Supuestamente, este iba a ser el año en el que los precios del petróleo se recuperarían.
En marzo pasado, 10 bancos encuestados por The Wall Street Journal proyectaron que en el cuarto trimestre el barril de crudo estadounidense promediaría US$50 o más. Hace un año, los contratos para entrega en diciembre de 2015 se vendían a US$63,82.
El petróleo, en cambio, sufre hoy uno de los declives de precios más profundos de la historia, un ciclo que no muestra señales de terminar. En Estados Unidos, el barril de petróleo no se ha ubicado por encima de US$50 desde julio. Y en un recordatorio de que las debacles de los precios de la energía a menudo comienzan pareciendo una mala noticia sólo para terminar siendo peores, los analistas están rápidamente rebajando sus previsiones para 2016, y tanto petroleras como inversionistas se están preparando para otro año doloroso.
¿Cómo se equivocaron tanto los observadores del mercado? Los analistas dicen que se les olvidó la lección de que las caídas basadas en la oferta pueden durar mucho tiempo.
“En la historia reciente no habíamos visto demasiadas caídas del precio del petróleo motivadas por el suministro”, dice Miranda Davis, directora gerente de Quintium Advisors LLC, fondo que administra US$225 millones. “No creo que el mundo haya estado preparado para eso”.
A diferencia de la caída de los precios basada en la demanda de 2009, que fue en parte revertida por los mercados en pocos meses, esta depresión podría durar varios años, agrega Davis.
Este año, la Organización de Países Exportadores de Petróleo sorprendió a los mercados al aumentar su producción en lugar de reducirla. La OPEP dijo hace poco que en noviembre bombeó más petróleo que en cualquier otro mes de los últimos tres años. Por su parte, los productores de EE.UU. y Rusia resultaron mucho más resistentes de lo previsto.
La producción estadounidense comenzó a caer en abril, pero se mantiene cerca de máximos de varias décadas. Y Canadá, Rusia, China y Noruega prevén aumentos de producción para este año, según la Administración de Información de Energía de EE.UU. (EIA, por sus siglas en inglés).
Luego de caer brevemente el lunes por debajo de US$35 el barril, el crudo estadounidense se recuperó para ubicarse en US$36,31 el barril, un alza de 1,9% frente a la jornada previa. El Brent, la referencia global, cerró en US$37,92, su nivel más bajo desde el 24 de diciembre de 2008. Las dos referencias habían perdido más de 10% la semana pasada.
Ambos contratos han perdido casi un tercio de su valor este año. La industria de energía se enfrenta ahora a la posibilidad de que los precios del petróleo puedan ser en promedio menores en 2016 respecto de lo que fueron en 2015, algo impensable hace apenas seis meses.
Las proyecciones no son una ciencia exacta, especialmente en el caso del petróleo, una industria global con datos sumamente irregulares. No obstante, son cruciales y son la base de decisiones empresariales acerca de cuándo perforar y cuánto protegerse.
Continental Resources Inc. es un gran productor en la formación Bakken Shale de Dakota del Norte y un símbolo del auge del sector energético. Hace un año facturó US$433 millones gracias a coberturas que se extendían hasta 2016, pero la empresa quedó expuesta a un bajón que luego recortó los precios del crudo por la mitad.
“Sentimos que estamos en el peldaño más bajo de los precios”, dijo en aquel entonces el fundador de la empresa, Harold Hamm.
El mes pasado, al divulgar los resultados del tercer trimestre a los analistas, la petrolera dijo que no tenía planes para volver a realizar coberturas. La semana pasada prefirió no comentar.
Los actuales precios de los contratos a futuro indican un barril de crudo a US$45 en un año.
La EIA, que actualiza su pronóstico de cotizaciones mensualmente, redujo su proyección para 2016 de US$71 por barril en enero a US$50,89 el barril en su previsión más reciente, dada a conocer esta semana.
Estos pronósticos constituyen un cambio brusco respecto de hace un año, cuando la mayoría de los analistas creía que 2015 sería un año de recuperación lenta pero gradual de los precios, a medida que los productores de esquisto de EE.UU. redujeran el gasto y los menores precios de la energía estimularan la demanda.
“Muchos, incluidos nosotros mismos, pensábamos a principios de este año que los ajustes de la oferta serían más rápidos de lo que fueron”, señala Paul Christopher, jefe de estrategia global de mercado de Wells Fargo Investment Institute, que supervisa US$1,7 billones. “Habiendo sido reprendidos por esperar demasiado en tan poco tiempo, no vamos a proyectar que (una recuperación de precios) se produzca de un golpe” en 2016, asevera.
Christopher prevé que el crudo estadounidense se negocie el año próximo entre US$45 y US$$55 por barril. Citigroup prevé un precio promedio de US$48 para el barril en EE.UU. este año y el próximo. Para el Brent, proyecta un promedio de US$51 el próximo año, por debajo de los US$53 estimados para este año.
“Las empresas estaban presionando fuerte para producir tanto como fuera posible para generar efectivo”, dice el analista de Citigroup Eric Lee. “Si siguen mejorando en lo que hacen y reduciendo costos (...) entonces será necesario que sufran una nueva ronda de dolor”.