El Parlamento británico aprobó la búsqueda de petróleo y gas en parques nacionales mediante el polémico método de la fracturación hidráulica, provocando las críticas de los ecologistas.
La regulación aprobada permitirá la fracturación hidráulica a 1.200 metros por debajo de la superficie de parques naturales, humedales y lugares declarados patrimonio mundial.
La perforadora, sin embargo, no podrá estar a la vista, sino que penetrará lateralmente desde los bordes de estos lugares para buscar o extraer hidrocarburos.
La técnica del “fracking”, fracturación hidráulica, consiste en inyectar agua a alta presión para fracturar rocas ubicadas en profundidades de entre 1.500 y 2.400 metros y extraer gas o petróleo de esquisto.
Esta técnica ha amplia las posibilidades de extraer petróleo en muchos otros países y representa una amenaza a la posición dominante de los productores tradicionales.
Hannah Martin, responsable de temas energéticos en la organización ecologista Greenpeace, lamentó declarando que no ha pasado ni siquiera un año desde que el gobierno prometió prohibir la fracturación hidráulica en los parques naturales.
Y agregó que es malo para el campo, y malo para el medioambiente. Los parques nacionales acabarán flanqueados por perforadoras, focos y camiones pesados que contaminarán el aire y la tierra, además de amenazar nuestros acuíferos.