Mayor control a las industrias, auditoría de los planes de reconversión de las empresas, revisión de las contrataciones y de los convenios existentes, junto con la puesta en marcha de un plan sanitario regional, son algunos de los ítem que debería incluir el nuevo plan de saneamiento del Riachuelo que la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) debe presentar ante la Justicia en los próximos meses.
Hasta hoy, lo que se sabe es que la Acumar -organismo tripartito compuesto por la Nación, la Ciudad y la provincia de Buenos Aires- volverá a depender del Ministerio de Ambiente de la Nación y que su gestión será uno de los ejes de la política ambiental de Cambiemos. Los nombres, por ahora, son una incógnita.
El rabino Sergio Bergman, en su condición de ministro de Ambiente nacional, es el presidente ejecutivo de Acumar, pero siguen sin definición las identidades de los directores ejecutivos, que son los que encaran día a día la actividad. Hoy, por caso, se suspendió una audiencia en el juzgado federal de Morón por no haber un interlocutor para avanzar. Ese juzgado es el encargado de hacer cumplir el fallo de la Corte Suprema de Justicia que, en julio de 2008, ordenó a los tres estados recuperar la cuenca.
El plan de saneamiento de uno de los ríos más contaminados del continente está prácticamente detenido hace un año. En 2014, se avanzó con algunas relocalizaciones de habitantes que sufrían la contaminación del Riachuelo, se consolidó la limpieza de márgenes y del espejo de agua y no mucho más; este año, apenas se avanzó con el traslado de más familias de la ribera.
Pero todavía están pendientes acciones fundamentales: el cese de contaminación industrial, los planes sanitarios para la población, la readecuación y la mudanza de la población del Polo Petroquímico de Dock Sud, y la eliminación de los basurales a cielo abierto.
Cabe recordar que también se espera la concreción de un colector cloacal de la margen izquierda que ya cuenta con financiamiento aprobado del Banco Mundial por 840 millones de dólares. La obra ya estaría a punto de comenzar; fue adjudicada a la empresa italiana Ghella y demandará unos cinco años de ejecución. Su objetivo principal es evitar que los líquidos cloacales caigan directamente en el caudal de agua.
Paralelamente, debe continuar el plan de la empresa estatal AySA para la ampliación de la red de saneamiento y la construcción de las cascadas que darán aire a las aguas del río que, en su cuenca baja, no tiene oxígeno. Al frente de AySA estará Daniel Chain, ex ministro de Desarrollo Urbano porteño.
La Acumar cuenta con un presupuesto proyectado para 2016 de unos 1000 millones de pesos. En la actualidad, cuenta con aproximadamente 600 empleados; un porcentaje de ellos, nombrado en el último mes. El dinero está depositado en un fideicomiso del Banco Provincia de Buenos Aires y, desde allí, se utiliza para pagar los sueldos y para las acciones y convenios que se firman con municipios y universidades.
Sin embargo, estas contrataciones no siempre son claras. Por ejemplo, la última disposición que se aprobó en el organismo habilitó una compra de camiones, palas y otros elementos de construcción por 170 millones de pesos. El tema central de la discusión era que ninguno de los municipios había pedido esos elementos o, al menos, no lo había hecho formalmente.
Para Andrés Nápoli, director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales, una de las cuestiones centrales que deben ser atendidas es la del fortalecimiento del organismo. "Hay que convertir a la Acumar en un organismo transparente y participativo. Es necesario saber en qué se han gastado los cuantiosos fondos presupuestarios, cuántos empleados tiene, qué tarea cumple cada uno y cuáles han sido los productos concretos que han generado las consultorías contratadas durante los últimos años", indicó el abogado, que integra el cuerpo colegiado que nombró la Corte para controlar todo el proceso.
Nápoli también menciona que "es necesario que se nombre al frente del Acumar a un equipo de personas idóneas, que conozcan la compleja temática del Riachuelo y que tengan antecedentes en la materia".
Por el momento, según pudo saber LA NACION, no se definió quién será el director ejecutivo del organismo ni tampoco quiénes serán los representantes de cada una de las jurisdicciones. Existe una interna entre dos importantes referentes de Pro: Eduardo Monzó, actual presidente de la Cámara de Diputados, y Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gobierno porteño. Monzó quiere que quede al frente del organismo el arquitecto Amílcar López, que se desempeña en la Acumar desde el primer mandato de Mauricio Macri en la ciudad. Compite por el mismo puesto Gabriela Seijo, ex legisladora macrista especializada en ambiente.
A quien finalmente obtenga el cargo lo acompañarán tres representantes de la Nación; dos de la Ciudad y dos de la provincia. Fuentes oficiales aseguran que por la gestión de Acumar pasará buena parte de la política ambiental del nuevo gobierno. Incluso se rumorea que será uno de los primeros organismos que auditará la Oficina Anticorrupción.
Otra gran deuda es nombrar al titular de la Defensoría del Pueblo de la Nación, que debe liderar el cuerpo colegiado. Hace dos años está acéfala. Como el plan de saneamiento.
Sergio Bergman
Ministro de Ambiente
Es también el presidente ejecutivo de la Acumar. El saneamiento del Riachuelo será uno de los ejes de su gestión política.
Daniel Chain
Presidente de AYSA
El ex ministro porteño será nombrado en la empresa de aguas, que tiene a su cargo varias obras en la cuenca.
Amílcar López
Candidato a Director Acumar
Ya integra el consejo ejecutivo de la Autoridad de Cuenca en representación de la Ciudad. Podría ascender en la estructura.
Gabriela Seijo
Candidata a Directora Acumar
Ex legisladora de Pro en la ciudad de Buenos Aires, especializada en ambiente. Podría recalar al frente de la Autoridad de Cuenca.