El salvamento que Abengoa y sus bancos acreedores están diseñando para evitar la quiebra de la compañía pasa por un agresivo y acelerado plan de desinversiones de entre 2.500 millones y 3.000 millones, y un recorte draconiano de costos de casi el 40%, que podría suponer la reducción de hasta el 15% de la plantilla en España.
Los acreedores financieros han asumido que también tendrán que negociar una quita de la deuda más o menos significativa, una capitalización de la misma, o una combinación de ambas medidas.
El pistoletazo de salida del plan son los 113 millones de euros de liquidez urgente que Abengoa acaba de lograr de la banca acreedora. El objetivo es que ese dinero proporcione oxígeno a Abengoa hasta mediados de enero. Servirá para pagar unos 60 millones para las nóminas de diciembre, incluida la extra de Navidad, evitando así el colapso del grupo y el estallido de un problema social en España en pleno periodo electoral.
Contrarreloj
A partir de aquí, empieza una vertiginosa contrarreloj para evitar la suspensión de pagos de la empresa. El día 18 del próximo mes (tercera semana de enero) Abengoa, asesorada por Alvarez & Marsal, deberá tener en marcha un primer plan de viabilidad, para lograr ingresos extra y, así, no tener que pedir más dinero urgente a la banca. Antes del 28 de marzo, ese plan deberá completarse con el proyecto definitivo de como quedará la Nueva Abengoa, ya reestructurada.
El plan pasa por que la empresa se centre exclusivamente en las áreas de ingeniería y construcción, desprendiéndose de todo lo que sea promoción de proyectos. Este negocio, que necesita mucha financiación, es precisamente lo que produjo que el grupo, con un pasivo de 27.000 millones, se atragantara con la deuda.
Abengoa dejará de promover y financiar instalaciones para sí misma. Solo las hará para terceros, como otras ingenierías, tipo Técnicas Reunidas, o Duro Felguera. Todo lo que no sea ingeniería y construcción se va a poner en venta, incluidas las grandes joyas, como Abengoa Solar, Abengoa Bioenergía y, sobre todo, Abengoa Yieldco.
El ingreso neto, tras liquidar deuda y garantías asociadas a ellas, se estima en unos 1.200 millones de euros. El plan ya se ha activado. Los primeros candidatos para comprar activos son los socios de Abengoa en cada proyecto. El grupo ya ha empezado a negociar con estos socios.
El listado es muy grande. Algunos socios son Electronorte y Chesf en líneas de transmisión en Brasil. En plantas termosolares, están Neal en Argelia y Total y Masdar en Emiratos Árabes. En Abengoa Water, está IVRCL en India, AEC en Argelia y Sojitz en Ghana. Uno de los activos que más rápido puede ser liquidado es Bioenergía (15 plantas de biocombustibles). Abengoa va a ser flexible y aceptará ofertas por partes o por toda el área.
Otra pata del plan es un ajuste draconiano de costes de hasta el 38%, pasando de 468 millones anuales hasta los 282 millones. El ajuste, que incluye cierre selectivo de oficinas, cancelación de proyectos y reducción de empleo, ya ha empezado.
Solo en Brasil, donde se han parado proyectos, se han ajustado más de 3.000 empleos. Por su parte, España, donde Abengoa tiene más de 6.000 trabajadores, será la menos damnificada. En concreto, en este país, se prevé un recorte de plantilla de entre el 10% y el 15%.