DANIEL BOSQUE
Éramos pocos y apareció la Organización Federal de Cámaras de Servicios Mineros (OFECASEMI). Lo que puso al rojo vivo la crisis gremial de los proveedores mineros. Un segmento que creció exponencialmente en la última década y que hoy enfrenta problemas de representatividad, baja rentabilidad, capacidad ociosa y una disputa creciente por los contratos de bienes y servicios en la exploración, construcción u operación.La fractura o divorcio es un adelanto de lo que podría ser “La Batalla del 2013”: la puja por quien y desde donde se proveerán bienes y servicios a una industria minera que aminoró su marcha. Que tuvo su prólogo en protestas deSan Juan, cabildeos en Santa Cruz, movilizaciones en Mendoza y Neuquén, y debates ríspidos en Catamarca. El “70/30” o “compre local” está complicado. “Hay menos exploración, con impacto en perforación y alquiler de vehículos y otros, Pascua Lama y Potasio Río Colorado van más lentas y se retrasanAgua Rica, Pachón, Lindero y otras. La torta es menor y los que quedan afuera se quejan al gobierno y a las mineras”, dicen en CAEM.¿Tamaño del negocio? Según Abeceb-CAEM, el sector propició 2.000 pymes vinculadas a servicios, en tanto que otras 3.000 se ampliaron o incorporaron tecnología. El 80% de los insumos y servicios que la minería compra es nacional. Y la desaceleración de la industria minera, en provincias de alta presencia como San Juan, impacta y mucho en el tejido empresarial.
Un discurso federal fundamentó la nueva entente de proveedores alumbrada enJujuy. En la cita sólo faltó el mandato de la santacruceña CAPROMISA entre el listado de cámaras de proveedores. Rubén Gutiérrez, de CASEMI Jujuy yDiego Pestaña, de CAPEMISA de Salta, fueron voceros de un encuentro con críticas a la Cámara Argentina de Servicios Mineros (CASEMI). Resultaron estériles los ofrecimientos de diálogo de ésta y las gestiones de Jorge Mayoralpara evitar el divorcio. Rafael Dahl, vicepresidente de CASEMI descalifica las imputaciones sobre supuesto centralismo de la conducción nacional que comparte con Fabrizio Benedetti, Marcos Montefiore y Axel Arancibia, cuarteto que desde principios de 2011 condujo la Mesa de Homologaciones Mineras(MHM) que supervisó la sustitución de importaciones. Delicada cuestión que hoy enfrenta a Mayoral con Débora Giorgi.
“Transparencia”, “honestidad”, “representatividad”, “legitimidad”, dicen unos y otros para invocar lo propio y desautorizar lo ajeno. El disparador fue el proyecto de CASEMI para darse una estructura nacional, con sede en Buenos Aires y adhesión de cámaras del Interior. Una representación nacional, al estiloCAEM. Para la flamante OFECASEMI, el diseño desconocía el peso de las provincias mineras.
Paradojas: CASEMI surgió como una cámara sanjuanina en el auge deVeladero, Gualcamayo y Casposo. Por afuera de las pasiones, hay quienes explican esta dialéctica por la desaceleración que aqueja hoy a la compra de bienes y contrataciones de servicios mineros. “El año pasado fue espectacular, como en San Juan, donde se concentró el 70% de la facturación, pero este año las inversiones vienen retrasadas. Pascua Lamaestá US$ 500 millones de inversión en Argentina por debajo de lo proyectado; el tren de Potasio Río Colorado, de US$ 1.000 millones, todavía no arranca, y la exploración está en un 30% de lo que fue en 2011”, dice Alejandro Donna, mentor de OFECASEMI desde San juan.“Los años buenos trajeron mucha gente al sector. Antes no existían proveedores especializados en Iglesia, Andalgalá o Perito Moreno, y ahora empresas locales reclaman contratos. Por eso, CASEMI impulsa una fuerte estructura nacional, armónica. E incluso venimos trabajando en un Código de Ética, junto con CAEM, para darle visibilidad y transparencia a los contratos”, replica Dahl.
No falta quienes apuntan a equis influencias políticas para semejante divorcio. ¿Inevitable? ¿Previsible? En los proveedores mineros comenzó a escribirse un nuevo capítulo, justo al fin de las vacas gordas. El “Compre Local” es como el transporte público: no caben todos, y los que logran subirse, no viajan todos sentados. ¿Caballeros que cedan asientos?, de eso ni hablar.