Doce años de hegemonía kirchnerista pasarán a la historia a las 12 de hoy, cuando Mauricio Macri jure ante el Congreso y se convierta así en el primer presidente de la Nación que no proviene del peronismo ni del radicalismo desde el retorno de la democracia, en 1983.
Será el inicio de la gestión presidencial del hasta ayer jefe de gobierno porteño y el final de una transición tan corta (17 días) como repleta de conflictos, desacuerdos y unos pocos acuerdos entre el frente Cambiemos, que hoy comenzará a regir los destinos del país, y la administración que hasta ayer encabezó Cristina Kirchner.
Como consecuencia directa de esos desencuentros, que llegaron a declaraciones públicas sobre el tono de los diálogos telefónicos entre la mandataria saliente y el entrante, la ex presidenta no estará hoy en el Congreso. Allí Macri jurará y dará su primer discurso como Presidente ante la Asamblea Legislativa.
Cristina Kirchner tampoco estará en la Casa Rosada, donde a las 13.30 el nuevo presidente recibirá la banda y el bastón presidenciales, ejes de buena parte de la polémica que dividió a kirchneristas y dirigentes de Cambiemos durante los últimos días.
Luego de la negativa de Cristina Kirchner de entregarle los atributos en la Casa Rosada, Macri pensó en el titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, para cumplir con ese rol. Será, finalmente, Federico Pinedo, presidente provisional del Senado y a cargo del Poder Ejecutivo desde las 0 de hoy hasta la jura de Macri, quien cumpla con el ritual que acompaña a las asunciones presidenciales.
Molesta por la medida cautelar interpuesta anteayer por Macri, que ratificó el fin de su mandato, la presidenta saliente no sólo faltará a la asunción de su sucesor. También ordenó a los bloques kirchneristas en ambas cámaras del Congreso y a los gobernadores que aún le responden que no concurran a la ceremonia de jura. El resultado de esas gestiones quedará reflejado en la magnitud de las ausencias que puedan apreciarse en el recinto de la Cámara baja.
Desafiante, la dirigente que gobernó al país desde diciembre de 2007 encabezó un multitudinario acto de despedida en la Plaza de Mayo, en el que criticó a la Justicia, que determinó, a su criterio, la existencia de un "presidente cautelar", como Cristina Kirchner rebautizó a Pinedo.
"Con este estado de las cosas, hoy todos los argentinos estamos en libertad condicional", advirtió en su último discurso como titular del Poder Ejecutivo, ante una multitud congregada para despedirla.
Ganador del ballottage del pasado 22 de noviembre contra el kirchnerista Daniel Scioli, a quien derrotó por una diferencia de menos de tres puntos porcentuales, Macri prometió en la campaña un gobierno de "diálogo y consenso, de puertas abiertas" centrado en "resolver los problemas de la gente", con especial énfasis en tres cuestiones: tender al objetivo de pobreza cero, derrotar al narcotráfico y unir a los argentinos. Pero la marcha de la economía será una variable ineludible en los primeros meses de su gestión.
El nuevo presidente deberá apelar desde el primer minuto de su gestión a la negociación como principal arma política, habida cuenta de que aun con la ayuda de sus aliados radicales y de la Coalición Cívica no tendrá mayoría propia en Diputados y será por lejos minoría en el Senado. El fin del cepo cambiario, el combate de la inflación y el fortalecimiento de las reservas del Banco Central luego de la salida de su actual titular, Alejandro Vanoli, figuran al tope de las preocupaciones del gobierno entrante.
Ayer, en la antesala de su asunción, el presidente electo dedicó buena parte de su agenda a las visitas internacionales. El rey emérito de España Juan Carlos I llegó al edificio gubernamental porteño para una conversación con Macri, que también invitó al presidente de Bolivia, Evo Morales, a un partido de fútbol compartido en el estadio de papi fútbol del club Boca Juniors, presidido por su aliado Daniel Angelici. A pesar de haber participado del acto de despedida de Cristina Kirchner en la Casa Rosada, Morales jugó con ganas el partido completo, mientras Macri sólo lo hizo un rato y prefirió preservarse para sus compromisos de hoy.
Como era de esperar, Macri también se hizo tiempo para asistir a la asunción de su sucesor en la jefatura de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en la que lució emocionado por "estos ocho años de trabajo conjunto". Larreta fue otra apuesta electoral fuerte de Macri en un año en el que el éxito le sonrió en las urnas.
Será, la de hoy, una jornada extenuante para el nuevo presidente. A las 8, llegará a la Legislatura bonaerense para la toma de posesión en su cargo de María Eugenia Vidal, otro de los desprendimientos exitosos de Pro, como gobernadora bonaerense. El contundente y sorpresivo triunfo de Vidal sobre Aníbal Fernández en las elecciones del 25 de octubre aumentó las chances de Macri de cara a la segunda vuelta.
Luego de jurar como presidente en el Congreso junto a su compañera de fórmula, Gabriela Michetti, y recibir los atributos en la Casa de Gobierno, Macri irá a la Cancillería para la recepción de los dignatarios extranjeros, entre los cuales estarán los presidentes Morales, Dilma Rousseff (Brasil), Tabaré Vázquez (Uruguay), Michelle Bachelet (Chile), Rafael Correa (Ecuador), Juan Manuel Santos (Colombia) y Ollanta Humala (Perú); el rey emérito de España, y representantes de distintos países del mundo.
De allí irá a encontrarse, en la Casa Rosada, con la veintena de ministros que conformarán su gabinete y que jurarán a las 19 en sus cargos. Alfonso Prat-Gay (Hacienda), Rogelio Frigerio (Interior) y Susana Malcorra (Cancillería) se destacan en un gabinete que será coordinado por la mano derecha de Macri en el gobierno porteño: el jefe de Gabinete entrante Marcos Peña.
Será ésa la antesala del final de su primera jornada como presidente. La función de gala en el Teatro Colón, a las 22, será el broche final del día y el inicio de una etapa de cruciales definiciones para el destino del país.
Además de los problemas económicos heredados y la inserción de la Argentina en el mundo, Macri estará atento a los movimientos de Cristina Kirchner. Ayer, la presidenta saliente ya le avisó que buscará tomar un rol protagónico en la oposición a su gestión desde el primer instante.
La masiva movilización que estaba convocada para hoy en el Congreso y la Plaza de Mayo para dar apoyo a la presidenta saliente, Cristina Kirchner, fue desactivada ayer por el Gobierno y los dirigentes de La Cámpora, que eran los encargados de movilizar a la militancia.
En su lugar se destinaron todos los esfuerzos a que fuera la mayor cantidad de gente posible al acto de ayer -ya programado de antemano- en la Plaza de Mayo, con el que finalmente la mandataria se despidió. Sin embargo, aunque oficialmente la movilización fue suspendida, a través de las redes sociales siguen vigentes los llamados a marchar.
En el macrismo, en tanto, las convocatorias fueron atomizadas. Aunque hubo algunos llamados a movilizarse por parte de funcionarios del nuevo gobierno, como Patricia Bullrich, y de la militancia a través de las redes sociales, no hubo un llamado oficial.
Buena parte de los legisladores del Frente para la Victoria seguirán a Cristina Kirchner y tampoco estarán en el recinto este mediodía, cuando Mauricio Macri tome juramento ante la Asamblea Legislativa. El bloque de diputados fijó esa posición en una rueda de prensa ayer por la tarde, aunque habrá excepciones; en cambio,Miguel Pichetto –jefe de la bancada del Senado- anunció que en esa Cámara habrá “libertad de acción”, ante la imposibilidad de unificar una postura.
Una vez que quedó confirmado que Cristina no participará de la jura ni del traspaso de mando, después de la controversia por el lugar de la entrada de los atributos que derivó en una disputa judicial sobre la hora y la fecha del final de su mandato, los legisladores comenzaron a recibir llamados para que tampoco asistieran al recinto, para “vaciar” la asunción de Macri. Los diputados mantuvieron una extensa reunión desde la mañana, y pasado el mediodía hicieron el anuncio en el despacho de Héctor Recalde, el nuevo jefe de la bancada. “En solidaridad en Cristina, como la asamblea se puede realizar sin quórum, este bloque decidió no bajar al recinto”, aseguró Recalde, rodeado de más de 40 integrantes del Frente para la Victoria. De los 98 que conformarán el bloque, en la reunión estuvieron presentes 66 según el punteo de Teresa García, la secretaria parlamentaria. Recalde agregó que algunos ausentes, como los gobernadores salientes José Luis Gioja y Maurice Closs, se comunicaron para avalar la decisión.
Un rato más tarde, el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey otra vez fue el primero en diferenciarse con un comunicado. “Me siento en la obligación de asistir a la jura. Sería una falta de respeto a la democracia no hacerlo. Asistir no sólo es un deber cívico sino también un compromiso militante”, argumentó, y también confirmó que dos diputados de Salta bajarán al recinto. El bloque de santiagueños que responde a Gerardo Zamora, fieles aliados en toda la etapa K, también estarían en la jura.
Los diputados kirchneristas hablaron de “avasallamiento” y cuestionaron el fallo de María Servini de Cubría y a Macri. “La Presidenta dio clara instrucción de que no tenemos que hacer lo que hizo la oposición con nosotros. No vamos a obstaculizar, pero acá se pasó una raya que es muy grave, hay un avasallamiento”, dijo el camporista Juan Cabandié. “Miembros del equipo económico de Macri están discutiendo en Estados Unidos el plan que se va a desarrollar en la Argentina”, aseguró Carlos Kunkel. Recalde se referenció en Cristina y cerró diciendo que irían a la Casa Rosada a escucharla en su último discurso como presidenta.
En el Senado el panorama se presenta más difuso. De la reunión que mantuvieron ayer por la tarde, mientras buscaban conseguir quórum para una última sesión a horas del cambio de Gobierno –finalmente no lo consiguieron-, no lograron una posición definida. Pichetto anunció que los senadores tendrán “libertad de acción” y que a partir de ahora “habrá una discusión horizontal” en el bloque.
También estarán los salteños en la jura –Rodolfo Urtubey y Cristina Fiore-, se estimaba que Zamora, José Alperovich y Walter Barrionuevo y el catamarqueño Dalmacio Mera, entre otros. A la mayoría le llegaban mensajes de funcionarios del gobierno saliente para que no asistieran, mientras lo estaban definiendo. Pichetto dio a entender que no irá.