Martín Bidegaray
A "El Mago" se le están acabando los trucos y necesita sacar pronto algún conejo de la galera. Miguel Galuccio, CEO y presidente de YPF, es cuestionado por el kirchnerismo que lo llevó a la conducción de la petrolera, por el massismo que quiere denunciar su gestión por irregularidades en la Justicia y hasta por Cambiemos, donde quieren que rinda cuentas.
A Galuccio lo llamaban "El Mago", un apodo que a él le encantaba. Eso fue porque logró que Cristina Kirchner le permitiera a YPF aumentar los combustibles en 137% desde mayo de 2012 a diciembre de 2015. El litro de nafta valía $ 5,489 cuando asumió y ahora está a $ 13,01. La recomposición de ingresos para la compañía no fue magia, fue porque los consumidores pagaron más para llenar sus tanques.
"Cristina le dio todo: aumentos, nuevo precio para el gas, el acuerdo con Chevron, plata para pagarle a los españoles (Repsol), la ley de hidrocarburos que pidió. Todo", describe alguien que estuvo en el equipo del CEO de YPF y se está yendo. "Lo mínimo que tendría que haber hecho Galuccio es ir a decirle a la Presidenta que se ponía a su disposición, ya que ella lo nombró. Y no lo hizo", lo cuestionan.
El ministro de Economía Axel Kicillof también está enojado con Galuccio. Con Doris Capurro, la vicepresidenta de Comunicación y Relaciones Institucionales, el CEO pasó por varios meses de relaciones tirantes. El titular de la petrolera se reunió, durante la campaña, con Mauricio Macri y eso también le valió reproches de Daniel Scioli por falta de compromiso con el oficialismo. Sergio Massa ya prometió que denunciará en la Justicia supuestas irregularidades en la gestión de YPF. No será el único. Hay contactos entre oficialistas salientes y opositores para presentar una demanda para conocer el sueldo de Galuccio, que es secreto y se calcula en varios millones de dólares. La Corte Suprema ya ordenó que la compañía haga público el acuerdo con Chevron.
Mauricio Macri elogió en público varias veces a Galuccio. Fue para diferenciarlo de Mariano Recalde, el titular de Aerolíneas Argentinas. El próximo presidente rescata de Galuccio que conoce del sector, en contraposición con la improvisación de Recalde. Pero, si se mantiene en el puesto, el próximo ministro Juan José Aranguren tampoco le dará un cheque en blanco.
Aranguren designará a José Luis Sureda como secretario de Recursos Hidrocarburíferos. Será uno a los que Galuccio, si se queda, deberá rendirle cuentas. Sureda viene de Pan American Energy, la segunda mayor productora del país, y es un experto en desarrollos "no convencionales" en gas. En el sector lo consideran una persona apropiada para evaluar si lo hecho hasta ahora por YPF en Vaca Muerta se adecua a los estándares internacionales o si hubo sobregastos.
Varios ejecutivos petroleros cuestionan, por lo bajo, la performance de Galuccio. "Se endeudó en dólares pero cuando tuvo que pagar una compra no tenía la plata. Si lo hizo para darle la plata al Banco Central, no defendió los intereses de la empresa, repitió el esquema del gobierno militar en ese aspecto", critica un competidor. "Su estrategia de perforación en Vaca Muerta no fue técnicamente la mejor", observan desde otra compañía.
Sin embargo, pareciera que Galuccio se debe cuidar más del "fuego amigo". Sus ex colaboradores, los que están dejando YPF, son los lanzan llamaradas de críticas. "Que se quede hasta abril, a ver si puede justificar el sueldo y lo que hizo", susurran. "Ojala Macri y Aranguren lo dejen y examinen su gestión", señalan.
Por la caída en los precios internacionales del crudo, YPF está bajando equipos de perforación de pozos. En principio, eso iba a suceder en Chubut y estaba acordado. Pero la decisión de aminorar la actividad también alcanzará a Río Negro y Neuquén. Y el impacto político entre los gobernadores podría sentirse.
La Corte ordenó a YPF que haga público el acuerdo “secreto” con Chevron. La compañía le solicitó al tribunal una aclaratoria sobre los plazos. Los legisladores que pidieron conocer el acuerdo creen que corresponden los 30 días de la ley de acceso a la información pública.
En el sector petrolero ya existen pistas del contenido de las cláusulas. Según fuentes que pidieron no ser identificadas pero que aseguran haber visto algunos papeles, habría transferencias directas de la casa matriz de Chevron a cuentas de directores de YPF en Uruguay.
Cuando se rubricó el acuerdo, los dólares que traía Chevron corrían riesgo de ser embargados por tres partes. El gobierno de Ecuador le exigía dinero a la petrolera estadounidense por daños ambientales. Repsol vigilaba las cuentas de YPF porque aún no había cobrado la expropiación. Y acreedores de Argentina rastreaban posibles transferencias al Estado para interponer embargos.
Para saltar esos escollos, Chevron habría acordado con YPF la transferencia de dólares desde una filial en Delaware (EE.UU.) a cuentas de directores de
YPF en Uruguay. A su vez, esos directores derivaban ese dinero hacia YPF en la Argentina. Eso estaría en el contrato. “El acuerdo no dejaba margen para que los directores de YPF pudieran desviar el dinero, iba directo a YPF”, arriesgan quienes dicen conocer el acuerdo.
En YPF llegaron a evaluar la posibilidad de hablar con la prensa sobre esa situación. Pero eso implicaría tener que detallar los nombres de los directores.
Nicolás Gandini
Una semana antes de la asunción de Mauricio Macri, el ministro de Economía, Axel Kicillof, y sus colaboradores más cercanos presentaron su renuncia en el directorio de YPF. Buscan, así, facilitar la transición con el equipo que lidera Juan José Aranguren, que estará a cargo del Ministerio de Energía y Minería.
Se trata de un grupo de profesionales que en los últimos años confirmaron la pata energética de La Cámpora. Son Nicolás Arceo, vicepresidente de Administración y Finanzas, un economista que demostró capacidad para resolver un amplio abanico de temas ligados a la gestión cotidiana de la petrolera y que además se convirtió en una pieza clave al funcionar como vaso basculante entre el management y los técnicos del Palacio de Hacienda; Juan Donini, que asumirá como ministro de Economía de Alicia Kirchner en Santa Cruz; Patricia Charbay, otra economista que jugó un rol clave durante los primeros meses de la gestión Kicillof y luego fue perdiendo terreno; y Rodrigo Cuesta, director de Legales de YPF, que en los próximos días jurará como fiscal general en la Cámara Federal Civil y Comercial.
La misma decisión tomó Doris Capurro, vicepresidenta de Comunicación y Asuntos Públicos de YPF quien enfrentada desde hace tiempo con Miguel Galuccio, presidente de la petrolera reestatizada, ayer presentó su renuncia indeclinable. “Fue un orgullo para mí ser parte de este equipo, como la única mujer y, adicionalmente, no petrolera. Y agradezco el apoyo y lo mucho que he aprendido de cada uno de ustedes”, se despidió Capurro en una carta enviada a su equipo.
La posición de Kicillof, hasta ayer único director por las acciones Clase A del Estado, podrá ser ocupada por la persona que nombre Mauricio Macri ni bien entre en funciones. El reemplazo del resto es más complejo: habrá que ver si la Comisión Fiscalizadora designa nuevos directores en reemplazo de los salientes o si los accionistas llaman a asamblea para decidir nuevas autoridades. Galuccio, de buen vínculo con Macri, aún no tiene definido su futuro, aunque tendría garantizada la continuidad hasta la asamblea de accionistas que tendrá lugar en abril.
El cambio de gobierno pondrá de bruces a YPF y al resto de las empresas petroleras frente a un destino que intentaron evitar durante ese año: el ajuste. Con la esperanza de que el precio internacional del crudo se recuperara en 2016, Kicilllof mantuvo desfasado el valor interno del barril –hoy se paga hasta un 80% más caro que en Estados Unidos– hasta el próximo 31 de diciembre. Sin embargo, en lugar de retomar una senda alcista, la cotización del Brent –la referencia para el comercio internacional– se hundió todavía más y la gran mayoría de los analistas avizora que el barril navegará en 2016 por la frontera de los 50 dólares.
Menos actividad. Con esa certeza, los productores locales de hidrocarburos han empezado a bajar el nivel de actividad, e YPF, la mayor petrolera del mercado, no escapa a esa situación. Acaba de poner en marcha un plan vacacional que implicará el parate del 10% de los equipos en actividad. La petrolera reestatizada emplea 175 unidades de torre, tal como se conoce en la jerga a las unidades de perforación, pulling y workover.
YPF prevé dejar al menos 15 de esos equipos en stand by: es decir, a disposición de la empresa, pero sin operarios en las locaciones, según confirmaron a PERFIL fuentes cercanas a Guillermo Pereyra, líder del sindicato petrolero de Neuquén, que el jueves se reunió con Jesús Grande, vicepresidente de Upstream de YPF, y con Domingo Rocchio, director de Relaciones Laborales, los encargados de diseñar el recorte de actividad. Según ese esquema quedarán fuera de servicio al menos hasta mediados de enero cuatro equipos en Chubut y nueve en Neuquén (cinco de perforación y cuatro de workover). La medida afectará a un total de entre 800 y mil trabajadores.
La petrolera reestatizada ingresó vía deuda en los últimos meses dólares frescos a la economía argentina para financiar su plan de operaciones, que contemplaba la adquisición de dos plantas petroquímicas. Era una jugada estratégica para YPF, que apunta a expandirse en ese negocio para protegerse frente a la caída del petróleo. Sin embargo, la operación se cayó porque el BCRA no autorizó a la empresa que preside Miguel Galuccio a girar fuera del país un pago de US$ 122 millones por la adquisición de Petroken y Petroquímica Cuyo, la dos petroquímicas en cuestión.
“Por motivos ajenos a las partes no se produjo el cierre de operaciones”, informó la petrolera, aunque no brindó mayor información al respecto. Sin embargo, fuentes del mercado de capitales confirmaron que se cayó la operación.
Silvia Naishtat
Cuando se conoció esta semana que el Banco Central no le permitía a YPF contar con los dólares para comprar dos petroquímicas, los primeros sorprendidos fueron los del banco HSBC, que ya le habían concedido los préstamos en tiempo y forma. En el ambiente petroquímico rápidamente atribuyeron la negativa a una interna en la cúpula del poder. YPF iba a comprar Petroken, de la holandesa Lyondell Basell, y Petroquímica Cuyo, del grupo Sielecki, ambas dedicadas a la producción y comercialización de diferentes polímeros, por US$122 millones. La operación era en dos partes ya que se quedaba con una parte de Petroquímica Cuyo, y junto con Sielecki, adquirían Petroken.
El dato es que el grupo Sielecki, bajo la batuta de Daniel, pertenece a la familia política del canciller saliente, Héctor Timerman. Annabelle, hija del fallecido Manuel Sielecki, es la esposa de Timerman. Ambas plantas son vecinas a las destilerías de YPF en La Plata y en Luján de Cuyo, que las abastecen de materias primas. En el armado de esta compleja operación intervino el HSBC, que ya había trabajado con YPF en el acuerdo con Petronas de Malasia, para invertir US$500 millones en Vaca Muerta. A su vez, el HSBC está en la mira del Gobierno, a tal punto que su presidente –Gabriel Martino– fue desplazado por el Banco Central a raíz de la investigación sobre más de 4.000 cuentas de argentinos en Suiza. Por cierto, en la propia YPF creen que con el cambio de gobierno podrían retomar la negociación, pese a la caída del plazo otorgado por los vendedores.
* Llamados, expectativa, futuras misiones, es lo que recibe en los últimos días al compás del cambio de gobierno, Miguel Centarti, el CEO deBaker Tilly, una auditora que es la sexta del mundo. Consultado si es una especie de deja vu de los años 90, Centarti fue contundente: “No es comparable. Aquello prometía negocios varias veces millonarios por las privatizaciones. Era imponente. Esto es más modesto, simplemente encontrar las oportunidades en un país con potencial”.
* Sorprendido en la gala de la Fundación Endeavor, el último lunes en el Faena Art Center, Norberto Morita, alma de Southern Cross, que define como un fondo de inversión latinoamericano, dijo que estaba mirando varios y nuevos negocios en la Argentina. Pero no dio pistas. El último movimiento de Morita fue el año pasado, cuando adquirió el grupo mexicano Expansión, que edita 16 revistas en ese país y opera once sitios web de contenidos. Morita encabeza Southern Cross desde 1998, tras dejar de ser CEO del grupo Bemberg antes de que fuese vendido a la brasileña Brahma. En la Argentina operan la empresa de gas y petróleo Estrella y el astillero y naviera Ultrapetrol. Tuvieron como firma insignia a Compañía General de Combustibles, luego vendida a Eurnekian.
* De cara a lo que será una difícil negociación, miembros del próximo gabinete económico abrieron una ronda de consultas. Algunos contactaron a Marcelo Etchebarne, quien les aseguró que es el único argentino que les ganó dos veces a los fondos buitre, empezando por el canje de deuda de la provincia de Mendoza cuando Julio Cobos era gobernador en 2004, y el canje de 2008, que cerró en 2010 el gobierno nacional. Por este último canje, Etchebarne fue muy cuestionado, denunciado y llevado a tribunales. Pero la semana pasada el fiscal federal Rívolo pidió la finalización de la investigación por las denuncias de Lozano, Solanas, Cafiero y Monner Sanz con relación al canje. Rívolo determinó que “no existió delito alguno con relación al canje de deuda y los hechos denunciados”. Rívolo es quien solicitó la indagatoria de Amado Boudou.
* Con la velocidad de conexión que tienen a través de Internet y de las redes sociales, y enterados del equipo que conforman Andy Freyre y Silvia Torres Carbonell en la Ciudad, la Sociedad de Capital Venture, conformada por los que invierten en empresas innovadoras, decidió armar su propio congreso para alentar la llegada de estos capitales desde el primer día del gobierno de Mauricio Macri. La cita es el próximo viernes 11 de diciembre, en el Centro Metropolitano de Diseño y la impulsa el presidente de la Sociedad, el ex General Electric Patricio Gómez Sabaini, quien convenció a Eduardo Elsztain, Lisandro Bril, Juan Carlos Bagó, entre otros, para convocar aceleradamente a fondos del exterior. Aseguran que vienen varios.
