Problemas operativos y ambientales están complicando a la única mina de cobre operada por japoneses fuera del país del Sol Naciente. Y el yacimiento está en Chile: Minera Caserones, ligada a los conglomerados Mitsui y Nippon Mining y que fue inaugurada a mediados del 2014, no ha logrado estabilizar su producción ni alcanzar la capacidad para la cual fue diseñada, traduciéndose ello en una pérdida para la firma minera de US$ 110 millones en 2015 y una pérdida financiera y contable para sus inversionistas de US$ 690 millones en Japón.
Por si fuera poco, anota altos costos, US$ 1,88 por libra como cash cost , que en un contexto de cotizaciones bajas del cobre -que en lo que va del año promedia US$ 204 por libra- complican más el escenario. Y tiene una baja ley de mineral, de solo 0,34%, menos de la mitad del promedio nacional.
La mina, que se llamaba originalmente Regalito, se emplaza a más de 4.600 metros de altura en la Tercera Región, en un área donde predomina la mediana minería y a la que llegó a dinamizar la economía regional, en un momento en que Atacama sufrió la cancelación de varios megaproyectos.
Caserones llegó a contratar a más de 12 mil personas en la obra, y en palabras del presidente de la Corporación para el Desarrollo de la Región de Atacama (Corproa), Daniel Llorente, "hoy, que ya está operando, es el foco de un movimiento económico importante para Atacama, que es una región muy disminuida en donde se han parado muchos proyectos de inversión, desde las centrales eléctricas Barrancones, Castilla, Punta Alcalde, hasta otras industrias como Agrosuper, en Freirina, o las mineras El Morro o Relincho", recuerda.
Una luz de alerta de los inconvenientes que vive Caserones ocurrió a mediados de la semana pasada, cuando dejó la empresa el gerente de operaciones, René Oliva, ex gerente de Mina de Chuquicamata (de Codelco) y un profesional con más de tres décadas de experiencia en la industria.
Uno de los problemas más urgentes de la compañía es aumentar la producción y estabilizarla. Caserones -que inició su operación en la segunda mitad de 2014- tenía previsto producir 150 mil toneladas de concentrados de cobre al año durante el primer lustro de operación y luego, quedarse en 110 mil toneladas de concentrados anuales en los siguientes 23 años. Pero en 2015, debido a las dificultades de alcanzar su capacidad de diseño, la mina estableció una meta interna menor, de 63.800 toneladas. Y aún así, finalmente, solamente se produjeron 46.700 toneladas de concentrados en el yacimiento, solo 31% de su capacidad de diseño.
Adicionalmente, elabora 30 mil toneladas de cátodos mediante el proceso de lixiviación, meta que sí ha cumplido.
Además, Caserones ha tenido que enfrentar varios problemas ambientales (ver recuadro) y de hecho -confidencian diversas fuentes ligadas al proceso-, se espera que la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) le formule cargos en los próximos meses por el funcionamiento de su tranque. La empresa ya fue multada en marzo de 2015, por $7.620 millones, por 17 infracciones a la resolución de calificación ambiental, 8 de ellas graves y 9 leves, vinculadas a obras eléctricas y suministro de aguas.
Caserones es controlada en un 100% por Lumina Copper, controlada a su vez por el consorcio Pan Pacific, donde aguas arriba están Nippon Mining y Mitsui. Tan importante es esta explotación para Japón que a la ceremonia de inauguración, realizada el 30 de julio de 2014, concurrió el Primer Ministro de ese país, Shinzo Abe, además de la ministra de Minería, Aurora Williams. Clave en la concreción de esta iniciativa fue la voluntad de las compañías japonesas socias de contar con una inversión operada por ellos. Las firmas niponas tienen una larga experiencia en Chile, como accionistas minoritarios en las principales empresas mineras que operan en el país.
Con distintas razones sociales y sumando otros accionistas, estos conglomerados son socios en diversas faenas que operan en Chile. Están con BHP Billiton en Escondida, la mayor mina privada de cobre del mundo. También en Collahuasi, donde están aliados a Anglo American y a Glencore, y en las compañías mineras del grupo Luksic.
Eso explica por qué en medio del complejo momento, este martes 16 de febrero, el embajador de Japón en Chile, Naoto Nikai, fue a Copiapó y subió hasta la faena, en la alta cordillera, para darle un espaldarazo a Caserones. En la oportunidad, Nikai dijo que esta minera refleja la importancia y la estrechez de los lazos entre Chile y Japón, y destacó que "su implementación fue llevada a cabo por capitales 100% japoneses y fue un esfuerzo de todo el país".
"El concentrado de cobre que se produce en Caserones llega a ocupar casi el 10% de la importación total del Japón, y se espera que contribuya al abastecimiento estable de los recursos de cobre para Japón por un largo plazo. Del mismo modo, por su envergadura, pensamos que también contribuirá seguramente al desarrollo de la economía chilena", señaló el diplomático.
"El concentrado de cobre que se produce en Caserones llega a ocupar casi el 10% de la importación total de Japón".Naoto Nikai, embajador de Japón.
Caserones, que pertenece a las firmas japonesas Pan Pacific Copper Co. y Mitsui & Co., registró pérdidas por "110 millones de dólares" y una merma "financiera para sus inversionistas de 690 millones" en Japón, según un informe enviado a la Superintendencia de Valores y Seguros deChile.
Las negativas cifras se explican por "dificultades y ajustes, que impidieron que Caserones alcanzara la capacidad nominal de operación", explicó Ricardo López, presidente ejecutivo de la Minera Lumina Copper Chile, controlador del yacimiento y representante del conglomerado japonés.
La producción de Caserones alcanzó en el 2015 a 46.700 toneladas de cobre anuales, un 31% de lo estimado por la empresa, que debía llegar a las 150.000 toneladas.
A esto se suma el desplome del precio del cobre en el mercado internacional, que golpeó a todas las mineras instaladas en Chile, país considerado el mayor productor de cobre con el tercio de la producción mundial.
En contraparte, las ganancias de Caserones fueron de 122 millones de dólares el año pasado.
El yacimiento es clave para el desarrollo de Japón, ya que su producción copa el 10% de la importación de cobre del país asiático. Su importancia es tal, que la mina fue inaugurada por el primer ministro japonés Shinzo Abe durante su visita a Chile en julio de 2014.
"Se espera que (Caserones) contribuya al abastecimiento estable de los recursos de cobre para Japón por un largo plazo", dijo Naoto Nikai, embajador de Japón en Chile, durante una visita al yacimiento el martes pasado.
La directiva de la minera mantiene su plan de producción para el 2016 y espera alcanzar la meta de las 150.000 de toneladas anuales.
Caserones se encuentra en la región de Atacama (800 km al norte de Santiago) a 9 km de la frontera con Argentina, a 4.600 metros de altura.