Mientras va perfilando el organigrama y el equipo de secretarios que lo acompañará a partir del 10 de diciembre, el futuro ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, se ha topado con un nuevo escollo que promete hacer más pesada y compleja la “herencia energética” que recibirá del kirchnerismo.
Se trata de la misteriosa desaparición de una gran cantidad de documentación y papeles clave de la gestión de los últimos años de la empresa estatal Enarsa.
De acuerdo con los datos que manejan los asesores de Aranguren, dos días antes del ballotage y luego del triunfo de Mauricio Macri, personal de Enarsa se habría dedicado a copiar y eliminar información sensible vinculada con comunicaciones internas y compras de combustibles.
La información en poder de los futuros funcionarios del sector energético indicaría que empleados del área de Sistemas de Enarsa procedieron a copiar todos los mails históricos y la documentación referida a los “bill of ladings” de las operaciones de importación de combustibles líquidos de los últimos cinco años.
Para las tareas de copiado de los archivos informáticos, los agentes de la empresa estatal habrían solicitado la asistencia del ex Gerente de Sistemas, Jorge Casanova, quien estuvo hasta fines de 2012 cuando desembarcaron en el directorio los referentes de La Cámpora encabezados por Juan José Carbajales.
Tras transferir toda la información a unos 80 pentdrives, puertas adentro de Enarsa se procedió a declarar que varios discos fijos de las computadoras habían quedado—llamativamente—dañados y destruidos.
Enterada de la maniobra, la Auditora Interna de Enarsa, la contadora Marcela Scarcia, salió a exigir por escrito y con carácter de urgente a las gerencias y al directorio copias de todos los archivos del sistema informático de la compañía..
De esta manera, la auditora buscó cubrir sus espaldas y tener un estado real de la información contable existente en la empresa ante cualquier reclamo de la SIGEN o demanda judicial que pueda aflorar con la llegada de las nuevas autoridades.
Frente a esta situación, Aranguren habría tomado la decisión de convocar a un grupo de ex técnicos y ex gerentes que pasaron por Enarsa y que conocen los vericuetos operativos y económicos de la empresa.
La intención del futuro ministro de Energía sería armar un equipo especial de asesores para revisar todas las contrataciones directas y las importaciones de gasoil y gas natural licuado que ha efectuado Enarsa en los últimos ocho años.
En línea con la postura anticorrupción que plantea Macri para su gestión, el ex titular de Shell Argentina tiene en mente poner sobre el tapete el polémico manejo de Enarsa durante la administración kirchnerista y llevar adelante los pedidos de investigación y denuncias que correspondan ante cada irregularidad que salga a la a luz.
Entre las cuestiones más significativas de los negocios de Enarsa que prevé analizar con lupa Aranguren figurarían: los volúmenes de gasoil entregados a los generadores “delivery”, los fletes pagados a las empresas de camiones, los controles de calidad del combustible importado, los costos marítimos y portuarios de los barcos de GNL y las facturas de gas no cobradas a las industrias que no acataron las ordenes de corte durante los últimos períodos invernales.