2015 fue un año muy positivo para la industria energética nacional, que sumó un inesperado aumento de la oferta -gracias a la entrada de nuevas centrales ERNC- además de una mejora en los niveles de lluvia.
Una combinación que, sin embargo, tuvo algunos damnificados, como fueron los terminales de GNL.
Durante el segundo semestre del año pasado, el terminal GNL Quintero un total de 15 buques, cifra sólo comparable con la del segundo semestre de 2010 cuando el servicio recién se estaba poniendo en marcha.
A la vez, la entrega de gas por gasoducto, de acuerdo con las estadísticas del terminal ubicado en la región de Valparaíso, llegó a 1.074 millones de Sm3 (metros cúbicos estándar), la cifra más baja desde que el terminal está siendo utilizado.
Según fuentes de la industria, esto obedece a dos razones: la primera, un cambio en la distribución de los requerimientos durante el año, pues así como el segundo semestre mostró volúmenes menores a los de los últimos períodos, los primeros seis meses del año anotaron un nivel históricamente alto, con 25 buques, algo nunca visto.
Esto da cuenta, plantean en el sector, de la flexibilidad que pueden ofrecer los terminales de GNL al contar con estanques de almacenamiento.
En otras palabras, los terminales de gas que no cuentan con estas estructuras deben despachar el gas inmediatamente después de arribado, lo que obliga a utilizarlo apenas se recibe. Por el contrario, GNL Quintero, que cuenta con dos anques de 56 metros de altura y 80 de diámetro, que permiten almacenar hasta 160 mil metros cúbicos brutos cada uno, puede almacenar hasta 20 días de entrega a plena capacidad, almacenando hasta 334 mil m3.
Otro aspecto que refleja la flexibilidad con que opera la industria es que en los últimos meses han sido derivados algunos barcos que tenían programado descargar en Quintero, pero que dada la situación de menor demanda en el país pudieron ir hacia otros destinos.
Dado que los operadores del terminal de Quintero cuentan con contratos de largo plazo, el gas que se desvía a otros mercados lo hace a mejores precios, pues los clientes deben pagar el precio spot.
La menor demanda se explica además por dos razones: el consumo de electricidad durante la segunda mitad del año fue inferior a lo proyectado, lo que a la vez se relaciona con un descenso de la actividad económica. En segundo término, la recuperación relativa de la hidrología, tras casi cinco años de sequía, permitió aumentar la participación de las centrales hidroeléctricas, que tienen un menor costo.
Por contrrapartida, el despacho de gas natural licuado mediante camiones ha alcanzado un nivel récord de 209 mil m3 durante el segundo semestre, dando cuenta de un cambio en la configuración del negocio abarcando clientes industriales.
Esto, porque inicialmente de los socios del terminal sólo ENAP realizaba este negocio, sumándose con el tiempo los demás propietarios de la infraestructura.