La mayoría de las grandes productoras del orbe está aplicando drásticas medidas de ajustes. Pero otras, como las del golfo árabe, apuntan a una estrategia distinta: aprovechar de sacar del mercado a la competencia.
Por años parecieron intocables, anunciando el descubrimiento de nuevos yacimientos, nuevos mega proyectos y nuevas tecnologías, como el fracking . Pero con el precio del petróleo en su menor nivel en doce años, las gigantes petroleras del mundo ya no parecen tan invulnerables. La semana pasada la agencia Standard& Poor's redujo la clasificación de 10 grandes petroleras privadas, incluyendo la poderosa Chevron, que sufrió su primer recorte de rating desde 1987.
"Hasta ahora las empresas han sido bastante resistentes a la caída del precio del petróleo, manteniendo sus niveles de producción, gracias en parte a ajustes que comenzaron a hacer desde 2014. Pero ahora comenzaremos a ver cambios", explica Thomas Watters, director de S&P para Estados Unidos, quien anticipa una reducción de la producción, así como un aumento de quiebras entre las petroleras más débiles.
El escenario base de S&P incluye que el precio del barril de crudo Brent se estabilice en US$ 40 para lo que queda del año, llegue a US$ 45 el próximo, y alcance los US$ 50 en 2018. Pero con el barril más bien tratando de resistir en torno a los US$ 30, el panorama se ve aún más difícil. Bancos de inversión estiman que un tercio de las empresas productoras pueden caer en default o declararse directamente en quiebra. Una oportunidad, agrega Watters, para que las petroleras en mejor pie salgan de compras.
Sin embargo, las grandes empresas, al menos no las privadas, no parecen estar de ánimo para adquisiciones. Barclays anticipa que la industria aplicará recortes masivos de gastos hasta reducirlos a la mitad de lo registrado el año pasado. Eso incluye despidos. Desde mediados de 2014, cuando comenzó la baja del precio, las petroleras han anunciado unos 280.000 despidos.
Habrá más. "Estamos preparados para afrontar los precios cualquiera sea su nivel"; "tomaremos las medidas necesarias para enfrentar la baja de precios", han prometido en entrevistas separadas los CEO de Chevron y Shell. Ambas consideradas entre las empresas más rentables del mundo hasta ahora, esta semana reportaron una caída de 80% en sus utilidades de 2015 respecto al año anterior. Se trata de las caídas más severas en la industria, donde solo la francesa Total parece permanecer a flote con una caída de apenas 26%. Para Chevron y BP (British Petroleum) el último trimestre de 2015 trajo los primeros balances en rojo en más de una década.
Del grupo de las 10 petroleras más grandes del mundo, de acuerdo a sus ventas de 2014 publicadas por Rig Source, solo las campeonas nacionales de China, Arabia Saudita y Kuwait no han entregado aún sus resultados. Tampoco han anunciado grandes recortes de inversión o empleos, especialmente en el Golfo Árabe. Después de todo, la estrategia de Arabia y sus socios árabes en la OPEC es mantener los niveles de producción, para presionar los precios a la baja y sacar del mercado a la mayor competencia posible. Goldman Sachs y Citigroup calculan que si el barril cae a U$ 20, las empresas más pequeñas, especialmente las que explotan proyectos de petróleo shale , se verían obligadas a suspender su producción. La estrategia de las grandes petroleras es clara, e incluso han anunciado nuevos proyectos de exploración y refinamiento.
Por el contrario, la consultora Wood Mackenzie calcula que el resto de la industria ha postergado unos US$ 380.000 millones en proyectos de inversión para la próxima década. La consultora IHS maneja cifras aún mayores y estima que las inversiones petroleras se han reducido en US$ 1,7 billones (millones de millones) desde mediados de 2014. El recorte es de tal magnitud que la Agencia Internacional de Energía (IEA) ha alertado ante el peligro de que, una vez recuperado el mercado, el mundo entre a una nueva crisis energética en el futuro debido a la falta de inversiones.
La alerta de la IEA incluye una buena noticia y es la perspectiva de que habrá un repunte de los precios, aunque estos no vuelvan a los US$ 100 de la época del boom . Las grandes empresas se preparan para resistir hasta que ocurra el repunte. La pregunta es cuántas sobrevivirán y a qué precio.
Las grandes petroleras cotizadasredujeron un 78 % sus beneficios el pasado año, en un entornoafectado por el desplome de los precios del crudo que les haobligado a adoptar duras medidas de ajuste.
Con un petróleo en torno a los 30 dólares el barril, lejos de losmás de 100 dólares que contabilizaba a mediados de 2014, ExxonMobil,Total, Chevron, Shell, Statoil y BP ganaron el pasado año 16.940millones de dólares (unos 14.900 millones de euros), un 78 % menosque un año antes.
Con unas pérdidas de 6.482 millones de dólares, BP se anotó elpeor resultado en los últimos 20 años y puso fin a los beneficiosregistrados en 2014.
En este entorno, la compañía anunció ese mismo día la supresiónde 3.000 empleos en las áreas de refino y venta, con lo que losdespidos previstos desde principios de año ascienden a 11.000.
También la noruega Statoil entró en pérdidas el pasado año, alregistrar un resultado negativo de 37.300 millones de coronas (3.916millones de euros), afectada por el precio del crudo y el deteriorode activos. De cara al futuro, aboga por el ahorro de costes yeficiencia.
Ya en el apartado de beneficios, Royal Dutch Shell ganó 1.939millones de dólares, un 87 % menos, con una caída de la facturacióndel 37 %.
Ante esta situación, la compañía ha emprendido "importantescambios" para reorganizar su área de exploración y producción paraadaptarse al nuevo contexto de precios, que supondrá la reducción deunos 10.000 empleos.
Las ganancias de Chevron se redujeron un 76 %, hasta los 4.587millones de dólares, impactada, además de por los precios del crudo,por la fortaleza del dólar, que mermó sus resultados en otrospaíses.
La petrolera ha respondido a este entorno con un fuerte ajuste delos costes y con una apuesta por la división petroquímica.
También ExxonMobil vio mermadas sus cuentas, con un beneficio de16.150 millones de dólares, un 50 % menos, y un descenso de losingresos del 35 %.
El vicepresidente de la compañía, Jeff Woodbury, defendió durantela presentación de resultados haber "construido este negocio paraasegurarnos de que sea duradero en un entorno que incluye bajosniveles de precios".
La francesa Total fue la única de las grandes petrolerascotizadas que incrementó sus beneficios -en un 20 %, hasta los 5.087millones de dólares- impulsada por efectos extraordinarios, como lasdesinversiones llevadas a cabo y su programa de contención decostes.
Así, el beneficio ajustado, del que se descuentan los elementosno recurrentes, cae un 18 %, y los ingresos, en un 30 %, afectadospor un "entorno degradado". El consejero delegado de la compañía,Patrick Pouyanné, señaló durante la presentación de las cuentas queconfía en que los precios repunten a finales de este año.
La española Repsol, que presentará sus cuentas a finales de mes,avanzó a finales de enero unas pérdidas de 1.200 millones de euros,derivadas del efecto contable de provisionar 2.900 millones de eurospara ajustar sus resultados a la caída del precio del crudo.
La compañía también anunció una serie de medidas adicionales deajuste, entre ellas un recorte de inversiones del 20 %, unaprofundización de las desinversiones o un aumento de las sinergias yeficiencias.
Las grandes petroleras cotizadasredujeron un 78 % sus beneficios el pasado año, en un entornoafectado por el desplome de los precios del crudo que les haobligado a adoptar duras medidas de ajuste.
Con un petróleo en torno a los 30 dólares el barril, lejos de losmás de 100 dólares que contabilizaba a mediados de 2014, ExxonMobil,Total, Chevron, Shell, Statoil y BP ganaron el pasado año 16.940millones de dólares (unos 14.900 millones de euros), un 78 % menosque un año antes.
Con unas pérdidas de 6.482 millones de dólares, BP se anotó elpeor resultado en los últimos 20 años y puso fin a los beneficiosregistrados en 2014.
En este entorno, la compañía anunció ese mismo día la supresiónde 3.000 empleos en las áreas de refino y venta, con lo que losdespidos previstos desde principios de año ascienden a 11.000.
También la noruega Statoil entró en pérdidas el pasado año, alregistrar un resultado negativo de 37.300 millones de coronas (3.916millones de euros), afectada por el precio del crudo y el deteriorode activos. De cara al futuro, aboga por el ahorro de costes yeficiencia.
Ya en el apartado de beneficios, Royal Dutch Shell ganó 1.939millones de dólares, un 87 % menos, con una caída de la facturacióndel 37 %.
Ante esta situación, la compañía ha emprendido "importantescambios" para reorganizar su área de exploración y producción paraadaptarse al nuevo contexto de precios, que supondrá la reducción deunos 10.000 empleos.
Las ganancias de Chevron se redujeron un 76 %, hasta los 4.587millones de dólares, impactada, además de por los precios del crudo,por la fortaleza del dólar, que mermó sus resultados en otrospaíses.
La petrolera ha respondido a este entorno con un fuerte ajuste delos costes y con una apuesta por la división petroquímica.
También ExxonMobil vio mermadas sus cuentas, con un beneficio de16.150 millones de dólares, un 50 % menos, y un descenso de losingresos del 35 %.
El vicepresidente de la compañía, Jeff Woodbury, defendió durantela presentación de resultados haber "construido este negocio paraasegurarnos de que sea duradero en un entorno que incluye bajosniveles de precios".
La francesa Total fue la única de las grandes petrolerascotizadas que incrementó sus beneficios -en un 20 %, hasta los 5.087millones de dólares- impulsada por efectos extraordinarios, como lasdesinversiones llevadas a cabo y su programa de contención decostes.
Así, el beneficio ajustado, del que se descuentan los elementosno recurrentes, cae un 18 %, y los ingresos, en un 30 %, afectadospor un "entorno degradado". El consejero delegado de la compañía,Patrick Pouyanné, señaló durante la presentación de las cuentas queconfía en que los precios repunten a finales de este año.
La española Repsol, que presentará sus cuentas a finales de mes,avanzó a finales de enero unas pérdidas de 1.200 millones de euros,derivadas del efecto contable de provisionar 2.900 millones de eurospara ajustar sus resultados a la caída del precio del crudo.
La compañía también anunció una serie de medidas adicionales deajuste, entre ellas un recorte de inversiones del 20 %, unaprofundización de las desinversiones o un aumento de las sinergias yeficiencias.