Miguel Galuccio apuesta a quedarse en YPF a cómo de lugar y luego que la semana pasada renunciara todo el directorio de la petrolera estatal –lo que corresponde ante un cambio de gobierno-, se hizo el distraído y mantuvo un inusual perfil bajo.
La estrategia de dejar correr el agua es sencilla, cree que Mauricio Macri tendrá tantas urgencias que su permanencia en YPF se terminará transformando más en una solución que en un problema. De hecho, habló con emisarios del nuevo presidente para quedarse al menos hasta abril
El problema es que Sergio Massa prepara una denuncia penal que cuando trascienda lo ubicaría en una situación prácticamente insostenible para el nuevo gobierno, que dice estar dispuesto a combatir la corrupción.
La denuncia indaga sobre los negocios que Galuccio le dio a sus ex empleadores de Schlumberger. Se trata de cifras siderales que llevaron la facturación de esa empresa en la Argentina de unas decenas de millones de dólares a cifras que se están terminando de consolidar pero se estima podrían ir de los u$s 500 millones a más de u$s 1.500 millones.
Galuccio puso como eje de su gestión la explotación de Vaca Muerta que por ser un yacimiento de shale es mucho más costosa que la de los yacimientos regulares. Y precisamente, sus ex empleadores de Schlumberger se dedican al negocio de prestar servicios de exploración y explotación.
La contratación es de por sí poco ética, pero Galuccio se excusa en decir que se trata de los mejores en el rubro y además sostiene que como YPF es una Sociedad Anónima, no lo alcanza la ley de Etica Pública, que prohíbe a un funcionario tomar medidas que beneficien a su ex empleador inmediato.
Sin embargo, la gente de Massa detectó que Galuccio firmó un contrato con un socio suyo, sobre servicios que le cobran a Schlumberger en Nueva York. En el entorno de Massa sospechan que ese podría ser el camino elegido para blanquear las coimas o comisiones cobradas por los contratos que se le otorgaron en Vaca Muerta. Y lo más graves es que este contrato, el CEO de YPF no lo declaró.
Se suma a esto el escándalo fuporsu sueldo, que sería millonario en dólares y que hasta ahora se negó a difundir. Negativa que con el cambio de gobierno y fallo de la Corte que exige hacer público el convenio con Chevrón, se vuelve cada vez más difícil de mantener en secreto.
