Antonio Rossi
Puesto “a revisión” con el cambio de mando en la Casa Rosada, el proyecto de la central hidroeléctrica Chihuido va camino a reflotarse y según los nuevos plazos en juego, podría quedar definido entre marzo y abril.
La administración macrista—representada por el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay—y el consorcio adjudicatario de la obra que lidera el grupo Eurnekian tienen previsto retomar las negociaciones a partir del 15 de enero con el fin de destrabar los últimos puntos que quedan pendientes del financiamiento preacordado con el Banco de Desarrollo y Comercio Exterior de Rusia (VNESHECONOMBANAK).
Si bien todavía no se expidieron oficialmente, los colaboradores de Prat-Gay no tendrían objeciones a las condiciones y cláusulas del crédito con el banco ruso que había negociado el equipo del ex ministro de Economía, Axel Kicillof.
Lo que está en danza es una línea que cubre el 85% del costo de la central Chihuido “hasta un monto límite de US$ 2.600 millones”. El plazo total del financiamiento se estira a 20 años, con 66 meses de gracia y una devolución en pagos semestrales que comenzará a correr después de terminada la obra.
La cuestión clave que aún resta definir gira en torno al mecanismo que se utilizará para la redeterminación de los precios de la obra durante el período de construcción.
El consorcio que ganó la licitación había propuesto en su oferta un esquema específico de reconocimiento de los mayores costos que se vayan registrando a lo largo de los cuatro años que demandará la construcción de la represa.
Kicillof quería cambiar ese esquema y en su lugar proponía otra fórmula basada en la variación de la cotización del dólar.
Hasta ahora, no se conoce cuál es la postura del nuevo equipo económico de Prat-Gay sobre este tema. Con el apoyo del banco, los técnicos del consorcio anticiparon que van a insistir con la aplicación del mecanismo de ajuste que fue presentado en la oferta y que el anterior gobierno terminó aceptando con la adjudicación de la obra.
Más allá de la variante de actualización de costos que se incorpore, la negociación por la obra de Chihuido había quedado frenada por una cuestión administrativa y legal registrada tras el recambio presidencial.
Durante el gobierno kirchnerista, las dependencias oficiales que intervenían en la negociación con el consorcio y el banco ruso eran el Ministerio de Economía y la Subsecretaría de Recursos Hídricos del ministerio de Planificación.
Pero desde el 10 de diciembre, los que han tomado la posta son el ministro de Hacienda Prat-Gay y el nuevo subsecretario de Energía Hidroeléctrica, Jorge Marcolini, quienes aún se están poniendo al día con los pormenores del caso.
La intención oficial sería concluir las negociaciones y firmar el convenio de financiamiento con el banco ruso en un plazo que no supere los 90 días. De esa manera, el inicio de la obra se registraría a partir de mayo.
La obra
A principios de octubre, los funcionarios kirchneristas y los representantes del consorcio habían remitido a Rusia los tres documentos clave que estaban pendientes para el otorgamiento del crédito: la certificación del plan de negocios efectuada por la consultora KPMG, la ratificación del proyecto ejecutivo de la obra y estudio de impacto ambiental a cargo de especialistas independientes.
Localizada en la provincia de Neuquen, la central hidroeléctrica de Chihuido tendrá una potencia instalada de 637 Megavatios –equivalente a la mitad de la usina de El Chocón--y aportará 1.750 Gigavatios/hora de energía media anual al sistema eléctrico nacional.
El plazo de ejecución de la obra será de cuatro años y, según los números oficiales, la construcción de la represa generará 2.500 puestos de trabajo en forma directa y otros 3.000 de manera indirecta.
Junto con Helport que tiene el 41%, la otra empresa local que encabeza el consorcio adjudicatario es Panedile con una participación del 31%.
Ésta constructora que pilotea Hugo Dragonetti es la que lleva adelante las cuestiones referidas a la ingeniería y los aspectos técnicos del proyecto.
Además integran el grupo adjudicatario de Chihuido las empresas Isolux de España, Chediack, Eleprint e Hidroeléctrica Ameghino.
En tanto, las compañías rusas Inter Rao y Power Machines –que serán las proveedoras de las turbinas y los equipos generadores—figuran como “subcontratistas nominadas”. Esto significa que no dependen del consorcio y que a la hora de cobrar sus facturas lo harán directamente del Gobierno argentino.