Tras una primera reunión en Santiago se fijó un nuevo encuentro de los equipos negociadores para marzo en Beijing:
El objetivo de los dos gobiernos es avanzar en pasos concretos que permitan culminar este proceso en 2016. Silvana Celedón Porzio
Dos días estuvieron reunidos en Santiago el mes pasado equipos técnicos de los gobiernos de Chile y China para avanzar en la profundización del Tratado de Libre Comercio (TLC) que ambos países tienen vigente desde 2006.
¿Pero qué avances concretos se pueden lograr cuando casi el 100% de los productos de ambos países cuentan con libre acceso? La respuesta es unánime: es posible avanzar en mejoras, y a lo menos surgen seis áreas donde hay espacios para perfeccionamientos.
Además, hay consenso en que dado que la sociedad china está enfrentando transformaciones, tanto en su modelo de desarrollo como en sus patrones de consumo interno, es oportuno que Chile perfeccione un TLC que se centró solo en bienes, mientras los acuerdos alcanzados con posterioridad abordan otras áreas, como servicios e inversiones, pero con ciertas limitaciones.
"China está pasando a ser predominantemente urbana. Por ende, Chile tiene muchas posibilidades, y hay que ir ganando espacios (...) Las conversaciones para ampliar el TLC son muy importantes", sostiene Fernando Reyes Matta, director del Centro de Estudios Latinoamericanos sobre China (CELC) y ex embajador de Chile en China.
Para el ex canciller Alejandro Foxley, uno de los focos debería ser crear incentivos para que las empresas chinas se integren con las chilenas exportadoras y generen productos de mejor calidad, que puedan venderse en Asia.
2016 será decisivo. Los equipos negociadores realizarán una nueva reunión durante marzo en Beijing. El objetivo de los dos gobiernos es avanzar en pasos concretos que permitan culminar el proceso de profundización en 2016, señala Pablo Urria, director de Asuntos Económicos Bilaterales de la Direcon.
La inmensa mayoría de los productos chilenos acceden a un arancel cero al ingresar a China, y viceversa.
El 1 de enero de 2015 se cumplió el último plazo del calendario fijado entre ambos países, momento en el cual el 97,2% de las mercancías chilenas pueden ingresar al mercado chino libres de arancel y el 98,1% de las mercancías chinas al mercado chileno.
Sin embargo, hay un grupo que quedó excluido del beneficio, universo de productos en los cuales la Direcon tiene interés en avanzar. De hecho, en las actuales negociaciones el organismo quiere incluir al rubro forestal dentro de los bienes que acceden al arancel cero.
Hugo Baierlein, gerente de comercio exterior de Sofofa, suma el papel periódico, mientras el ex embajador de Chile en China Luis Schmidt menciona los granos y semillas.
Solo un par de productos dominan las exportaciones chilenas a China. En 2014, los envíos de nuestro país al gigante asiático totalizaron US$ 18.438 millones, y de esta cifra, US$ 14.219 millones fueron productos de cobre.
"Hay mucho espacio para buscar oportunidades", señala Reyes Matta, quien agrega que la clave está en potenciar productos no cobre que pesan mucho para las pymes y generan empleos.
Dos son los problemas que enfrentan hoy los exportadores chilenos que quieren ingresar al mercado chino a la hora de tramitar los certificados de origen.
Uno, los plazos. Hoy, un exportador chileno tiene 30 días para obtener su certificado en papel, para lo cual debe concurrir personalmente a la Sofofa, o bien a la Unidad Central de Certificación (UCO), y luego ir a la Direcon.
Hugo Baierlein advierte que el actual plazo es "muy acotado", dado que muchas veces ocurren contingencias como, por ejemplo, ajustes en las facturas, los que retrasan todo el proceso.
Sobre el certificado en sí, lo que se busca es crear proformas que permitan tener una estructura única de certificados digitales e incorporar medidas para evitar adulteraciones.
Los nectarines, las nueces con cáscara y los limones son algunos de los productos que podrían ingresar a China con arancel cero, pero que no pueden acceder al beneficio, ya que no cuentan con los permisos fitosanitarios, autorizaciones que sí poseen productos como la uva de mesa, las ciruelas y las cerezas.
Para el presidente de Asoex, Ronald Bown, si bien el ingreso de las frutas a cualquier país está sujeto a un estudio de análisis de riesgo de plagas, que acuerdan los servicios fitosanitarios, en la profundización del TLC se podrían fijar plazos definidos y la posibilidad de poder negociar más de una especie a la vez.
Chile ha atraído importantes capitales extranjeros desde el mundo, pero aún es baja la presencia de inversiones chinas en Chile, advierte Luis Schmidt.
El ex embajador señala que es necesario mejorar el flujo de información desde los distintos organismos públicos hacia los inversores para que estos últimos sepan dónde hay oportunidades.
En 2010 comenzó a regir el acuerdo suplementario de servicios, pero sus alcances son aún muy poco conocidos.
A juicio de Luis Schmidt, es necesario hacer un trabajo de difusión de este marco, pero además incluir nuevas áreas.
El acuerdo estableció beneficios en sectores como, por ejemplo, negocios, comunicaciones, distribución y transporte. Pero quedaron fuera los servicios profesionales, computacionales, inmobiliarios y de desarrollo e investigación.