La estación espacial china que se construyó en la zona centro de la provincia de Neuquén generó ayer una nueva controversia, al conocerse la noticia de que el presidente Mauricio Macri dio instrucciones a sus funcionarios para que se gestione ante el gobierno de Pekín la inclusión en el contrato de una cláusula que especifique que este proyecto no podrá ser utilizado con fines militares.
La información, difundida por el diario La Nación, señaló que como la empresa estatal Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC), que se encargará del control del lugar, depende del Ejército Popular chino, la intención del gobierno nacional es que se incluya un artículo que dé por tierra con la controversia. Para ello, Macri habría designado para esta tarea al embajador argentino en China, Diego Guelar, quien, según el diario porteño, ya tuvo varias reuniones con su par chino en Buenos Aires, Yang Wanming.
Sin embargo, desde el gobierno neuquino se aseguró que toda esto carece de sentido porque un tratado internacional, al que adhiere Argentina y China, establece para este tipo de proyectos la prohibición de su uso militar.
Se trata del "Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes", que entró en vigencia en octubre de 1967 y al que adhirieron 103 países en 2015, incluidos Argentina y China.
Zona: la estación puede verse desde la Ruta 40, en el trayecto entre Chos Malal y Las Lajas.
Normativa
Entre sus principios, este tratado prohíbe a los estados partes la colocación de armas nucleares u otras armas de destrucción masiva en la órbita de la Tierra, su instalación en la Luna o cualquier otro cuerpo celeste, o de otra estación en el espacio exterior. Se limita exclusivamente a "la utilización de la Luna y otros cuerpos celestes con fines pacíficos y prohíbe expresamente su uso para la realización de pruebas de armas de cualquier tipo, la realización de maniobras militares o el establecimiento de bases militares, instalaciones y fortificaciones (artículo IV)". Además, en su artículo II, el acuerdo especifica que "el espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, no podrá ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna otra manera".
Al ser consultado por este diario, el secretario de Gestión Pública de la provincia, Rodolfo Laffitte, indicó que si bien en el contrato con China el tema del uso militar no figura "de manera expresa", a su entender esto está "sobrentendido", dada la adhesión de los dos países al mencionado tratado internacional. Por otra parte, aseguró que "no existen cláusulas secretas", y sostuvo que si Macri quiere "explicitar que la estación no puede tener uso militar que lo haga, pero no es necesario".
Polémica
El embajador chino en la Argentina reiteró en varias oportunidades que "no habrá uso militar de China en la estación espacial de Neuquén porque el proyecto es de uso pacífico para avistaje espacial".
A la vez, la Comisión Nacional de Actividad Espacial (Conae), que es la contraparte de la Argentina en el uso del avistaje satelital, también desmintió en reiteradas ocasiones que vaya a existir un uso militar de la estación de Neuquén.
Cuando el tratado con China por la estación espacial se llevó al Congreso para su aprobación, los referentes de la oposición cuestionaron la iniciativa.
En su momento, el propio macrismo hizo duras objeciones al acuerdo, al igual que lo hicieron en reserva altos mandos de las Fuerzas Armadas.
Pero hay otro foco de análisis que es estrictamente político. Por fuera del macrismo, y por lo bajo, se aseguró que lo que el gobierno nacional quiere hacer ahora es "acomodar" el tema, dados todos los cuestionamientos que se hicieron en campaña sobre la estación china y que, según algunos expertos, no tienen ningún asidero.
Un proyecto con rechazos y adhesiones
La antena china que observará el espacio y supervisará las misiones a la Luna que el país asiático planea para el 2017 ya se erige sobre el paraje Quintuco, en el centro de la provincia. Durante su construcción hubo problemas con el pago a los obreros.
En noviembre del año pasado, una delegación de ingenieros chinos completó la instalación de la parábola, que pesa 110 toneladas y que llegó a la región transportada primero en barco y luego en 28 camiones especiales. Las Lajas alojó a gran parte de los operarios de la obra.
Las objeciones a este proyecto siempre se hicieron respecto de su posible uso militar. El contrato no precisa la prohibición de estas actividades, pero sí lo establece un tratado internacional que firmaron 103 países, entre ellos Argentina y la propia República Popular China.