siglo XXI son la educación, el respeto a los valores de todos.
¿Es consciente de que si es elegido gobernará con leyes y formas de los ‘dinosaurios’?
El 100 % de la clase política no son dinosaurios…
¿Con qué respaldo social pretende hacer cambios que el Perú profundo espera?
Los políticos han cometido un gran error al subestimar la movilización social. Las grandes reformas no solo las pueden obtener en diálogos en el Congreso, sino también movilizando a las personas... En el Perú, el candidato llega al poder y se olvidó de sus bases.
¿Qué hará cuando ese gran debate demande la renegociación del contrato del gas?
Escuchar y dialogar, que es algo que en el Perú no se hace.
¿Está de acuerdo con la renegociación del contrato del gas de Camisea?
Estoy a favor de la renegociación… Yo comparto la posición según la cual el Perú, cuando firma cualquier acuerdo, tiene que respetarlo, así el acuerdo no sea bueno; porque tiene que respetarlo, porque tienes que mostrar al mundo que tú eres un Estado serio. A eso, hay dos excepciones: una, es cuando las dos partes se benefician; la otra excepción es cuando alguna cláusula del contrato no se cumple. El gas de Camisea, para mí, está dentro del primero de los casos. Por eso estamos a favor.
¿Revisará el contrato del Gasoducto del Sur?
Hay un tema particular: la posibilidad de que el proyecto no pueda ser financiado, y ahí, en la cláusula del propio contrato, dice que el Estado tiene otras salidas. Nuestro equipo de gobierno dará la salida.
¿Que lo diferencia de los demás candidatos?
Primero, nuestro enfoque. Nosotros tenemos un enfoque de modernidad, de progreso, que te dice que la única forma de progresar es con una revolución educativa. En los últimos 30 años nos hemos concentrado en la industria extractiva, creyéndonos que eso nos va a llevar al progreso.
No cree que eso lo tiene que obligar a precisar si ideológicamente está acorde con la política neoliberal del fujimorismo?
No. Nosotros somos una propuesta de centro, equilibrada. El punto medio.
¿Qué es el punto medio al hablar de los recursos del Estado?
Los de extrema izquierda están equivocados cuando creen que la fricción social del Perú es la lucha de clases, y los de extrema derecha también. La gran fricción social del Perú hoy es una enorme masa emergente que no encuentra un espacio en nuestra sociedad.
¿Es candidato del gobierno?
Tantas veces hemos respondido a esos ataques. La verdad ya no estoy sorprendido de las cosas que hacen y crean.
No queda claro cómo llegó al gobierno y eso fortalece la idea
A veces los medios quieren entender lo que quieren... Mi llegada al gobierno fue como un técnico. Cuando el presidente Humala gana las elecciones no tenían cuadros técnicos y pide al BID asistencia técnica y así llego a ayudar en la transición. Kurt Burneo me ofrece ser viceministro. Luego Juan Jiménez me invita a ser parte de la PCM.