El cambio de la matriz energética es uno de los pocos ejemplos de éxito en el diseño de políticas de Estado del sistema político uruguayo. Hasta ahora, eran prácticamente nulas las voces que públicamente ponían en cuestión el avance de los molinos eólicos a lo largo y ancho de todo el país. De hecho, de una meta inicial de 300 megawatts (MW) instalados se alcanzará una potencia de 1.300 MW este año y 1.600 MW para fines de 2017.
El propio gobierno prometió rebajas futuras en las tarifas de la energía como consecuencia de la incorporación de esta fuente energética que ayer era responsable del 34% de la electricidad que consumían los uruguayos. Pero si bien el viento es gratis, convertirlo en electricidad no lo es. Según cálculos de El Observador, el año pasado UTE desembolsó unos
US$ 130 millones para comprar poco menos de 2 millones de MWh que generaron los molinos privados que tienen contrato con el ente por 20 años, con un precio de referencia de unos US$ 69 por MWh. Eso representó 17% del consumo total de energía eléctrica. Autoridades de UTE habían estimado un costo global de abastecimiento de la demanda de unos US$ 450 millones para 2015.
Uno de los argumentos manejado por parte de las autoridades para justificar la suba de las tarifas de UTE de 9,85% –superior a la inflación de 9,4% del año pasado–, fue el incremento del dólar en 2015, que superó largamente a los precios (22,7%). Asimismo, la ministra de Industria, Carolina Cosse, dejó en claro que también incidió la definición del Ministerio de Economía de exigir mayores transferencias de la empresa a las arcas del Estado.
En una reciente entrevista con radio Carve, el economista Javier de Haedo dijo que el argumento del ajuste de UTE teniendo en cuenta la suba del dólar por arriba de la inflación en 2015 tenía algo de lógica, teniendo en cuenta que los contratos por compra de energía eólica son en dólares y la empresa recauda en pesos. A su juicio, el debate debería darse entre expertos en la materia sobre si la decisión de avanzar más rápido en la incorporación de eólica fue la correcta. Teniendo en cuenta que este año se incorporarán unos 300 MW de parques privados a la red de UTE, el costo de generación de este componente mostrará un incremento en la caja del ente.
El expresidente y senador José Mujica, admitió en diálogo con El Observador esa realidad. "Al mismo tiempo que baja el precio de la energía sube el precio del dólar y los contratos que tenemos con los que instalaron los molinos están hechos en dólares. ¿Y usted podría prever que el dólar iba a subir como subió? O que el petróleo iba a bajar? Nadie en el mundo lo pudo prever; no es sencillo", reconoció.
El exvicepresidente de la Cámara de Industrias (CIU) e integrante de la Comisión de grandes consumidores de energía de esa gremial, Gabriel Murara, dijo ayer a El Observador que el costo de la "energía preocupa mucho porque se evalúa en el largo plazo". En ese sentido, recordó que en 2005 la energía para los industriales uruguayos "era competitiva" con un precio de unos US$ 40 a US$ 50 por MWh. "Sin embargo, 10 después ese precio trepó hasta los US$ 120 por MWh, cuando países como España, Colombia, Argentina y Brasil, tienen costos que van desde los US$ 40 a US$ 60", alertó.
Según Murara, es "indudable" que Uruguay mejoró su matriz energética en la última década, "pero no le hemos prestado atención a los costos de la energía. Acá vemos que los contratos eólicos están a US$ 70 (por MWh) y con contratos a 20 años", cuestionó.
El empresario recordó que para algunas industrias el peso de la energía representa apenas el 5% de sus costos pero en otras puede alcanzar el 20%. "Los industriales aspiramos a una energía competitiva, ya sea fósil, eólica o con gas. Hoy no estamos viendo ese camino en los costos", aseguró. Por ese motivo, indicó que cuando se atraviesa una coyuntura como la actual de caída en el precio de los commodities, "Uruguay no tiene cintura para bajar sus costos, lo que le hace perder terreno en los mercados externos".
El director de la consultora energética SEG Ingeniería, Ernesto Elenter, asegura que la estrategia que tomó el país para diversificar su matriz energética "fue la correcta" y "no hubo un exceso" en la incorporación de la eólica. En ese sentido, recordó que la mayoría de las centrales térmicas que tiene de respaldo UTE operan hoy (con el precio del crudo actual) a un valor superior a los US$ 100 por MWh, sin tener en cuenta las amortizaciones de los equipos que ronda los US$ 15 por MWh. Si bien el experto admitió que bajo una hipótesis de exceso de agua, puede ser un "mal negocio" la compra de eólica por parte de UTE, es algo que puede ocurrir "durante unos meses".
"En nuestra opinión, no hay un exceso de eólica", afirmó.
Consultado sobre si UTE tenía alternativas para protegerse de la suba del dólar en los contratos eólicos, Elenter expresó sus dudas. Dijo que si la licitaciones se hubieran realizado en moneda nacional con algún mecanismo de ajuste "seguramente el número de interesados hubiera sido menor o la prima de riesgo que exigirían los inversores habría hecho subir el precio".
En la región, solamente Brasil tienen experiencia de realizar contratos en reales en lugar de dólares. Otros países como Perú y Chile también han realizado contratos a largo plazo en dólares como los que firmó UTE en su momento.
Por otro lado, la Asociación Uruguay de Energía Eólica (Audde) divulgó una carta negando que los contratos eólicos sean responsables por el aumento de las tarifas eléctricas aprobadas por el poder Ejecutivo. "Si bien los compromisos de compra de energía eólica son en dólares, también la compra de petróleo lo es, y alcanza con dar una rápida mirada a los valores oficiales de los costos de generación de UTE para darnos cuenta que incluso con los valores bajísimos del petróleo actuales, la energía eólica contratada por Uruguay, sigue siendo la opción más económica", asegura la gremial.
Agrega que también hay que tener en cuenta "los beneficios adicionales de ser una energía limpia, autóctona, renovable, que reduce la vulnerabilidad financiera a los vaivenes del precio del petróleo, que mejora la balanza comercial de Uruguay y además su excelente complementariedad con la energía hidroeléctrica", explica.
Además, Audde recordó que en Uruguay las tarifas públicas "no son fijadas con un criterio exclusivamente de reflejar los costos de abastecimiento. Es claro que la energía eólica ha contribuido a bajar los costos de UTE", asegura.