La caída en el precio de las materias primas tiene complicadas a todas las faenas que operan en Chile, aunque unas más que otras. Ese es el caso de las últimas minas que entraron en operación en el país, que deben luchar por disminuir sus altos costos y alcanzar los niveles de producción de diseño.
Un de ellas es Sierra Gorda, ubicada en la Región de Antofagasta, y que es propiedad de la estatal polaca KGHM (55%) y la japonesa Sumitono (45%). Al tercer trimestre de 2015 la faena registraba una pérdida por US$ 131 millones, sumado a una pérdida por deterioro del activo de US$ 800 millones, según informó la nipona
Escenario adverso que tiene preocupado al gobierno polaco, controlador de KGHM. En noviembre asumió al mando del gobierno el conservador partido Ley Justicia (PiS), quienes no ven con buenos ojos inversiones millonarias de la empresa en el exterior.
De hecho, el ministro de Hacienda, Dawid Jackiewicz, señaló a medios polacos hace algunas semanas que “espero que el directorio de supervisión revise las inversiones en el extranjero realizadas por KGHM, particularmente la de Chile, evaluando su validez, porque tenemos algunas dudas”, señaló.
Sierra Gorda es hasta ahora la mayor inversión del grupo en el exterior, que en la primera fase requirió US$ 4.200 millones aproximadamente. Fuentes de la industria comentan que, incluso, no se descartaría una desinversión de los polacos en la mina, aunque dada la actualidad del mercado es imposible que recupere lo desembolsado por el proyecto. Otras fuentes al tanto dicen que el gobierno polaco habría dado un “ultimatum” para mejorar los resultados o, de lo contrario, salir del país.
Eso sí, señalan que en ningún caso se contempla el cierre parcial de la mina, sino que el gobierno europeo habría pedido a la administración la aplicación de un plan de reducción de costos para que mejore sus números.
Con la necesidad de disminuir sus costos radicalmente -los que se ubicaron a septiembre en US$ 2,44 la libra- la mina inició una segunda fase de despidos, que se suma a los ya anunciados en noviembre.
Según comentó el presidente del sindicato N° 2 de Sierra Gorda, Humberto Vidaurre, la administración les comunicó el martes que despedirá al 5% de la dotación, equivalente a 50 trabajadores, entre operarios y administrativos.
Esto se suma a la disminución del 8% en su dotación ya comunicada por Sierra Gorda. Así, en total serán desvinculadas 150 personas en cuatro meses.
Pero las tensiones no terminan en lo laboral. Según comentan conocedores de la industria, existió tensión entre KGHM y Sumitomo por los malos resultados del yacimiento.
De hecho, a comienzos de semana los socios se reunieron para discutir el funcionamiento actual de la mina y sus desafíos. Informaron, sin dar mayores detalles, que se pusieron de acuerdo en qué medidas tomar para manejar de forma efectiva la empresa.
El gerente general de la minera, Maciej Sciazko, dijo sobre esta reunión y la determinación de “cooperar conjuntamente en beneficio de Minera Sierra Gorda, uno de sus activos clave, es un incentivo a seguir trabajando con más fuerza para superar este actual escenario de bajos precios de nuestros productos”.
Añadió que “el ajuste en la dotación de trabajadores que hemos realizado es parte de un programa integral de optimización de costos que hemos desarrollado a raíz del señalado deterioro de las condiciones de mercado. De todas las decisiones que hemos debido tomar para hacer frente a la situación de bajos precios de nuestros productos, sin lugar a dudas la desvinculación de personas que han sido parte importante de nuestro equipo de trabajo, es lo más doloroso”.
Un difícil inicio de operación han tenido las últimas minas en entrar en producción en el país, como Sierra Gorda, Caserones o Ministro Hales. El experto del Boston Consulting Group, Gustavo Nieponice, si bien aclara que no hace comentarios sobre empresas en particular, sí señala que las nuevas faenas no ingresaron en el tiempo ideal.
-¿Cómo analiza el momento en que entraron al mercado?
Los ciclos de precios son muy difíciles de anticipar. Entonces, ex post, se podría argumentar que el timing no fue el ideal -considerando que se construyeron en el peak del ciclo y ahora hubo una caída importante- pero era muy difícil anticiparlo con la información existente en su momento. Nadie vio venir esta caída tan drástica del mercado.
-Las minas nuevas tienen menores leyes, ¿cuánto complica la administración en estos momentos?
Obviamente cuando menor es la ley, más compleja es la administración. Pero hay otros factores a considerar y que son muy importantes, en particular la relación lastre mineral y los créditos por subproductos. Al final, la métrica más relevante es el costo neto a cátodo y el posicionamiento de la mina en la curva de costos.
-¿Qué medidas pueden tomar estas minas?
Reducir costos mejorando su productividad, considerando personal propio, insumos y servicios. En coyunturas similares a esta, en algunos casos hemos visto cierres parciales de faenas, así que no hay que descartar que eso ocurra también en áreas de operaciones de alto costo.