Iberdrola presentará mañana los resultados logrados en el pasado año y su plan estratégico para el periodo 2016-2020. Se prevé una hoja de ruta ambiciosa en la que, sin embargo, quedará confirmado que Europa, y sobre todo España, es ya un mercado maduro para la que es la gran apuesta del sector energético: las renovables.
Al otro lado del Atlántico, la situación es muy diferente, especialmente en lo que concierne a Estados Unidos. Por ello, la filial estadounidense de la eléctrica, Avangrid, ya anunció una inversión en el entorno de los 8.700 millones de euros para el desarrollo de energías verdes en la primera potencia económica del mundo.
El momento no podría ser más propicio, en la medida en que el presidente Barack Obama ha establecido como una de las prioridades de su último año al frente de la Casa Blanca la reducción de las emisiones contaminantes, en un 32% antes de 2030. Y, más allá de los planes presidenciales, lo cierto es que las renovables aún tienen mucho potencial debido al retraso que acumula su desarrollo dentro de ese territorio, en el que la heterogeneidad legislativa actuó como lastre; en el que no hubo una estrategia de crecimiento planificada y que, además, es completamente virgen en ámbitos como la energía eólica mar adentro.
Pero, sobre todo, la fuerte apuesta de Iberdrola por EEUU supondrá un salto cualitativo para la propia eléctrica, ya que toda apunta a que logrará arrebatarle a Next Era el primer puesto como productor de renovables en ese país. Esa primacía, en uno de los mayores mercados energéticos del mundo, constituiría el broche a a la brillante evolución de Iberdrola en el exterior, que ya le ha otorgado el liderazgo en renovables a escala global.
Para no defraudar a los analistas, Iberdrola deberá aumentar su beneficio un 20,6% entre 2015 y 2018, hasta superar los 2.900 millones. La eléctrica presenta mañana sus resultados de 2015 y su plan estratégico para el periodo 2016-2020 y, de cumplir con las estimaciones de los expertos, la compañía presidida por Ignacio Galán alcanzaría en 2018 un nuevo récord de beneficio, al rebasar los 2.871 millones de euros que obtuvo en 2010. Respecto al ebitda (resultado bruto de explotación), el consenso espera que se sitúe en los 8.500 millones en 2018, es decir, que aumente más de un 16% en el trienio.
En los próximos años veremos, en opinión de fuentes del mercado, cómo la compañía refuerza su presencia exterior en detrimento del negocio español, que a día de hoy aporta aún un 48% del ebitda. Todo ello, dentro del objetivo de Iberdrola de convertirse en líder mundial en energías renovables.
Luis Padrón, de Ahorro Corporación, señala que las opciones de crecer en el mercado doméstico son "prácticamente nulas" y que la exposición a este país se irá reduciendo "progresivamente" en los próximos años. Y esto constituye, en su opinión, una ventaja para Iberdrola en un entorno como el actual, en el que el riesgo político puede penalizar a compañías muy expuestas a España, como por ejemplo Endesa. Por otro lado, Padrón no comparte las previsiones de ganancia del consenso; cree que en 2018 Iberdrola habrá recuperado el beneficio de 2012, no el de 2010.
La compañía no desglosa sus resultados por áreas geográficas, pero el consenso de analistas que recoge Bloomberg estima que, más allá de ese 48% español, el 24% del ebitda del grupo ya procede de Reino Unido y un 18% de Estados Unidos. Brasil y México aportarían cerca de un 5% y un 4%, respectivamente.
El crecimiento del grupo, según explica Ángel Pérez, de Renta 4, procederá principalmente de Reino Unido y Estados Unidos, donde crecerá en Redes (división que incluye la distribución y el transporte de electricidad); en EEUU y Latinoamérica lo hará en Renovables (área dedicada fundamentalmente a la energía eólica); y en México en Generación (que comprende el resto de tecnologías de generación: hidroeléctrica, nuclear, carbón...).
Hace sólo un par de meses que Iberdrola sacó a bolsa su filial Avangrid en EEUU. La compañía dio a conocer este lunes su plan estratégico, que incluye una inversión de 9.600 millones de dólares. Será bajo la denominación de Avangrid, y no bajo el nombre de Iberdrola, como el grupo crezca en el país norteamericano.
¿A qué ritmo mermará la generación de ingresos en España? En opinión de Felipe López-Gálvez, de Self Bank, lo hará de forma "muy progresiva". Aunque el español sea un mercado maduro, "países emergentes en los que Iberdrola ha ido ganando peso, como México o Brasil, no están pasando precisamente por una buena situación económica". Ángel Pérez, de Renta 4, estima que en 2018 todavía más del 44% del ebitda de Iberdrola procederá de nuestro país.
El analista de Self Bank explica que el principal riesgo al que se enfrenta la compañía es el de la regulación. "En dos de sus principales mercados (España y Estados Unidos) hay altas probabilidades de cambio de Gobierno. En España, además de la incertidumbre regulatoria que tanto le perjudicó en años anteriores, existe la amenaza de unos mayores impuestos para las grandes empresas", agrega. Pérez apunta que en los programas de los partidos que están tratando de formar Gobierno se incluye el desmantelamiento de centrales nucleares, "algo que, sin duda, afectaría a Iberdrola".
Los analistas prevén que, una vez finalizado el plan estratégico que Iberdrola está a punto de presentar (es decir, más allá de 2020), las energías verdes tengan un peso aún mayor en la producción del grupo, "y se espera que el marco regulatorio ayude a este crecimiento", apostilla López-Gálvez, que añade: "Esto no va suceder sólo en Iberdrola. La tendencia es claramente favorable a las energías limpias y a esta manera de pensar se están sumando países emergentes que en su momento dejaron en un segundo plano las cuestiones medioambientales y que ahora se pueden permitir apostar por ellas".
Este analista agrega que el contexto de bajos tipos de interés "aminora los costes financieros, así como la predisposición de bancos e inversores a conceder préstamos a una de las pocas empresas que puede presumir de tener una calificación crediticia incluso mejor que la de la deuda pública española".
Uno de los aspectos del plan estratégico que se han ido filtrando es que previsiblemente la compañía mantendrá su ritmo de inversión anual de 4.000 millones de euros dirigidos a mercados estratégicos como Estados Unidos, Reino Unido o México, una cifra que se creen los analistas consultados.
El consenso espera que Iberdrola eleve su dividendo a 0,29 euros por título en 2016 y 2017 desde los 0,27 euros previos, y que alcance los 0,32 euros en 2018. La compañía utiliza desde 2010 el scrip o pago en acciones -que resta valor al accionista al diluir su participación en la compañía- y el miércoles deberá confirmar si sigue utilizando o no esta fórmula.