La empresa canadiense TransCanada anunció hoy que ha presentado una demanda contra Washington y recurrirá al Capítulo 11 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) por bloquear la construcción del controvertido oleoducto Keystone XL.
TransCanada dijo en un comunicado que valora en 15.000 millones de dólares el daño provocado por la negativa del Gobierno estadounidense a aprobar la construcción del oleoducto para transportar crudo de los yacimientos canadienses a las refinerías estadounidenses en el Golfo de México.
Según TransCanada, la empresa ha presentado una demanda en el Tribunal Federal de Houston (EE.UU.) "afirmando que la decisión del presidente de negar la construcción de Keystone XL sobrepasó su poder bajo la Constitución de Estados Unidos".
"Con la reclamación ante TLCAN, TransCanada buscará recuperar más de 15.000 millones de dólares estadounidenses en costes y daños que ha sufrido como resultado de la ruptura de las obligaciones ante TLCAN de la administración estadounidense", añadió la empresa canadiense.
Las acciones legales de TransCanada contra Estados Unidos se producen dos meses después de que el presidente estadounidense Barack Obama rechazase la construcción del oleoducto por entender que no servía a los intereses nacionales del país.
Tanto en Canadá como en Estados Unidos, numerosos grupos medioambientales y organizaciones indígenas se han opuesto a la construcción de Keystone XL al considerar que facilitaría el mayor desarrollo de los yacimientos de arenas bituminosas de Canadá.
Los yacimientos canadienses de petróleo pesado, las terceras mayores reservas de crudo del mundo tras las de Arabia Saudí y Venezuela, son considerados entre los más contaminantes del mundo.
Hoy, un grupo de ecologistas y organizaciones indígenas canadienses emitió un comunicado que calificó de "pataleta corporativa" las acciones legales de TransCanada contra Washington.
El rechazo de Obama a la construcción de Keystone XL culminó siete años de tensiones entre Washington y Ottawa por el proyecto del oleoducto.
Durante ese periodo, el anterior Gobierno canadiense del primer ministro conservador Stephen Harper, firme promotor del sector petrolero, pasó de afirmar que Keystone XL sería construido sin problemas a amenazar a Washington por el retraso en aprobar el proyecto.
Harper intentó presionar a Obama declarando que vendería el petróleo a China si Washington no aprobaba Keystone XL, un oleoducto de 1.900 kilómetros de longitud.
Posteriormente, Ottawa lanzó campañas publicitarias en los medios de comunicación de Estados Unidos para intentar que el público estadounidense presionase a Obama y aceptase la aprobación de Keystone XL.