Una serie de ajustes y reducciones a Chuquicamata Subterránea, el mayor proyecto actualmente en construcción de la estatal, ingresó hace algunos días la administración de Nelson Pizarro al Sistema de Evaluación Ambiental.
Según señala el documento, la empresa busca busca optimizar este proyecto estructural, acotando y modificando aspectos claves para su concreción como los túneles de acceso del personal y de transporte de mineral; el sistema de acopio; la cantidad de estaciones de transferencia; entre otros.
“El proyecto Chuquicamata Subterránea inició su fase de construcción a fines del año 2011, y actualmente se encuentra ejecutando la fase de construcción de las obras tempranas (ductos de ventilación, piques de extracción de aire, túnel de transporte y túnel de acceso) y para ello se han habilitado algunas instalaciones de faena. Paralelamente, el proyecto ha desarrollado análisis de optimización de su diseño en el marco de los avances de la ingeniería. En este sentido, se han incorporado ajustes, principalmente de emplazamiento y envergadura de obras, sin variar los niveles de explotación, los métodos extractivos, las condiciones de seguridad, entre otros”, indica la declaración de impacto Ambiental (DIA) remitida por la estatal.
En este sentido, explica que el objetivo es incorporar optimizaciones de diseño surgidas de las etapas más avanzadas de la ingeniería.
“Es importante reiterar que el presente proyecto no modifica las tasas de extracción y procesamiento de mineral, el consumo de agua, los requerimientos de energía eléctrica y el consumo de insumos, y no modifica la generación de emisiones, residuos y efluentes de las fases de construcción y operación del proyecto original”, se advierte.
Si bien desde la estatal aseguran que los ajusten no significan cambios en los costos de inversión, lo cierto es que la iniciativa acota varios aspectos clave del proyecto.
Uno de los puntos que sufren modificaciones son los túneles de acceso. Si en un principio se tenía contemplado construir dos túneles de 7,5 metros por 6,0 metros, ahora un solo túnel será por donde se realizará el acceso de personal y de materiales e insumos. Este será de 9,3 metros por 5,8 metros. También se reducirán las obras civiles destinadas a fortificar las entradas y se excavarán cinco en lugar de cinco rampas.
Por otro lado, se reducen los piques de extracción de aire, y se excavarán y fortificarán las entradas de sólo dos piques y no tres.
En cuanto al transporte principal de mineral desde el interior mina a la superficie, disminuye de dos a una estación de transferencia de mineral y los tramos de correas de transporte principal de mineral a la superficie disminuyen de tres a dos.
La iniciativa también modifica la infraestructura destinada al servicio.
“El proyecto no modifica los plazos de construcción de dicha infraestructura y no aumenta el requerimiento de insumos”, indica,
El proyecto Chuquicamata subterránea proyecta una inversión superior a los US$4.000 millones y busca transformar la mina a rajo abierto más grande del mundo en una operación subterránea, elevando su vida útil en al menos 40 años.
La reservas de este rajo se han cuantificado en cerca de 1.700 millones de toneladas en reservas de mineral de cobre (ley 0,7%) y molibdeno (502 ppm), que representan más de 60% de lo explotado en los últimos 90 años.