El mercado del petróleo se encuentra inmerso en una tormenta perfecta. El último desplome del crudo, provocado por la resaca de la reunión de la OPEP, -en la que tras un claro desacuerdo se decidió mantener el actual objetivo de producción de crudo-, ha llevado al Brent, el petróleo de referencia en Europa, a la barrera de los 39,79 dólares el barril y al crudo ligero de referencia en EEUU, el West Texas, a cotizar en el entorno de los 36,79 dólares barril. Se trata de la cuota más baja desde 2009, y se sitúa a un 10 y 7%, respectivamente, de sus mínimos de la década. Desde los máximos registrados el pasado año, ambos han retrocedido un 30%.
El desplome de los precios supone un duro varapalo para las arcas públicas de muchos países productores de petróleo cuyas finanzas tienen una alta dependencia a esta materia prima. "Una caída de 10 dólares del precio del barril supone una caída del 0,1% del PIB (Producto Interior Bruto), aunque este porcentaje depende del grado de dependencia y de la eficiencia de cada país", comenta Javier Santacruz, profesor del IEB.
Hay que señalar que el margen bruto por exportaciones de petróleo sobre PIB representan más del 23,62% para Venezuela, para Rusia supone el 13,74%; y el 2,34% para Brasil -que se ha sumado en los últimos años a la lista de exportadores-.
Otras economías como Ecuador (16,19%), Colombia (7,7%) o México (6,6%) también saldrán perjudicadas, es más, las balanzas comerciales de las economías dependientes de las materias primas ya muestran un claro deterioro. "Esto supone una presión adicional para estas economías ya que ingresan menos por la caída de los precios de las materias primas, provocando una menor capacidad de amortización de la deuda, mientras el nominal de su pasivo y los intereses del mismo aumentan por la depreciación de sus divisas frente dólar", matiza Francisco Esteban, de Alphaplus. "Además, estos países se ven afectados por la apreciación del dólar al emitir su deuda denominada en esta divisa de forma mayoritaria", remata el experto.
En el otro extremo de la balanza se sitúan aquellos países con una alta dependencia energética que se perfilan como los principales beneficiados. Para Europa, China, Japón e India los actuales niveles en los que cotiza el crudo supondrán un importante ahorro. China e India son los mayores importadores de petróleo a nivel mundial. Ambos compran en el exterior más petróleo que toda Europa junta. China compra en el exterior 5,6 millones de barriles de crudo al día y 1,2 millones de otros productos petroleros. Por su parte, India importa a diario cerca de 3,8 millones de barriles de crudo. "Los mercados emergentes importadores netos de materias primas y energía, como la India se beneficiarán de sus bajos precios", apunta Alex Homan, director de inversiones de renta variable emergente de Fidelity. Quien añade, "esto elevará la renta disponible de los consumidores sin los efectos secundarios en forma de presiones de las cuentas públicas o la balanza de pagos".
Los expertos atribuyen la actual situación a varios factores como la desaceleración de la economía china, la inversión en energías renovables o el fracking (la técnica de extracción de gas natural que permitió a EEUU reducir significativamente su dependencia energética). No obstante, también la política de tipos cero, acompañada de la flexibilización cuantitativa (QE) de la Reserva Federal han afectado al crudo. Un pesimismo abonado también por el inminente ciclo de subidas de tipos por parte de la Fed este mes, así como la fortaleza del dólar. De confirmarse el alza el alza de tipos, el billete verde podría ganar más fuerza, lastrando aún más el precio del crudo. A todo ello se une que el ritmo de extracción ha echado por la borda cualquier posible acuerdo de recorte del suministro por parte de miembros y no miembros de la OPEP. En este sentido, la Organización de Países Exportadores de Petróleo, que controla cerca del 40 de la producción mundial, confirmó este jueves que elevó su producción a máximos de 3 años y medio en noviembre. Asimismo, según el cártel, la cuota de producción de los países no miembros caerá con fuerza el próximo año.
"Derivado de su estrategia de mantener su cuota de mercado frente a la anterior de estabilizar los precios", comenta José Luis Martínez Campuzano, de Citi. Y es que el objetivo de la guerra de precios de la OPEP no es otro que obligar a sus rivales a recortar su producción y suspender sus inversiones. "Para que el petróleo haga suelo es necesario que se produzcan recortes en los niveles de producción, que devuelvan al punto de equilibrio los niveles de oferta y demanda en el mercado y un balón de oxígeno en forma de depreciación temporal de la divisa americana", asegura Esteban.
Las principales firmas de análisis han dado un vuelco a sus previsiones: si antes pronosticaban el barril en la barrera de los 100 dólares, en la actualidad, la mayoría dudan que se supere los 60 dólares en el próximo lustro y algunas hasta vaticinan un regreso a los 20 dólares en el medio plazo.
Desde JP Morgan, estiman que el barril West Texas se moverá en un rango medio de 43 y 48 dólares en 2016 y 2017, respectivamente. Por su parte, Bank of America Merrill Lynch, rebajó hasta los 50 dólares por barril el precio medio del Brent para el año que viene desde los 55 dólares previos. También recortó hasta los 48 dólares por barril del West Texas desde los 53 dólares anteriores. "La brecha entre el Brent y el West Texas seguirá siendo muy ajustada, de sólo dos dólares por barril", matizan desde el banco de inversión.
Aún así, creen que, a corto plazo, existen presiones a la baja para el precio del Brent, dada la debilidad del renminbi chino y las pobres condiciones macroeconómicas. Además, consideran que el 'cisne negro' de 2016 podría estar originado en Arabia Saudí, si el riyal saudí se desligará del dólar, lo que podrían colapsar el crudo hasta los 25 dólares por barril.