La empresa distribuidora de electricidad Edesur, que atiende el servicio en la zona sur metropolitana, informó ganancias por $ 1342 millones durante su ejercicio 2015, con ventas de energía de 18.039 Gwh, lo que muestra una variación de apenas 0,3% respecto de las cifras registradas durante 2014.
La compañía informó además de una inversión de $ 2502 millones, un 20,6% por encima de la que se había realizado el año anterior. Según dijo la compañía en una nota enviada a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, esto tiene que ver con "el objeto de satisfacer la creciente demanda y de mejorar la calidad del servicio".
En el escrito, el country manager de Enel la empresa que controla a compañía argentina Maurizio Bezzeccheri, consideró que estos resultados positivos "representan el comienzo de una nueva era para Edesur". La empresa había reportado una pérdida integral neta de $ 1358 millones en el ejercicio 2014. "Gracias a las nuevas medidas de regulación establecidas por el Gobierno, ahora tenemos un marco jurídico estable que nos permitirá planificar nuestras inversiones de manera más eficaz", agregó Bezzeccheri.
El resultado operativo de Edesur registró en 2015 una ganancia de $ 1405 millones, frente a una pérdida de $ 791 millones en el ejercicio anterior. La reversión fue producto de medidas dispuestas por la Secretaría de Energía, que compensaron en parte el aumento de 18,4% de los costos operativos.
Estos últimos crecieron principalmente por los aumentos en las remuneraciones (56,7%) "por efecto de los aumentos del costo salarial y del plan de incorporación del personal contratista". Si bien los costos operativos fueron cubiertos con el reconocimiento de nuevos ingresos, lo cual evitó pérdidas contables, las inversiones siguieron financiándose a través de mutuos con Cammesa (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A.).
Al 31 de diciembre pasado, Edesur presenta un capital de trabajo negativo de $ 3790 millones, "principalmente como consecuencia de la deuda contraída con Cammesa para financiar la operación de la compañía y suplir de esa manera el retraso tarifario", según explica la nota enviada a la Bolsa de Comercio.
En cuanto al proceso de inversiones que tiene previsto encarar la compañía, días atrás, la propia empresa había destacado que "la decisión del Gobierno de eliminar los subsidios permitirá traspasar esos fondos a través de la actualización del Valor Agregado de Distribución, lo que se transformará en fondos genuinos para las inversiones que requiere el sistema".
La distribuidora eléctrica Edesur, que atiende a clientes de la ciudad de Buenos Aires y el sur del conurbano bonaerense, informó que cerró el año pasado con un capital de trabajo negativo de $ 3790,9 millones, principalmente como consecuencia de la deuda contraída con Cammesa, la compañía encargada de administrar el mercado eléctrico mayorista, para financiar la operación de la empresa y compensar, de esa manera, el retraso tarifario.
Así lo informó la compañía a la Comisión Nacional de Valores (CNV), el organismo de control bursátil. Pese a eso, el presidente de la empresa, Maurizio Bezzeccheri, se mostró optimista, en especial por el nuevo cuadro tarifario que rige desde este mes y que permitirá a la empresa aumentar sus ingresos.
Según el balance informado a la CNV, la empresatuvo en 2015 una ganancia neta de $ 1342,3 millones y una ganancia integral total de $ 1330,1 millones, frente a una pérdida integral total neta de $ 1358,5 millones que había sufrido en 2014.
"Estos resultados positivos representan el comienzo de una nueva era para Edesur", explicó Bezzeccheri, también country manager de ENEL (la firma italiana controlante de Edesur, de la central Costanera y de otras inversiones eléctricas) en la Argentina. "Gracias a las nuevasmedidas de regulación establecidas por el Gobierno, ahora tenemos un marco jurídico estable que nos permitirá planificar nuestras inversiones de manera más eficaz, tendiendo a lograr una mejor calidad de servicio para todos nuestros clientes", completó el ejecutivo.
Por otra parte, los costos operativos de la compañía aumentaron aproximadamente 18,4%, como consecuencia principalmente de los incrementos en las remuneraciones. El gasto fue de $ 964,4 millones, debido a los aumentos salariales otorgados en 2014 y en 2015, este último con efecto a partir de mayo, que implicaron aumentos acumulados del orden del 57%, y al plan de incorporación de personal contratista.
Durante el ejercicio 2015, Edesur invirtió $ 2502 millones, lo que representa un incremento del 20,6% respecto de 2014. Esos desembolsos, sin embargo, se hicieron con el financiamiento de Cammesa, una empresa mixta pero de gestión estatal. Esa compañía fue la mayor beneficiada con los subsidios estatales durante el kirchnerismo.
Uno de los objetivos del Gobierno es que la suba de tarifas incremente los ingresos de las empresas distribuidoras (no sólo de Edesur, sino también de Edenor), para que de esa manera el Estado pueda reducir los aportes para sostener la calidad del servicio.
Consumo
La decisión de aumentar las tarifas de luz, que el Gobierno anunció el viernes 29 de enero, fue largamente difundida y comentada. Pese a eso, los usuarios no mostraron un mayor cuidado enel consumo
Expectativa
Empresas y Gobierno creen que habrá una moderación del consumo, pero será exigua y recién comenzará con la llegada de las primeras facturas con aumento
Para el consumidor promedio de electricidad, el calor sofocante del verano puede más que el temor a pagar una abultada boleta de luz a fin de mes, incluso si llega con aumentos superiores al 500%. Al menos eso dejan entrever los números oficiales de consumo de energía en la primera semana de febrero, que marcó el debut de los nuevos cuadros tarifarios tras 12 años de congelamiento de precios.
Pese a la amenaza de fuertes subas y a la promesa de bonificaciones para quienes disminuyan su consumo (uno de los temas más comentados la semana pasada), los usuarios prefirieron no ahorrar luz por anticipado y prender sus acondicionadores de aire.
El viernes pasado, a las 17.30, una semana después de que el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, anunció ajustes en las tarifas de luz, la demanda eléctrica en la ciudad de Buenos Aires, el conurbano y La Plata alcanzó los 8050,19 megavatios (MW) y se ubicó 18% por encima del mismo valor de la semana anterior, cuando regían precios más convenientes.
La misma tendencia se impuso a nivel nacional. A esa hora, la demanda de todo el país estuvo cerca de los 21.000 MW, mientras que siete días antes apenas había superado los 19.000 MW.
La respuesta a ese comportamiento de la demanda hay que buscarla en la temperatura, la variable más importante que pesa sobre el consumo de electricidad, antes incluso que la salud del bolsillo, según advierten los especialistas.
La explicación es relativamente sencilla: cuanto más calor hace, más se usan los acondicionadores de aire. No sólo en cuanto a encendido, sino también al nivel en que se pone la temperatura. Aunque la diferencia entre poner el split en 24°C o en 23°C puede resultar casi imperceptible para el cuerpo, se trata de números enormes si se los mira desde el punto de vista del consumo eléctrico a nivel nacional.
Según los especialistas, por cada grado que se baja la temperatura en el aire acondicionado, se gasta un 8% más de electricidad.
A las 14.00 horas del viernes pasado, uno de los horarios de mayor consumo, el termómetro llegó a 32°, una marca mucho menos acogedora que los casi 28° de la semana anterior. En esa diferencia está la respuesta al comportamiento de los consumidores.
En mayor o menor medida, el escaso interés de los usuarios por ahorrar luz se repitió en toda la semana, pese a que uno de los intereses del Gobierno con el nuevo esquema tarifario es promover un uso más eficiente de la energía, algo que está difundido desde hace años en otros países.
"Es de suponer que con mayores precios la gente se va a cuidar", pronostica Francisco Mezzadri, un economista especializado en temas energéticos, pero en la misma frase advierte: "Después de tantos años de precios controlados, nada de esto está bien estudiado en la Argentina. Creo que la suposición de que la elasticidad es muy grande es un poco exagerada. En los '90, la tasa de crecimiento fue parecida a la de estos años. Es decir, con o sin control, la demanda de energía creció fuerte", resumió.
Las opiniones en el Gobierno también están divididas. Por ahora, hay sobre todo expectativa con respecto al comportamiento de los usuarios a largo plazo. Por un lado, no hay antecedentes de un aumento del 500% en las facturas con una inflación esperada en torno del 25% anual.
Las empresas distribuidoras de electricidad consideran algo similar. Un ejecutivo de Edenor que pidió reserva de su nombre reconoció que en su zona de concesión la demanda se incrementó en la primera semana de aumentos, pero al mismo tiempo sugirió que los consumidores comenzarán a prestarles mayor atención a los nuevos precios de la electricidad cuando comiencen a llegar las primeras facturas con aumentos. Eso ocurrirá de manera plena a partir del 1° de marzo.
Si los consumidores mantienen su conducta como hasta ahora, deberán afrontar el mayor peso previsto en los aumentos. Por ejemplo, un usuario que consume 182 kWh por mes y recibía subsidios pagará este mes $ 150. Aunque el número parece módico si se lo compara con otros consumos, como la televisión por cable o el celular, implica un incremento del 500% con respecto a los números de enero. En cambio, quien reduzca un 10% su consumo sufrirá un aumento de 388%. El castigo será menor para quien baje al menos 20% sus necesidades, ya que pagará con un recargo del 312% o, en otros términos, se ahorrará casi un tercio de la tarifa completa. En esa situación (puede haber variaciones para quienes hayan perdido el subsidio o hayan renunciado antes), se encuentra casi el 80% de los consumidores metropolitanos.
Los usuarios de las provincias, que tampoco registraron ahorros en la primera semana de aumentos, también pagarán una factura distinta si disminuyen su consumo. Aunque el precio de la electricidad seguirá siendo más caro que en Buenos Aires, los valores mayoristas contemplan una rebaja de entre el 22 y el 37%.
A las empresas no les resulta indiferente el comportamiento de los consumidores. Tanto Edenor como Edesur se comprometieron a mejorar la calidad del servicio antes de diciembre de 2017, cuando vence el período de emergencia eléctrica que declaró el Gobierno en diciembre pasado. Para eso harán inversiones, pero la marcha de la demanda influirá en la calidad final del servicio.
En otros términos, si se reduce el consumo, será más fácil mejorar la prestación. El presidente de una de las mayores compañías del sector lo dijo la semana pasada en una reunión privada: "Aunque nuestro negocio mejora cuanto más vendemos, a todos nos vendría bien estar más tranquilos".
En despachos oficiales destacan dos puntos: todavía no llegaron las facturas con los aumentos plenos, que podrían tocar algún nervio de los consumidores que los oriente al ahorro. Pero reconocieron que quien tiene el aire acondicionado, en un día de calor, lo prende.
Aranguren y su equipo sospechan que hay derroche de luz por los bajos precios. Sobre ese margen, todavía imposible de medir, actuaría el tarifazo. Por todo eso, incluso el propio Gobierno reconoce que la evolución de la demanda tras los últimos aumentos será un caso de estudio para la academia.