El 2016 será nuevamente un año intenso para el sector minero. Si bien la situación económica mundial durante el 2016 será similar a la del 2015, varios temas internos estarán en agenda.
Al ser un año electoral, la mayor actividad se dará durante la segunda mitad del año. Veo una ventana de oportunidad durante el primer semestre del 2016 para las empresas mineras, que deberán continuar con sus ajustes de costos, reorganizaciones internas y ajustes de estrategias sociales.
El 2016 también será momento de planificación para el 2017 en adelante, cuando creo que el panorama será mejor tras dos años en caída. Las empresas más innovadoras utilizarán la primera mitad del año para captar los recursos humanos necesarios para generar valor cuando los precios se recuperen, y no esperar a último minuto, cuando los profesionales escaseen. Según mi experiencia, una empresa demora al menos seis meses en reclutar a un ejecutivo y seis meses adicionales para que éste comience a implementar una estrategia.
En materia ambiental, el Senace cumplirá sus primeros 100 días de actividad y debería iniciar la primera revisión de un Estudio de Impacto Ambiental. En paralelo, los Estándares de Calidad Ambiental (ECA) se deberían haber sincerado y dejado de ser inaplicables a la realidad operacional. En materia administrativa, se resolverán (a favor o en contra) las acciones interpuestas por algunas empresas sobre el Aporte por Regulación (0.15% de la facturación anual), así como los casos ante Sunat sobre la interpretación de los contratos de estabilidad.
Entre los temas societarios, esperamos ver resuelta la discusión interna (de telenovela) de Minera IRL; lo mismo con Doe Run y algunas luces sobre Bear Creek y Santa Ana. El proyecto cupríferoMichiquillay sería dado en concesión, tal vez para el tercer trimestre. Además de Milpo –que presentó una iniciativa para desarrollarlo–, postores de Canadá y China estarían también interesados en tan importante activo.
En temas sociales, se habrán realizado las primeras consulta previas, las cuales marcarán la pauta para las demás. Las campaña electoral llevará a discutir la propiedad de los recursos naturales del subsuelo y su gobernanza. Se espera que el siguiente gobierno reconozca el poder político fuera de la capital y coordine mejor con los gobiernos regionales y locales para asegurar inversiones mineras. Por ello también se discutirá nuevamente una reforma al canon minero.
Las elecciones traerán nuevos ministros de Energía y Minas y delAmbiente. Pero a diferencia de los gobiernos anteriores, el nuevo gobierno no iniciaría renegociaciones o imposiciones para aumentar la recaudación. Las condiciones de mercado no lo permiten, salvo que se opte por continuar haciendo aun más progresivo el sistema.
Lo más importante será que el próximo año por lo menos se inicie la creación de una visión compartida entre gobierno, empresas y sociedad civil sobre el rol que juega el sector minero en el desarrollo del país. Y así combinar la tan necesaria promoción de inversiones externas con la promoción estratégica hacia dentro.