Tiempo Sur
Vamos a la reunión con la misma expectativa del otro día porque somos respetuosos de la ley. Aceptamos los 5 días de ampliación de la conciliación obligatoria para que no digan que no queremos cooperar pero la única manera de arreglar esto es que el Gobierno entienda que nos tienen que ayudar. Lo ha entendido el intendente. Venimos a esta reunión después de discutir años. Los conocemos a todos los ceos (del gobierno) y tienen un pensamiento imposible de cambiar: que los responsables somos los trabajadores", afirmó Ávila en diálogo con Radio 10.
En tanto, consultado acerca de qué opinaba del ministro de Energía y ex ceo de Shell, Juan José Aranguren, afirmó: "No nos molestaría si es que ellos actuaran un poco como ceo y un poco como ministro, ahora cuando solo lo hacen de ceos de la industria, lo único que hacen es perjudicar. Una provincia que le ha dado tanto a la Nación, le estamos pidiendo que nos igualen. ¿Por qué el petróleo de Neuquén está a 67, el de Mendoza a 63 y el nuestro 54? Somos 27 mil trabajadores de los cuales 5 mil dejarían de trabajar si no exportamos. Estamos pidiendo que nos ayuden, esta es una actividad privada. Si dicen que hay ñoquis, acá no hay".
En este sentido, el sindicalista dijo que si la reunión de este lunes no es exitosa, "el paro se extendería y afectaría el 30% del petróleo y el 13% del gas que se consume en el país". "Que se resuelva la situación depende de que el ministerio actúe como un ministerio y no un grupo de ceos, que tengan responsabilidad. Los más beneficiados han sido los del campo, no puede ser que otras actividades no, lo que necesitan es petróleo y gas. No queremos quedarnos sin trabajo y no queremos pelearnos con el gobierno, hace 90 días que estamos con un plan de lucha".
Por último, Ávila se refirió a la amenaza del gobierno de importar crudo: "Lo acompañamos si el Gobierno quiere importar. Nosotros venimos a defender nuestros intereses. Lo guardaremos para otra oportunidad".
LA NACIÓN
Mientras los usuarios tachan los días del calendario hasta que llegue el anuncio de un aumento de tarifas eléctricas, los petroleros sonríen. No es para menos: el Gobierno ha tomado la decisión de entregar en 2016 un subsidio de no menos de 5000 millones de dólares a las grandes petroleras. La cuenta es simple y surge de multiplicar la cantidad de barriles que se producen en el país por la diferencia que existe entre el precio internacional del crudo -que no deja de caer- y el precio mínimo que el Gobierno les aseguró a las empresas.
Éste será uno de los puntos de la discusión que retomarán hoy en el Ministerio del Interior el dueño de casa, Rogelio Frigerio, y los ministros Juan José Aranguren (Energía y Minería) y Jorge Triacca (Trabajo) con los directivos de Tecpetrol, PAE e YPF (principales productoras de Chubut), el gobernador Mario Das Neves y el secretario general del gremio de Petroleros Privados, Jorge Ávila.
El subsidio al precio interno fue una de las primeras medidas que tomó Aranguren. A fin de 2015, en los despachos de las principales compañías del sector había incertidumbre. La pregunta que todos se hacían era si el gobierno de Mauricio Macri iba a mantener el modelo kirchnerista: despegar el precio interno de lo que sucede en el mundo. Desde hace años, la cotización del crudo está lejos de lo que sucede en las grandes pizarras globales. Cuando el crudo tocó los 150 dólares por barril, a mediados de 2008, en la Argentina se comercializaba muy por debajo. Pero con la caída del precio y con la estatización de YPF -y la necesidad de mejorar sus números-, la cuenta se invirtió: el valor de referencia interno está muy por encima de lo que sucede en el planeta y la diferencia la pone el fisco.
Aranguren decidió mantener aquel esquema. Por estos días, el precio es el menor en 12 años y estuvo por debajo de 30 dólares por barril. Pero a los petroleros argentinos semejante caída no los asusta: acá se les pagan 67 dólares por el crudo liviano, que es de mejor calidad, y 55 dólares por el pesado, de menor calidad.
Semejante favor no es gratis. Dependiendo del precio internacional del petróleo, el cheque que confeccionará Aranguren podría ir de 5000 a 7000 millones de dólares en el año.
Según cálculos hechos por LA NACION sobre la base de datos de la Secretaría de Energía, en 2015 el precio internacional del crudo a procesar fue de alrededor de US$ 12.000 millones. Sin embargo, si las empresas hubieran tenido que regirse por el mercado internacional habrían facturado por la misma mercancía US$ 8800 millones. La diferencia (US$ 3200 millones) fue una transferencia directa a las petroleras. Así, la Argentina es uno de los pocos países del mundo en los que la nafta sube cuando el precio del petróleo se desploma.
De un valor más cercano a los 75 dólares, Aranguren lo colocó en 67. La cotización siguió para abajo y la diferencia aumentó.
Si se toman en cuenta las previsiones para este año, la Argentina extrae para refinación alrededor de 484.000 barriles. El Gobierno les asegura a las petroleras 67,80 dólares por barril. Si se da el pronóstico del ministerio, el petróleo cotizaría, en promedio este año, a 38,50 dólares. Así las cosas, Aranguren debería entregar de subsidio 29,28 dólares por barril, lo que significa por mes un valor cercano a los 432,23 millones de dólares y de 5156 millones por año. Sólo para graficar, con ese dinero se podría pagar tres veces la sentencia que los fondos buitre tienen a su favor en Nueva York.
Si el precio en el país fuera de US$ 55 por barril, como se paga la variedad pesada, el peso de la transferencia a las petroleras bajaría a cerca de US$ 2900 millones. De mantenerse los valores actuales, el subsidio podría rondar los 6000 millones.
Varias compañías que no están integradas y que sólo refinan combustibles con el crudo que compran -como Refinor o la neuquina Más Energía- están al borde la quiebra. Entre esas dos tienen el 2% de la refinación del país. Con este régimen han quedado fuera del sistema. Las petroleras, que les deberían vender el crudo para refinar, les piden lo mismo que les paga el Estado, es decir, 67 dólares. Pero cuando terminan el producto y lo quieren colocar en sus bocas de expendio, sacan a relucir el precio internacional de casi la mitad. La cuenta anota todas pérdidas. Refinor, que tiene un pequeña red de estaciones de servicio, está algo mejor. Más Energía, en el corazón de Vaca Muerta y sólo refinadora, está por cerrar sus puertas.
Las empresas pequeñas hicieron sus cuentas. Dicen que con menos del 10% de lo que el Gobierno transfiere a las petroleras por mantener un precio del barril de ficción se arreglaría el problema. Del otro lado, dicen, aún hay silencio. A esto se suma el reclamo de los trabajadores. Acostumbrados a sueldos con varios ceros, se han puesto en pie de guerra, especialmente en Chubut. Las empresas argumentan que el precio del crudo que reciben sólo se paga para los barriles que se destinan al mercado interno. El resto, a precios internacionales.
Así las cosas, muchos pozos petroleros estarían cerca de salir de explotación, ya que son rentables a otros valores, no a los actuales. Con un precio de 30 dólares ya no es negocio explotar varios pozos. Los gremialistas dicen que con lo que ganan en el mercado interno pueden mantener los puestos de trabajo. Los petroleros miran para otro lado y Aranguren dice que la cuestión se resuelve si todos ceden algo
PERFIL
Patricia Valli
El Gobierno de Mauricio Macri podría dar marcha atrás con la intención de revisar subsidios en el caso del petróleo pesado de Chubut para sostener la actividad y empleo en la provincia, desde donde el sindicato prometió “dejar sin petróleo y gas a todo el país” si se producían despidos.
Para esto mañana las empresas volverán a reunirse con el Gobernador de Chubut, Mario Das Neves, invitados por el ministro de Energía, Juan José Aranguren y el mininistro del Interior, Rogelio Frigerio. También volverán a la mesa Jorge Triaca y los representantes sindicales Jorge Ávila y José Llugdar.
Uno de los límites está marcado por la conciliación obligatoria en Tecpetrol, del grupo Techint, que frenó el despidos de 400 trabajadores pero que vence a fin de mes.
Tras la reunión del jueves, Aranguren estimó que “cada uno tendrá que poner un poco” para llegar a un acuerdo y la idea podría prosperar. Para esto, la Nación debería aportar entre US$ 400 y 500 millones para que el “precio sostén” del barril del petróleo para el mercado interno se traslade también a la producción de la cuenca del Golfo San Jorge, el petróleo escalante que se dirige principalmente a exportación.
El precio del crudo cayó la semana pasada a mínimos de US$ 25 por barril de WTI y se estabilizó el viernes al nivel de los US$ 30 por barril. Con ese escenario, el precio internacional que se aplica al crudo de exportación está por debajo de los niveles de “precio sostén” internos, de US$ 54,9 en Chubut y US$ 67,5 por barril en Neuquén.
Por el lado de los trabajadores, los gremios estarían dispuestos a negociar una salida de reducción de horas extra, jornadas laborales de ocho horas, retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas bajo la condición que se sostenga la actividad y las empresas mantengan las inversiones. Así, la regla de oro es que no haya despidos. Según las empresas, se puede trabajar en la “productividad” y sostienen que el ausentismo llega al 14% en el sector.
Fuentes del sector petrolero indicaron que, por su parte, las empresas estarían dispuestas a sostener la inversión sin aumentar la producción. A mediados de año se pondrá en marcha una refinería de YPF que podrá absorber la mitad de los 40 mil barriles diarios que hoy se destinan al mercado externo.
Sin embargo, los privados esperan que se definan las compensaciones o “incentivos a la exportación”. El año pasado los incentivos alcanzaban los tres dólares por barril. Hoy, con el barril a US$ 30, estiman que deberían ser mayores.
Según argumentó Das Neves, el aumento del 160% de la coparticipación de Nación a la Ciudad de Buenos Aires demuestra que hay disponibilidad de recursos. Y reiteró que sería un aporte mucho menor el necesario para garantizar el precio. Por su parte, Aranguren retrucó que las provincias deberían “resignar regalías”.
EL PATAGÓNICO
Hoy en la Casa Rosada se llevará a cabo la cumbre petrolera en la que se buscará llegar a un acuerdo para fijar un precio del barril del petróleo de exportación que permita mantener la producción y las fuentes laborales en la Cuenca del Golfo San Jorge, luego de una caída estrepitosa de su valor que el último viernes cerró a 32,19. Es que la crisis hace rato que dejó de ser una amenaza para convertirse en realidad, afectando especialmente a Chubut por ser la única provincia exportadora de crudo.
El encuentro está pautado para las 16. Allí el gobernador Mario Das Neves, acompañado por el intendente Carlos Linares; el secretario general del Sindicato de Petroleros y Gas Privado de Chubut, Jorge Ávila; y su par de Jerárquicos, José Llugdar, se reunirán junto al ministro del Interior, Rogelio Frigerio; el titular de Energía, Juan José Aranguren; y el ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad, Jorge Triaca (h).
También está previsto que participen las operadoras que exploran en la cuenca, es decir Pan American Energy (PAE), YPF, Tecpetrol y Sipetrol, aunque ayer por la tarde aún no se había confirmado su participación, que a esta altura es vital.
El objetivo de la comitiva provincial es conseguir un valor cercano a los 54,90 dólares. Para esto se intentará sostener los subsidios por parte del Gobierno nacional, algo que sería factible según confirmó el propio Araguren la última semana, tras la multitudinaria asamblea petrolera que convocó a más de 15.000 trabajadores y a todos los sindicatos vinculados a la actividad. Claro que entonces el funcionario (ex CEO de Shell) también puntualizó que los trabajadores deberían resignar horas extras y la Provincia, porcentaje en su percepción de regalías.
Desde los gremios ya el viernes manifestaron su oposición a esta posibilidad, al entender que Chubut aportó enormes riquezas al Estado nacional durante 100 años, y que los trabajadores ya han pagado algunas concesiones para el mantenimiento de las fuentes laborales, principalmente con la resolución 312 de 2009 que mantuvo a cientos de trabajadores petroleros en sus casas cobrando el sueldo básico. Pero también con los retiros voluntarios o la adhesión obligatoria a planes vacacionales por adelantado que este verano afectó a más de 2.000 trabajadores al pararse 15 equipos de perforación y 26 de workover.
"DEVUELVAN ALGO"
Con esta mirada coincide el intendente Carlos Linares, quien ayer manifestó que "llegó el momento que Nación y las operadoras devuelvan algo de todo lo que se llevaron.
El jefe comunal sostuvo que "no se está pidiendo nada fuera de lo normal, ni que nos regalen nada. Si prima el sentido común, todo debe concluir con resultado positivo, consideró.
"La reunión va a ser decisiva porque van a participar las operadoras para ver de qué manera aportan a la solución del problema porque nosotros hicimos todos los deberes. Ahora llegó el momento en el que el gobierno nacional tiene que bancarnos porque no está en juego un yacimiento, sino toda una ciudad, agregó, rechazando también, tal como hicieron los gremios petroleros, que haya que resignar regalías.
De esta forma, luego de una semana de panfletada en las rutas de acceso a la ciudad, una masiva asamblea en el gremio de petroleros base y un primer encuentro entre los funcionarios, donde se discutió con fuerza el contexto de crisis y se dispuso el cuarto intermedio hasta hoy, se espera que haya un acuerdo que permita tener mayores certezas sobre el futuro de la industria.
En este contexto, está latente la amenaza de paralizar la producción y la ciudad, lanzada por Linares y Avila en la asamblea del jueves. Para esto se convocaría a un paro general, el cual ya cuenta con el apoyo de los gremios de la UOCRA, Camioneros, Centros de Empleados de Comercio, Luz y Fuerza, La Bancaria y SMATA, quienes no quieren volver a sufrir un cudaro similar al de fines del siglo pasado cuando una baja del barril del petróleo a 11 dólares provocó miles de despidos y una de las peores recesiones que vivió la actividad comercial e inmobiliaria, repercutiendo en todos los rubros.
LA OPINIÓN AUSTRAL
Se estima que en Comodoro Rivadavia y Rada Tilly hay más de 50.000 empleados activos, distribuidos en el ámbito privado y el público. De ellos sólo 15 mil serían petroleros, los demás se completan con estatales, de la construcción, camioneros y mercantiles, entre otros.
Se espera que hoy en Buenos Aires las operadoras, junto al gobernador Mario Das Neves y los secretarios generales de petroleros de base y Jerárquicos, Jorge Avila y José Lugdar, mantengan una reunión con los ministros de Interior, Rogelio Frigerio y de Energía, Juan José Aranguren, con el objetivo de llegar a un acuerdo y fijar un precio de exportación cercano a los 54,90 dólares, buscando de esta manera que el impacto de la crisis internacional sea menor.
Aún está en la memoria de los patagónicos la crisis del 98, en la que miles de trabajadores se quedaron sin empleo ante la virtual paralización de la industria petrolera con un barril de crudo que llegó a los 10 dólares.
Aunque muchos reconocen en Chubut que más allá de lo que pase en el encuentro de hoy en Buenos Aires, ya se comienzan a ver despidos, sobre todo en la UOCRA y que eso afecta a la economía local, sumando casi 400 trabajadores entre los que efectivamente ya están desocupados y aquellos que sienten en peligro inminente su empleo.
El gremio oficial de la construcción fue uno de los que participó del acto que el jueves se realizó en el sindicato de Petróleo y Gas de Chubut. Allí se marcó una clara postura ante lo que viene, señalando que si hoy no hay respuestas se paralizará la producción.
El plan de lucha que anticipan los petroleros contaría con el compromiso de UOCRA, Camioneros y otros gremios. Uno de ellos sería el Centro de Empleados de Comercio, que entiende que por la crisis “los empresarios están abriendo el paraguas, especulando con no perder la rentabilidad”.
La sorpresa fue la decisión de la Asociación Bancaria de que, si se desata una protesta petrolera en Chubut, ellos se sumarían. “Nos vamos a sumar. Estamos acostumbrados a estas cosas. Las vivimos en la década del ‘90, estamos en alerta y en estado de vigilia permanente”, indicaron, alertando que la crisis afectará toda la economía no sólo de Comodoro Rivadavia, sino también de Chubut.
Por su parte, según confirmaron SMATA (Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor de la República Argentina) y Luz y Fuerza, con 1.000 y 400 trabajadores en Comodoro Rivadavia y zona de influencia respectivamente, también se sumarían a la lucha si no hay acuerdo por el barril de exportación.
En 1998 Chubut y Santa Cruz vivieron su última gran crisis petrolera, al caer de 29 a 11 dólares el barril de crudo, es decir a niveles similares a los de 1973, que fue la primera gran debacle. Hoy son varios los especialistas que anticipan que en el escenario internacional y con la vuelta al mercado de Irán, el barril podría volver a orillar ese precio.
Pese a que el viernes pegó un salto cualitativo por el menor crecimiento de reservas de Estados Unidos, permitiendo que el WTI cerrara a 30,19 dólares, nada hace pensar que pueda mantenerse en esa franja y se estima que el piso es bastante más abajo.
En 1998, con YPF ya privatizada, la decisión de las petroleras fue disminuir la actividad a su máxima expresión, en consonancia con lo que se hacía en el resto del mundo, provocando que miles de trabajadores dejaran de laborar en los yacimientos, a punto tal que en acuerdo entre los gobiernos de Chubut y Santa Cruz (en aquel momento gobernada por Néstor Kirchner) y el Gobierno del presidente Carlos Menem, de los 40 equipos de perforación que estaban en actividad en 1997, con 150 empleados, sólo uno estaba previsto utilizar en enero de 1999.
En la actualidad, el crudo ha caído más del 60% en el último año y en un llamado “plan vacacional”, en el último año la industria petrolera argentina resignó 37 equipos de perforación, lo que refleja como la crisis internacional del crudo afectó directamente al mercado interno, aún cuando el Gobierno anterior y el actual pusieron en marcha medidas contracíclicas para intentar morigerar la caída.
Según el relevamiento, de diciembre de 2014 a diciembre de 2015, Argentina pasó de disponer de 128 unidades de drilling operativas a 91, es decir, 37 menos que hace un año exacto, el equivalente a una pérdida del 30%. En parte, a tono con el crítico contexto mundial, con el precio del crudo perforando los US$ 30, la merma fue justificada en la anticipación desde el mes de diciembre de las vacaciones a sus empleados y dejaron en stand by muchos equipos torre, cuya gran mayoría debería volverse operativa en febrero, pero no existe, por el momento, confirmación alguna de ello.
En la distribución por empresas: YPF, principal operadora del mercado, contaba en diciembre de 2014 con 78 equipos de perforación en actividad. Un año después son 65 los que se encuentran funcionando. Pan American Energy (PAE), la segunda operadora nacional, se mantenía entre 20 y 22 equipos durante todo el año, pero en el último mes de 2015 la reducción fue contundente: sólo quedan seis activos.
En ese período, la cotización internacional del barril WTI de petróleo pasó de ubicarse en torno de los US$ 45 en enero, tocando como techo los US$ 60 en junio y retrocediendo hasta los US$ 33 en diciembre, precio que en enero llegó a tocar un piso de 26,7 dólares, para cerrar el viernes a US$ 30,19.
Medidas contracíclicas
A diferencia de la crisis de 1998, tanto el Gobierno nacional anterior como el actual mantuvieron la política contracíclica de desdoblamiento del precio del mercado, manteniendo durante todo este tiempo un precio interno en el mercado local mucho más alto que el internacional.
Así hasta el 1 de enero, debido a los subsidios del Gobierno nacional, el valor del crudo Medanito de Neuquén era de US$ 77 y el del Escalante, de Chubut, en US$ 63, siendo de US$ 62 el de Cañadón Seco de Santa Cruz. El Gobierno de Macri redujo los precios a partir del 1 de enero, llevando el Medanito a US$ 67,50 y el Escalante y el Cañadón Seco a US$ 54,90, aunque en ambos casos prácticamente se duplican los valores internacionales.
Empleo o parálisis
Los gremios petroleros, con el apoyo de los gobiernos provinciales, advierten duras acciones si no se logra certidumbre para el mantenimiento de los puestos de trabajo. El ministro de Energía, Juan José Aranguren, planteó luego del encuentro del jueves que la solución es posible si todos están dispuestos a ceder algo, lo que incluía también a los trabajadores.
Pero el secretario de Petroleros Privados de Chubut, Jorge Avila, advirtió que no están dispuestos a ceder horas extra ni que la provincia pierda regalías, algo que al menos se torna polémico cuando la discusión hoy es por los puestos de trabajo. Sin empleo no habría horas extra que defender y sin producción por yacimientos paralizados, tampoco se generarían regalías.
Más allá de la incertidumbre que envuelve al propio trabajador petrolero, que es quien la vive a flor de piel, las comunidades petroleras viven hoy horas aciagas. Muchos recuerdan la debacle que dejó para el sector comercial y de servicios aquella parálisis de 1998 y que recién por marzo de 1999 comenzó a ver un principio de solución, cuando se logró, merced a gestiones de los gobernadores Carlos Maestro y Néstor Kirchner, el decreto del gobierno nacional 262/99, por el cual se establecía que la actividad petrolera proveía más del 85% de los puestos de trabajo de la ciudad y establecía un régimen de incentivo fiscal para las empresas de la industria en la cuenca del golfo San Jorge.
De esta forma, se autorizó “a las empresas petroleras a deducir del impuesto a las ganancias o del impuesto a la ganancia mínima presunta, alternativamente, una suma en concepto de incentivo fiscal con el fin de generar un efecto económico de corto plazo que permitiera mejorar la ecuación económico financiera de las explotaciones y la toma de decisiones tendientes a incrementar la inversión y utilización de mano de obra”.
Como contrapartida, los concesionarios de explotación tuvieron que comprometerse a realizar nuevos pozos, afectando un número determinado de equipos de perforación, con inversión mínima que no estuvo beneficiada por ninguna medida adicional. La propuesta de incentivo tuvo un plazo de un año, siendo prorrogable a dos. Sin embargo, a fines de 1999 comenzó a mejorar el precio del barril y con ello la estabilidad laboral, que duraría hasta la crisis de 2001 para luego retomar su estabilidad recién a partir de mediados de 2002.
Reunión clave
El Gobierno nacional se reunirá en el inicio de esta semana con representantes chubutenses del sector petrolero, operarias y el gobernador Mario Das Neves, para intentar avanzar en la búsqueda de una solución a la compleja situación por la caída del precio internacional del crudo.
Cabe recordar que el escenario de Chubut es, pese a la cercanía con nuestra provincia, circunstancialmente distinto al de Santa Cruz.
Si bien la crisis de 1998 afectó a las dos provincias por igual, en aquel momento no había medidas contracíclicas diferenciando el mercado interno del externo. Esa es la diferencia que separa la realidad santacruceña de la chubutense. Es que en la hermana provincia se exporta el 90% de su producción y al haberse eliminado los incentivos a la exportación, el valor que se obtiene por la producción en Chubut es el que dictan los mercados internacionales.
Por el contrario, Santa Cruz comercializa mayoritariamente su producción en el mercado interno y el valor de la misma está fijado por las políticas contracíclicas que colocan al barril santacruceño en los US$ 54,90, un 81% por encima de lo que se obtiene en la hermana provincia.
Es por ello que los chubutenses reclaman que se subsidie “el barril de exportación”, ante el temor de que la no vuelta de los equipos de perforación provoque la pérdida de unos 5 mil puestos de trabajo en el sector.
Así el gobernador Mario Das Neves alertó que “en un momento de crisis, las petroleras tienen que colaborar con esfuerzo y plata”, al recordar que meses atrás las compañías contaron con una “monumental” rentabilidad.
En el último encuentro entre las partes, además, se pautó extender la conciliación obligatoria en el conflicto entre la petrolera Tecpetrol y sus empleados por el recorte de actividad. Se espera que en la reunión de hoy participen las tres empresas petroleras de Chubut: Yacimientos Petrolíferos Fiscales, Pan American Energy (PAE) y Tecpetrol SA.
Para Das Neves, es necesario “buscar la responsabilidad en las operadoras para que sostengan un momento difícil y muy complicado”. En tanto, los gremios endurecieron su postura con un trasfondo en el que la política no está ajena y amenazaron con dejar al país “sin gas y sin petróleo”, si el Gobierno nacional y las empresas “no arreglan el conflicto”.
Solidariamente, pese a que la realidad no es la misma, el plenario de delegados del Sindicato Petrolero de Santa Cruz el jueves decidió paralizar la producción de los yacimientos en esta provincia, con las serias consecuencias que esto traería aparejado para la alicaída economía provincial.