Entre 2011 y 2015, Estados Unidos puso cuatro millones de barriles de petróleo al día en el mercado gracias al desarrollo de las técnicas del fracking. Supuso el 83% del incremento neto acumulado de la oferta de petróleo mundial y conseguir la independencia energética.
El país puso patas arriba el sector mundial, obligando a Arabia Saudí a emprender una guerra por la cuota mercado. El reino vio amenazada su hegemonía mundial con un petróleo a cien dólares que provocaba que sus grandes rivales Estados Unidos y Rusia pusieran al máximo su capacidad de bombeo ante las grandes rentabilidades que ofrecía el crudo. Riad permitió que el mercado mundial se saturara de petróleo para provocar un shock en los precios y sacar del mercado a competidores que necesitaban un precio elevado para mantener su capacidad.
La ventaja competitiva de Arabia Saudí es clara la extracción de petróleo sigue siendo rentable, incluso por debajo de los 20 dólares, mientras en el caso de Rusia y Estados Unidos necesita que esté por encima de los 60 dólares. La contienda se está alargando casi dos años y todavía no está claro los vencederos y perdedores, y la gran incógnita es que capacidad de resistencia tendrá la industria estadounidense.
Desde su último nivel máximo de 9,6 millones de barriles día en junio de 2015, la producción de petróleo de EEUU ha ido disminuyendo gradualmente hasta situarse en 9,1 millones en septiembre y desde entonces se ha estabilizado en 9,2 millones de barriles día. Se esperaba una mayor caída de la producción pero está resistiendo mejor de lo previsto.
"Esta solidez puede explicarse por el descenso de los precios de equilibrio en un mercado privado muy competitivo, apoyado por un sólido marco institucional. En algunos casos, los operadores muy apalancados siguen produciendo y vendiendo petróleo para pagar la de mientras que otros recortan los dividendos o aumentan su dependencia de fondos propios en vez de la deuda", explica un reciente informe BBVA Research.
Los operadores están manteniendo la producción y utilizan tecnologías avanzadas como imágenes sísmicas en 3D, la perforación de pozos a partir de otros existentes (pad drilling) y la fracturación simultánea y consecutiva (técnica "zipper frac") para mejorar la perforación y la finalización. Ciertas zonas están registrando un aumento de la actividad pese a los precios bajos del petróleo. La producción de pozos nuevos por plataforma petrolífera ha aumentado entre un 12% en Haynesville y un 83% en Utica en los últimos 12 meses.
Los productores se han adaptado con rapidez al nuevo entorno ajustando los costes y aprovechado la eficiencia que le ofrece la industria auxiliar que se ha generado alrededor del fracking. Un reciente informe de Goldman Sachs afirmaba que se han reducido los costos de perforación y finalización en casi un 30%, haciendo posible que proyectos fueran viables por debajo de los 40 dólares. En diciembre de 2015, la producción creció en los yacimientos de Permian y Utica con respecto al año anterior, pero se contrajo en los yacimientos de Bakken y de Eagle Ford, destaca BBVA.
Para los expertos es difícil valorar el futuro de la producción en Estados Unidos por los precios de equilibrio varían considerablemente entre los distintos yacimientos de esquisto y las distintas empresas, lo que implica unos resultados muy heterogéneos. Los pronósticos del equipo de BBVA Research es que durante la segunda parte del año se produzca una rápida reducción de las plataformas petrolíferas activas con una caída de la producción de crudo de un millón de barriles día en los próximos 12 meses. Lo que supondría que el equilibrio entre la oferta y la demanda en el mercado se acercaría, aunque la Agencia Internacional de la Energía calcula que el excedente de oferta supera los dos millones de barriles día.
En el documento también se destaca la debilidad financiera de las empresas dedicadas al fracking que incidiría en la pérdida de capacidad. En 2015, 41 empresas se declararon en quiebra, con una deuda total estimada de 16.700 millones de dólares. "Algunos bancos grandes están aumentando los fondos de cobertura y reduciendo las líneas de crédito a medida que cae la restitución de las reservas y los precios futuros caen por debajo de las bases de endeudamiento".
Según un estudio de la firma auditora y consultora Deloitte, cerca de un tercio de los productores petroleros corre un alto riesgo de quebrar este año, debido a que el bajo precio de las materias primas complica su acceso al capital y su capacidad para reducir su deuda. Las cerca de 175 compañías en riesgo de quiebra tienen más de 150 millones de dólares de deuda, mientras el decreciente valor de las ofertas secundarias de acciones y de las ventas de activos dificulta aún más su capacidad de generar dinero.