La planta de elaboración de dióxido de uranio que la empresa Dioxitek posee en el barrio Alta Córdoba, en el norte de la ciudad, continúa clausurada desde noviembre de 2014. Sin embargo, se podría reabrir ante la necesidad de satisfacer la demanda de las centrales nucleares.

Según indicaron fuentes de la firma, queda stock para una entrega más de dióxido de uranio que se envía a la localidad bonaerense de Ezeiza para la elaboración de las pastillas que se utilizan como combustible en las generadoras de Embalse, Atucha I y II.

La empresa Dioxitek es propiedad en el 99 por ciento de sus acciones de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el uno por ciento, de la Provincia de Mendoza.

La planta de Rodríguez Peña al 3200 de barrio Alta Córdoba permanece cerrada desde el 10 de noviembre del año pasado, cuando la Municipalidad de Córdoba colocó la faja de clausura definitiva en la fábrica por violar la ordenanza 8.133 de uso de suelo, que prohíbe ese tipo de industrias en la ciudad.

INFORME MULTIMEDIA. Los Gigantes, desidia nuclear

Se había vencido el plazo de un convenio firmado entre el municipio, la CNEA y Dioxitek para el traslado de la fábrica. Hoy, la planta está inactiva, aunque sus 500 empleados siguen asistiendo, con la sola tarea de realizar el mantenimiento de las instalaciones.

Diego Guerra, delegado gremial de los trabajadores de la firma, afirmó: “Hoy estamos en mantenimiento, esperando que se tome una decisión a nivel nacional. Sabemos que están construyendo en Formosa”.

Generación en problemas

El presidente de Dioxitek, Gustavo Navarro, indicó que las nuevas instalaciones en esa provincia del nordeste aún no se concluyeron y calculó que restan dos o tres años para que estén funcionando. Navarro todavía está al frente de la firma, esperando que la Nación nombre a su sucesor.

“Tenía la posición que se revea la decisión del intendente Mestre (de clausurar la planta), porque no hay otras posibilidades de combustible para las centrales nucleares”, manifestó.

Las tres centrales nucleares consumen unas 280 toneladas de dióxido de uranio por año: Embalse emplea 120 toneladas; Atucha I 50 y Atucha II, 110. “Dioxitek tiene capacidad para producir 160 toneladas, vinimos haciendo stock estos años, pero la clausura nos afectó muchísimo”, destacó Navarro.

“No queda más stock , la última entrega se tiene que hacer en febrero, que deben ser entre 12 y 14 toneladas. Si no arrancamos a producir para mitad de ese mes, estamos complicados”, advirtió el titular de la firma.

Según explicó, el proceso de producción del dióxido de uranio demanda unos dos meses, y su posterior envío a Ezeiza otros dos meses más. Allí, la transformación del material en las pastillas también demanda dos meses.

El titular de la firma explicó que el dióxido de uranio no se puede comprar en otra parte del mundo. “Para Embalse puede ser, porque es un reactor Candu. Pero en Atucha no, porque son prototípicos. Lleva tres años desarrollar un proveedor. No es simple, es un reactor nuclear”, señaló.

Política

El subsecretario de Ambiente municipal, Sebastián Roca, ratificó que Dioxitek continúa clausurada. No obstante, cabría la posibilidad de rever esa decisión si así lo solicita el presidente Mauricio Macri, en el marco de la emergencia energética.

“Sería una negociación entre el intendente Mestre y el Presidente, pero todavía no nos han pedido nada”, aclaró Roca.

El ministro de Energía, Miguel Aranguren, estaría al tanto de esta situación.

En la edición de ayer

Mina de uranio en Los Gigantes. Dejó de funcionar en 1990, pero nunca se realizaron los trabajos de remediación para evitar que siga contaminando. 

Pedido de remediación. Un grupo de vecinos autoconvocados pide más transparencia y la remediación definitiva del lugar. En una carta enviada al presidente Mauricio Macri y al gobernador Juan Schiaretti, reclaman que se realice la remediación del sitio “previa presentación del estudio de impacto ambiental y realización de la correspondiente audiencia pública”. Temen que el yacimiento pueda llegar a contaminar o ya esté contaminado los cursos de agua.

Traslado de las colas de uranio. La Comisión Nacional de Energía Atómica analiza trasladar allí los desechos radiactivos que se encuentran en el predio de Dioxitek. Son 58 mil toneladas de residuos con radiación baja. El dato surge del último documento presentado por la CNEA ante el Banco Mundial en el marco del crédito otorgado para la remediación. Según el detalle del proyecto, la CNEA realizó un llamado a licitación para realizar “servicios de consultoría para la ingeniería de detalle de los proyectos de restitución minera de los sitios Los Gigantes y Córdoba”.