La obra de ampliación del gasoducto Cordillerano no está terminada, pero el atraso no perjudicará a los usuarios del sur cordillerano de Río Negro y Neuquén. De todos modos, la empresa distribuidora comenzó a reunirse con los intendentes de la zona para advertirles que si los municipios o las provincias no invierten en trabajos complementarios, no podrá darles suministro a los nuevos planes de vivienda y edificios.
La empresa comunicó que, por lo tanto, las miles de nuevas conexiones prometidas el año pasado, serán sólo cientas.
El sistema que abastece la zona sur de ambas provincias, y la de Chubut nace en Plaza Huincul. Se amplió en 2007 mediante la construcción de loops, que son tramos de gasoducto que corren de manera paralela al original.
En 2009 se habilitó el doble suministro, con la construcción del sistema Patagónico, que se une al Cordillerano en Esquel y se abastece, desde la costa atlántica, a través del gasoducto San Martín.
Hubo inversiones menores pero la obra que tendría que haberse habilitado hace al menos dos años iba a dar respuesta a la demanda de al menos 3.000 usuarios de Bariloche.
Camuzzi, el senador Miguel Pichetto (que asumió la gestión de la obra), el municipio de Bariloche (que tiene a su cargo la contratación) y el gobernador Alberto Weretilneck protagonizaron el año pasado una polémica porque se entregaron casas del plan oficial más nuevo de la ciudad, las 645 Viviendas, sin suministro de gas a pesar de que el pacto era inaugurarlas con todos los servicios.
Los que ya recibieron viviendas de ese plan no pagarán la cuota del IPPV hasta tanto no tengan el servicio. Y por ahora se arreglan con cilindros de gas envasado (GLP) que paga el Estado provincial.
En Bariloche hay además decenas de edificios que se construyeron con la promesa del gas y que, a más de un año de habitados, no tiene el servicio. Muchos constructores lo resolvieron con una reconversión a la electricidad, que -ya se sabe- cuesta hasta un 60% más desde el 1 de febrero, pero otros tuvieron que apelar a la garrafa o a los cilindros.
Fuentes de Camuzzi contaron que en Bariloche no podrán darles gas a 3.000 nuevos usuarios (la demanda insatisfecha podría ser del triple, incluso) sino a los 900 cuyas incorporaciones no precisan inversiones.
El intendente Gustavo Gennuso explicó que esa reducción se debe a que a raíz del atraso en las obras, el crecimiento vegetativo de la demanda cubrió buena parte de la nueva oferta.
Camuzzi viene reclamando desde hace años un aumento tarifario que bajo la administración kirchnerista era impensado. Y ahora, cuando el gobierno de Mauricio Macri anuncia mejoras en el precio mayorista del gas, no se escuchan novedades sobre incrementos para las distribuidoras, que son cinco en todo el país (sin contar la subdistribuidoras más pequeñas), sino para los productores.
Camuzzi tenía en Bariloche hace 15 años poco más de 50.000 clientes y en 2015 esa cifra se duplicó. Todas las distribuidoras de gas protestan porque sostienen que con este nivel tarifario, es imposible cumplir con planes de expansión de las redes propias.
"Si la provincia o el municipio de Bariloche hace la inversión en las obras que hacen falta, no tenemos problemas en conectar a todos lo que consiguieran la factibilidad", dijo un vocero de Camuzzi.
Gennuso tuvo un contacto con la misión de Camuzzi. "Fue una buena reunión, pero les recriminé que no hayan dicho la verdad en los últimos tres años; ellos respondieron que no se animaban a decirlo" por temor a represalias del gobierno kirchnerista.
El 15 de febrero, los 25 intendentes de la zona abastecida por el sistema Cordillerano se reunirán en Bariloche para analizar la situación y pactar una posición común.
