Los metales preciosos redujeron su atractivo para los inversionistas y es que ante un escenario de mayor restricción monetaria en los Estados Unidos, los inversionistas llevaron al mínimo sus posiciones, principalmente de oro.
En la primera sesión de la semana, la onza de oro al contado perdió 0.8 por ciento para situarse en los mil 65.10 dólares, al tiempo que los futuros del oro estadounidense para entrega en febrero cerró con una contracción de 1.1 por ciento a mil 63.40 dólares la onza. En lo que va del año acumula una baja de casi 10 por ciento.
En línea con el comportamiento del metal dorado, la plata al contado finalizó la primera sesión de la semana en 13.60 dólares la onza, nivel que no se registraba desde agosto de 2009.
Contrario a lo que sucedió en otras sesiones, el oro siguió a la baja pese a que el dólar cayó 0.4 por ciento contra una cesta de las principales divisas y a que el crudo estadounidense revirtió sus bajas iniciales y para concluir con una ganancia de 1.94 por ciento.
En movimiento contrarío, el paladio subió 0.9 por ciento a 547.10 dólares la onza, mientras que el platino se recuperó uno por ciento a 853.50 dólares la onza.
El pasado fin de semana, la correduría BofA Merrill Lynch dio su pronóstico de que el precio del oro bajaría hasta los 950 dólares durante las primeras semana de 2016 debido, uniéndose a las expectativas de otras corredurías, como Goldman Sachs, que predicen una caída a niveles de mil dólares o menos.