Fabián Ruocco (*)
Desde el inicio mismo de la actual crisis financiera internacional junto a las condiciones adversas del mercado que está enfrentando la industria minera, se buscan siempre razones simplistas que expliquen las desgracias por las que atraviesan no solo las empresas sino también los Estados, sin importar el gobierno de turno que lleve la batuta provincial y/o nacional. El foco de esa búsqueda está puesto obviamente en los mercados financieros, un concepto semánticamente inadecuado para describir una actividad sin espacio real y con transacciones que se realizan en milisegundos.
Para poder analizar lo que sucede en los mercados mineros debe recurrirse a la idea del emergente de esta nota, y la que tienen los sistemas complejos que no puede reducirse a la suma de las propiedades de sus partes. La sociedad es más que la suma de las personas que la componen. Sus características y propiedades son diferentes. También los mercados, especialmente los mercados financieros tienen propiedades diferentes a la que tienen sus actores, las empresas, los bancos de inversión y muy especialmente el “shadow banking system” -sistema de la banca en las sombras, que es el conjunto de las entidades, infraestructura y prácticas bancarias que sustentan aquellas operaciones financieras que se producen fuera del alcance de las regulaciones existentes y la supervisión del Estado-.
Nuestro país tiene un potencial geológico que no ha utilizado en su totalidad. Podría ubicarse alguna vez en el Top Ten de los países mineros más grandes del mundo pero nunca se ha decidido a apostar seriamente por esta industria. La historia del país ha favorecido el desarrollo de otras actividades económicas de la Ruta Nacional 9, el conocido esquema postcolonial del siglo XIX agrícola-ganadero e incipiente industrial, y ha postergado la explotación de las riquezas mineras que yacen en la cordillera de Los Andes y otras áreas en territorios más relegados
Un sistema complejo como el de la Minería es aquel compuesto de varias partes interconectadas cuyos vínculos entre esas partes contienen información adicional y oculta al observador. Resultado de estas interacciones surgen propiedades que no pueden explicarse a partir de las propiedades de los elementos aislados. Esas propiedades que emergen se llaman exactamente así: propiedades emergentes. Un repentino gol es el emergente de un partido de fútbol. Un rompecabezas de 5.000 o más piezas no es un sistema complejo porque la relación entre las partes no agrega información adicional. Es complicado armarlo para tener la visión del conjunto pero nos basta con saber como encajan las piezas para entender el sistema.
“Hay quienes hacen más cosas con su solo nombre que otros con ejércitos bien equipados” dijo una vez Napoleón. El actual Secretario de Minería de la Nación, el Lic. Daniel Meilán, de notable trayectoria profesional y de gran cintura política sabe como manejarse en el sistema complejo de la Minería Argentina. Nunca estuvo ausente de la sectorial. Siempre ha sido un referente de consulta por parte de los más diversos y variados sectores: públicos, privados, nacionales, provinciales, Organismos Internacionales y Centros de Estudios. Su sola presencia ha producido un fuerte impulso político en favor de la minería que intentará cambiar el estado regresivo de la sectorial. En efecto, las inversiones mineras son muy elevadas y de alto riesgo, por lo que requieren certeza en las condiciones políticas, económicas y jurídicas, que garanticen la recuperación de las cuantiosas inversiones.
El ambiente para la minería en Argentina se fue deteriorando crecientemente, en especial con medidas como las retenciones a las exportaciones, tratamientos diferenciados en el tipo de cambio, impedimentos para la repatriación de divisas y la dificultad para utilizar insumos importados. Estos elementos dificultan la actividad minera y desalientan la decisión de inversión de potenciales interesados y por tanto debieran ir modificándose si el país ciertamente desea un mayor desarrollo sustentable de la minería.
Para motorizar un sistema complejo como el Minero Argentino y también el de toda la Región Sudamericana hace falta no solo conocer el funcionamiento de las partes sino como éstas se relacionan entre sí. Y es esa relación la que oculta la complejidad del sistema. Pensemos en algo cotidiano, un sistema de solo dos personas, por caso marido y mujer, es muchísimo más complejo que un rompecabeas de miles de piezas. La relación entre la pareja es dinámica y cambiante a la vez, eso hace que se cumpla con una de las características de los sistemas complejos: el comportamiento difícilmente predecible. Solo somos capaces de prever la evolución del sistema hasta ciertos límites.
En el corto plazo, Argentina podría ver reactivados algunos proyectos que no se han podido llevar adelante hasta ahora y, en el mediano y largo plazo, podría observar un aumento en la inversión de exploración y luego explotación, siempre que sea capaz de mantener un marco de políticas públicas consistentes en el tiempo, es decir, más allá del gobierno de turno.
La famosa globalización económica minera, simultáneamente causa y efecto, no es concebible sin el funcionamiento de las redes informáticas que permiten comunicaciones instantáneas de un lugar a otro del mundo sin barreras espaciales ni temporales. Gracias a Internet cualquier empresa minera del mundo puede extender hoy su ámbito de acción alrededor de todo el planeta. Lo global, así, repercute en lo local y lo local incide en lo global. Sino tomemos el caso de Derrame en Veladero hace unos meses.
El nuevo gobierno parece convencido del aporte de la minería al desarrollo y apunta a que ésta juegue un rol importante especialmente en provincias del noroeste, permitiéndoles posiblemente una mayor retención de los impuestos derivados de la explotación minera. A esta visión favorable de la minería se contrapone la visión negativa propugnada especialmente por movimientos ambientalistas que la critican tildándola de actividad contaminante.
En este contexto de complejidad creciente donde, como ya dijimos, con demasiada frecuencia ocurre lo improbable, las crisis están a la vuelta de cada esquina. Meilán no solo deberá ser un Secretario abierto al diálogo y comunicador franco sino también un gestor de procesos, con todos los requerimiento de habilidades y capacidades inherentes a los nuevos escenarios donde la conectividad será la clave del entramado que permita construir incrementalmente relaciones entre la Secretaría, las empresas y la comunidad local.
Es imprescindible que se avance hacia un mayor conocimiento de la minería en Argentina de forma tal que la población pueda realizar una evaluación objetiva entre los pros y contras de esta actividad. Las relaciones con la comunidad importan mucho más que antes. Ya no solo son “aspectos o cuestiones mediáticas” sino que se ha transformado en una acción real como la Licencia Social para operar. Buscando así el apoyo que le dé legitimación no solo al gobierno sino a las empresas para trabajar en minería. Ya no se trata en planes ni programas de beneficiencia, apoyo a las artes u otras causas de bien común sino en la credibilidad.
La dimensión ambiental ha tomado un rol protagónico que hasta el Papa Francisco ha escrito una Encíclica al respecto.
Argentina un país con Minería deberá ser sustentable en lo político, lo financiero, lo social y lo ambiental para demostrar con transparencia que hace las cosas bien haciendo lo correcto, surfeando en los sistemas complejos.
(*) Director General del CEDyAT
