Enero de 2016. Este será el mes en el que la directiva de la estatal Codelco decidirá finalmente si lleva o no adelante Rajo Inca, proyecto de US$3.000 millones que podría darle continuidad a su división con mayores costos y menor producción: Salvador.
Según indicó el miércoles el presidente ejecutivo de la minera, Nelson Pizarro a la comisión de Minería y Energía del Senado, en el directorio de enero se decidirá el futuro de Salvador, particularmente si se desarrollará el proyecto Rajo Inca.
De acuerdo a la estatal, el proyecto -que debía terminar su fase de prefactibilidad en junio de 2016- ha sido estudiado tres años “para generar mayores antecedentes (pruebas piloto) de base geo-minero-metalúrgica para definir parámetros clave de diseño”. Sin embargo, en virtud de la contingencia, la decisión fue adelantada para un mes más.
De tener el visto bueno por parte del directorio presidido por Óscar Landerretche, Rajo Inca estaría operativo no antes de 2021.
La iniciativa implica una inversión cercana a los US$3.000 millones y permitirá extender la vida útil de la mina en cerca de 30 años. En términos técnicos, incluye que la mina subterránea sea reemplazada por una a rajo abierto con menores costos de producción y, de acuerdo a las proyecciones iniciales, una vez implementada la expansión, la producción media anual de cobre fino sería del orden de las 170.000 toneladas, cerca de tres veces la de hoy en día.
Actualmente, la división Salvador es la que presenta costos más altos de todos los yacimientos de la estatal y a los precios actuales opera con pérdidas. Adicionalmente, este año fue la única que no cumplió su meta productiva. Esto último, luego de las huelgas de los contratistas que obligaron al cierre temporal de la producción y a las lluvias que azotaron la zona norte del país en marzo pasado.
Si bien a los precios actuales sería más conveniente cerrarla, desde la administración indican que no se puede tomar una decisión en base sólo de la coyuntura, ya que no se justificaría desembolsar decenas de millones para cerrar una división que con precios de 2014 fue rentable.
Esto no significa que la administración de Pizarro haya sido menos “dura” con esta división. En septiembre, y como parte del plan de optimización de la misma, la Corporación anunció la reducción de la plana ejecutiva en un 50% y la internalización y eliminación de diversas funciones que estaban siendo desempeñadas por empresas contratistas, para lo cual se dio aviso de término a tres contratos con proveedores de servicios.
A nivel global, Codelco ha intentado paliar los efectos de la caída del cobre y el molibdeno elevando su producción y aumentando la competitividad. Además, ha impulsado un agresivo plan de reducción de costos que hasta el tercer trimestre había alcanzado US$1.189 millones.
En 2016 se espera que dicho plan alcance US$617 millones.