La repentina y dramática caída del precio del cobre ha mantenido en vilo a la industria minera durante todo 2015. Ayer el metal rojo cerró en US$ 2,052 la libra, con un descenso de 29% en lo que va del año.
En este contexto, Iván Arriagada, presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals, controlada por Antofagasta Plc, el brazo minero del grupo Luksic, analiza el complejo panorama de la industria, la situación de la compañía y como “observador” entrega su visión sobre el momento que vive Codelco.
En las últimas semanas el precio del cobre ha estado a un paso de caer de los US$ 2 ¿Cuánto les afecta a ustedes y a la industria?
La transición de la economía china tomará más tiempo de lo que inicialmente era perceptible. Inicialmente se pensaba que sería una transición de un año y hoy se cree que durará tres años o más. Esto ha tenido un impacto en el precio, pero la minería es un negocio de largo plazo. Por ende, nuestro foco para responder a este ciclo de precios más apretados es focalizarnos en aquellas cosas que controlamos, las que tienen que ver principalmente con cómo gestionamos nuestras operaciones desde el punto de vista de los costos y la productividad.
¿Comparte la visión respecto de que estamos en una crisis?
Esto es parte de los ciclos de las materias primas. Es cierto que la caída del precio del cobre ha sido bastante repentina en el último año y más fuerte de lo esperado, por lo que tiene un componente de crisis por los impactos inmediatos. Sin embargo, si China retoma sus tasas de crecimiento, que será más moderado pero más estable, ya en 2018, 2019 y, particularmente en 2020, vamos a tener de nuevo un mercado del cobre que estará deficitario. Es decir, que no habiendo entrada de nuevos proyectos, más allá del 2017, y teniendo leyes que decrecen, habrá un problema de oferta, por lo que la perspectiva para el largo plazo es favorable.
Y en lo inmediato, ¿cómo están viendo 2016 y 2017?
El 2016 y 2017 serán años complicados, con precios como los que estamos viendo hoy, e incluso, puntualmente, por debajo de losUS$ 2 la libra. Estos niveles son desafiantes y complicados para la industria, porque durante un período prolongado los precios estuvieron altos y hubo una escalada de costos. Hay una parte importante de la industria que puede estar a costos de producción cercanos al precio que existe hoy. Por lo tanto, están en una posición bastante complicada.
¿La industria minera debería adoptar medidas para afrontar este complejo escenario?
En los próximos dos años continuarán profundizándose las medidas de contención de costos y de mejora en la productividad. Depende mucho de en qué lugar de la industria está cada uno, por ejemplo, Pelambres tiene costos más bajos y buenas leyes, pero hay operaciones con costos más altos y leyes más bajas. Por lo tanto, se requiere aplicar medidas diferentes. Nosotros, que estamos en el primer 50% de los costos más bajos, estamos más focalizados en seguir profundizando los cambios más estructurales en materia de productividad, más que en recortes de producción. En este sentido, seguiremos haciendo mejoras y cambios en áreas como mantenimiento, contratos de servicios, energía y en nuestra propia organización. Otros en la industria tendrán que tomar medidas alternativas.
En el caso de la compañía, ¿la reestructuración que hicieron en octubre los deja en buen pie para esta situación?
Hicimos una reestructuración importante que significó la salida de un grupo cercano a las 300 personas y eso nos deja en un buen pie para el período que viene. Desde el punto de vista de la mejora continua, seguiremos mirando dónde mejoramos. La revisión de contratos con las firmas contratistas es algo que hemos estado haciendo en los últimos dos años, buscando hacer más con lo que tenemos.
¿Cuánto ahorrarán en costos este año?
Nuestra proyección es que lograremos una reducción de costos del orden de US$ 230 millones este año, lo que representa entre un 8% y 9% de la estructura de costos que tenemos en las operaciones actuales. Y tenemos una meta de otros US$ 150 millones para 2016. Seguimos trabajando en varias líneas, en mantención, en productividad y servicio, eficiencia energética y también en la efectividad de nuestra organización. De todos modos, si el precio del cobre sigue cayendo tendremos que evaluar tomar otras medidas adicionales.
¿Cuáles son sus proyecciones de producción para 2016?
Esperamos un crecimiento como mínimo del 3%, gracias a que estamos echando a andar Antucoya y en Centinela esperamos una mayor producción, porque hemos hecho una expansión en la capacidad de procesamiento en la planta, en el área de chancado. A eso hay que agregarle la mina Zaldívar, donde compramos a Barrick Gold el 50% en US$ 1.005 millones y de la que hicimos toma de control ayer. Considerando que producirá cerca de 105.000 toneladas, y a nosotros nos corresponde el 50%, tendríamos un crecimiento mínimo de 8% de la producción en 2016. Además, nos permitirá superar las 700.000 toneladas de producción de cobre fino anuales y hay que destacar que es una operación competitiva en términos de sus costos (entre US$ 1,30 y US$ 1,70) y cuenta con reservas que nos permitirán seguir produciendo por al menos 14 o 15 años más en este yacimiento.
Codelco
¿Cómo ve a Codelco en este contexto de bajos precios del metal rojo?
Hablando en calidad de observador, creo que han tomado medidas que son adecuadas y, por lo tanto, lo que se ve es una muy fuerte voluntad de ir confrontando los desafíos que tienen, particularmente en el ámbito de costos, donde han mostrado buenos resultados. En el caso de los proyectos estructurales hay un reconocimiento de la dificultad que tiene la ejecución de algunos, más allá de lo que se había previsto. Hay un sentido de realismo en el ajuste que se hace en la cartera. Por ejemplo, han reconocido que El Teniente tiene un tiempo de demoras más alto por las dificultades geomecánicas propias del yacimiento, que hoy son más evidentes.
¿Cree con las medidas adoptadas la cuprera queda en buen pie?
Codelco, como toda la industria y particularmente ellos que tienen una escala grande, estarán desafiados y exigidos, pero los pasos que se han dado son los correctos y reflejan realismo en las decisiones que se han tomado.
Los más afectados durante este ciclo han sido los pequeños y medianos productores…
La gran pregunta es si estos cambios son transitorios o las condiciones de mercado son permanentes. Yo creo que tienen un componente permanente, porque el cambio en China se traducirá en un cambio estructural en la demanda de cobre que nos acompañará por muchos años, más allá del 2017, y desde ese punto de vista puede haber operaciones en la mediana y pequeña minería que vean cuestionada su viabilidad económica. Ahí hay un rol de Enami de cómo readecuar esa parte de la industria a las condiciones de largo plazo.