Lucia Salinas
La obra de las represas de Santa Cruz, la millonaria promesa energética de Cristina Kirchner, lleva dos meses detenida.
Las tareas principales no comenzaron y de los 1.800 trabajadores que se deberían haber contratado para esta etapa, la UTE (Electroingeniería y Gezhouba) a cargo de la construcción sólo tuvo que quedarse con 949 que ya trabajan en los obradores.
El Gobierno nacional está en un período de “análisis y revisión” de la obra -en un trabajo conjunto entre el ministerio del Interior, el de Energía y el de Medio Ambiente- y desde la administración de Mauricio Macri aseguraron a Clarín que hay otras prioridades para el “destino de fondos”. La incertidumbre preocupa al gobierno de Alicia Kirchner que anticipa otro foco de conflicto en caso de detenerse la obra.
El 14 de febrero de 2015 la firma adjudicataria de la obra que está pautada para los próximos tres años en $ 43.413.423.833según el presupuesto oficial que dejó el kirchnerismo, tuvo en mano la orden de trabajo que los habilitó a ingresar al predio de 76.411 m2. Antes de cumplir un año de trabajo, la obra se detuvo y será el Estado nacional quien defina la continuidad de la construcción o su suspensión temporaria.
En la actualidad se están únicamente realizando los trabajos en los obradores y futuras villas. Pero de las obras principales, etapa que se debería haber iniciado “no se está haciendo nada y se está revisando la información”, explicaron fuentes de la empresa a Clarín.
Recientemente, hubo una reunión interministerial con las autoridades de Electroingeniería. A las represas “Néstor Kirchner” y “Jorge Cepernic” ya se le destinaron 850 millones de dólares provenientes del crédito otorgado por China.
“No hay nada definido, se está discutiendo entre el ministerio de Medioambiente, Energía e Interior, la obra está en revisión ambiental y en revisión la licitación igual”, señalaron fuentes del Gobierno a este medio. Además recalcaron que “hay otras urgencias en materia de fondos como rutas, cloacas, agua potable”. Pero la última palabra no está dicha aún.
La cautela y el exhaustivo análisis de la obra, es el ritmo que el Gobierno le imprime a las represas que Cristina licitó dos veces y que presupuestó por $43.000 millones antes de irse de la Casa Rosada.
Entre los aspectos que más analiza hoy el Gobierno se encuentra la cuestión ambiental. Las organizaciones ambientales denunciaron la obra por su posible impacto sobre el glaciar Perito Moreno, algo que llegó hasta la Corte Suprema de Justicia. En Electroingeniería se defienden sosteniendo que están seguros “del proyecto ejecutivo está bien hecho del que participaron cuatro universidades, estamos seguros de lo que estamos realizando”.
Los bancos chinos están también pidiendo definiciones sobre la obra “no por una cuestión de giros de dinero sino de los desembolsos realizados que están atados a que funcione la obra para la devolución del dinero, se devuelve con la generación de energía”, explicaron allegados a la obra a este medio.
“Parados y a la espera”: así definieron desde Electroingeniería el estado actual de la obra que promete generar 1.740 megavatios de energía. El plazo de obra es de cinco años y medio con una construcción en paralelo de ambas represas, la “Néstor Kirchner” de 75,5 metros de altura y la “Jorge Cepernic” de 43,5 metros de altura.
En esta etapa, la UTE debería haber comenzado con la obra principal que demanda la 1.800 personas en el terreno realizando trabajos de excavación y movimientos de suelo “los más fuertes, pensando que en dos años llegamos recién al río por tratarse de un valle muy grande”, especificaron desde la obra. El verano es la época donde más se puede avanzar considerando las inclemencias del tiempo en Santa Cruz y que la obra pública se ve condicionada más adelante por la veda invernal.
El gobierno de Alicia Kirchner no oculta su preocupación. “Si esa obra se detiene tenemos otro foco de conflicto”, señaló un alto funcionario de la Provincia donde aún no logran apaciguar completamente los reclamos de la UOCRA con Lázaro Báez por los 1.800 despidos.