El lunes a las 10 am en la sede de Le Bourget, a las afueras de París, y con la presencia de autoridades y negociadores, se dio inicio a la cumbre climática más importante del mundo (COP21), en la que se espera lograr un acuerdo mundial para hacer frente al cambio climático.
ConexiónCOP comparte las principales frases del discurso inaugural, en el orden que fueron presentadas:
Una corbata de esperanza. “Estoy usando la misma corbata que usé en la apertura de la COP20, un año atrás. No es por que no tenga otras corbatas, sino porque con ello quisiera transmitir una fuerte señal de esperanza de que podremos enfrentar el cambio climático a través del acuerdo que estamos persiguiendo.”
Terrorismo y cambio climático. “El mundo enfrenta dos grandes amenazas: el cambio climático y el terrorismo. Y estoy completamente seguro que alcanzar nuestro Acuerdo será la única manera de enfrentar ambas amenazas al mismo tiempo.”
Triángulo virtuoso. “Este 2015 estamos en un año espectacular: en octubre de este año, adoptamos la Agenda de Acción deAddis Abeba con enfoque de desarrollo. Dos meses antes, adoptábamos las Metas de Desarrollo del Milenio, que guían el camino para los siguientes 15 años. Si logramos cerrar este triángulo virtuoso con el Acuerdo Climático. podremos resolver el paradigma de desarrollo para las generaciones futuras.”
Sobre la Plataforma de Durban. “Decidimos adoptar la plataforma de Durban con la meta clara de lograr un acuerdo universal legalmente vinculante para el 2015. Por ello debemos trabajar en este objetivo para demostrar al mundo que podemos cumplir nuestras obligaciones. Porque estamos representando a no solo a París, sino a los gobiernos y al Mundo: son 195 partes que están completamente comprometidas frente a los impactos del cambio climático.”
Líderes comprometidos. “Quiero agradecer todo el soporte político de los líderes de estado de todo el mundo que estarán mostrándose hoy. Son además 181 los países han puesto sobre la mesa sus INDC [compromisos climáticos nacionales], es la mejor manera de construir confianza para el futuro.”
Laurent Fabius, presidente de la COP21
Solo tenemos 11 días para lograr el éxito en la COP21. Para ello resumo mi compromiso en 4 puntos:
Escuchar: “Estaré abierto a escuchar, me esforzaré para que se tengan en cuenta todos los puntos de vista. Garantizamos el principio de una presidencia imparcial en la que se respete a todas las Partes.”
Transparencia: “No tenemos planes ocultos, queremos que nuestra presidencia sea inclusiva y haré todo lo necesario para lograr y merecer un acuerdo.”
Ambición: “El desafío es demasiado importante para que podamos concentrarnos en un acuerdo mínimo. Los jefes de estado mencionarán las vías para mejorar los niveles de ambición.”
Facilitar el compromiso: “En el texto de negociación todavía figuran alternativas abiertas. La tarea será ir limpiando el texto en la primera semana, tendremos que concertar con los ministros y jefes de delegación. Habrá que trabajar rápido durante la primera semana e ir al grano sin perdernos. Los ojos del planeta nos miran, hay esperanzas, y tendremos que estar a la altura para comunicar al mundo
No tenemos planes ocultos, queremos que nuestra presidencia sea inclusiva
Christiana Figueres, secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
“Hablo en nombre propio y estoy segura de que hablo también en nombre de todo el mundo, por ello quiero decir que estamos con París. Mi más profundo pésame para las víctimas y familias afectadas en las últimas semanas.”
“Doy gracias al presidente de la COP21, Laurent Fabius, a su equipo ejemplar, y a las muchas instituciones y personas movilizadas por el gobierno de Francia, y por los esfuerzos que se llevan a cabo.”
“Quiero dar las gracias al Ministro del Ambiente de Perú, Manuel Pulgar Vidal, por traer hasta París el espíritu de Lima y dar la luz, un título que ha cobrado un verdadero significado en la ciudad de las luces, como lo es París.”
“El acuerdo del cambio climático que intentamos obtener, tendrá que ser parte de aquello en lo que París se ha convertido afrontando la adversidad. París tiene que ser el lugar donde el mundo se una. París tiene que ser el lugar para demostrar que somos capaces de solidarizarnos los unos con los otros, decididos a asumir un compromiso del bienestar duradero para todos.”
“Los ojos del mundo los miran a ustedes, no desde el punto de vista metafórico, sino literal. Tienen ahora la responsabilidad de finalizar un acuerdo que ofrezca un apoyo para el mundo en desarrollo, que sea catalizador de acciones y ambiciones para todos.”
“El año pasado fue un punto de inflexión después de años de trabajo, veremos por fin que las acciones estén marcadas por la valentía y que no hay marcha atrás. Es tarea de ustedes aprovechar este progreso, preparar una vía inquebrantable que nos lleve a responder las exigencias de la ciencia. Nunca jamás hubo una responsabilidad tan grande en manos de tan pocos. El mundo los observa y cuenta con ustedes.”
Carlos Windsor, Príncipe de Gales
“Estoy de todo corazón con el pueblo francés que ha demostrado tanto valor, ante los terribles hechos de las últimas semanas. Tantas personas en todo el mundo han depositado su confianza y definirán a las generaciones que aún no viven.”
“Piensen en sus nietos, así como yo pienso en el mío, en aquellas de miles de personas que no tienen voz. Ante ello insto a que piensen en las necesidades de las generaciones más jóvenes.”
“En un planeta cada vez más poblado, las poblaciones se enfrentan a muchas amenazas, pero ninguna mayor al cambio climático.”
“El planeta puede sobrevivir al calentamiento de la tierra, pero la raza humana no. Para evitar la catástrofe tenemos que limitar el calentamiento a menos de 2 grados, lo que significa un cambio radical.”
“Toda la naturaleza está hablando de lo mal que la estamos tratando, ha llegado el momento de que salvemos al planeta. Confío en sus esfuerzos y rezo por el éxito.”
Los líderes mundiales se encuentran en una París todavía golpeada por los ataques del pasado 13 de noviembre para intentar avanzar en la lucha contra el cambio climático.
Les ofrecemos una guía rápida para conocer en qué consiste esta cumbre.
Al grano, los gobiernos del mundo ya se comprometieron a recortar las actividades humanas que liberan gases de efecto invernadero, como la quema de combustibles fósiles.
Pero esa no es la solución al problema.
La dificultad está en conseguir que 195 países acuerden cómo lidiar con el asunto del cambio climático.
Cada año, desde 1992, se celebra la conferencia de las partes con los negociadores tratando de componer un plan práctico.
Este año, en París, es la última oportunidad para este proceso. Los negociadores dispusieron en 2011 que el acuerdo definitivo debía adoptarse antes del fin de 2015.
1 ºC
de incremento de temperatura desde 1850.
2 ºC se considera el límite de un calentamiento global demasiado peligroso.
30% han subido los niveles de CO2 desde la Revolución Industrial.
4% ha retrocedido la cantidad de hielo en el Ártico.
9 de 10 de los años más cálidos registrados han ocurrido desde el año 2000.
Los críticos dicen que el problema del cambio climático no será tan urgente cuando se toman 20 años para acordar una solución.
Pero los defensores de las cumbres argumentan que tomarse tanto tiempo es necesario porque las decisiones se adoptan por consenso en el sentido de que no hay nada acordado hasta que todo ha sido acordado.
Las partes creen que, a pesar de esta enorme limitación, es la mejor manera de garantizar un resultado justo: todos compartimos el planeta, así que todos deberíamos tener una voz con el mismo peso respecto a su futuro.
COP21 es la forma abreviada del inglés para la vigésimoprimera Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Este larguísimo título fue creado en la cumbre celebrada en 1992 en la brasileña Río de Janeiro, donde por primera vez se reunieron los países preocupados por el cambio climático.
Allí se acordó una convención que entró en vigor en 1994 y que ha sido suscrita por 195 países.
La clave del acuerdo está en la "estabilización de los gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que evite la interferencia humana dañina en el sistema climático".
Se espera que unas 40.000 personas de todo el mundo lleguen a la cumbre en las dos semanas que dura.
Una gran parte son delegados de los gobiernos, sobre todo funcionarios. Dependiendo del caso, van desde equipos de dos personas a varios cientos en el caso de los países más ricos.
Hay muchos lobistas y representantes de empresas, de la industria y la agricultura. También de grupos ambientalistas.
Los líderes políticos también se harán presentes, aunque sólo por un día. Su papel será dar discursos e impulsar el trabajo de sus negociadores hacia un compromiso efectivo.
Entre los representantes estatales destacan los ministros de Medio Ambiente, que también llegarán al final de las negociaciones para darle forma al acuerdo definitivo.
Piensa en todo lo que te rodea: el teléfono o computadora en que estás leyendo esto, lo que comes, la ropa que vistes…
Casi todo lo que ves, tocas o sientes ha sido cultivado, construido, transportado usando energía que viene de combustibles fósiles.
Han sido de enorme utilidad para el desarrollo de la humanidad, permitieron la industrialización, el desarrollo, sacar a millones de la pobreza.
Pero está bien documentado que el dióxido de carbono que se genera tiene un efecto invernadero; es decir, atrapa el calor en la superficie del planeta.
Según los científicos, es impredecible el impacto que tendrá en el clima el hecho de que la media de la temperatura de la Tierra supere 2 ºC la de los tiempos previos a la industrialización.
Y estamos ya a medio camino de ese peligroso punto.
Así que el propósito de París es trabajar una manera de limitar las emisiones de esos gases, mientras se permite que los países puedan seguir creciendo y se le ofrezca ayuda a los menos desarrollados y más afectados por la subida de las temperaturas.
¿Simple? Es probablemente el acuerdo de cooperación más ambicioso jamás planteado.
El destino final es un mundo donde las temperaturas no suban más de 2 ºC por encima del nivel en que estaban entre 1850 y 1899.
Esa es la aspiración de largo plazo que ya se ha pactado.
Pero hay graves diferencias sobre cómo alcanzarlo. Los países en desarrollo dicen que quieren el derecho a seguir quemando petróleo y carbón hasta que terminen con la pobreza.
Argumentan que ahora es su turno, pues los ricos han tenido acceso sin restricciones a los combustibles fósiles por dos siglos.
Así que el acuerdo de París requiere encontrar un balance entre la necesidad de recortar esos gases con el derecho a usarlos.
La cuestión de quién paga es también crucial.
¿Quién va a asumir el coste de la transición a las energías renovables para los países que no se lo pueden permitir?
¿Quién va a poner dinero para ayudar a los países pobres a adaptarse a la subida de los niveles del mar y a las sequías y olas de calor?
¿Pueden los países que sufran el impacto del cambio climático en el futuro poner demandas legales contra los que consideren responsables?
Estas son algunas de las cuestiones más complicadas que están por responderse. Pero sobre todo está el asunto de la justicia.
Los países más ricos dicen que el mundo ha cambiado desde que se iniciaron las conferencias en 1992.
Entonces, el mundo estaba dividido entre países desarrollados y los que estaban en desarrollo, tomando como medida los ingresos del país.
Pero esta división ya no es necesariamente vigente, pues están las economías emergentes que pueden también arrimar el hombro en los crecientes costos del cambio climático en el futuro.
La diferencia que puede hacer la cumbre es potencialmente enorme.
En los años 80, los científicos descubrieron el agujero en la capa de ozono y el acuerdo alcanzado en Montreal, Canadá, estableció la manera de atajar el problema.
Rápidamente, el mundo dejó de usar los destructivos gases que causaron el problema y en la actualidad el agujero se está cerrando.
El cambio climático requiere un método similar, pero a una escala mucho mayor.
Un acuerdo ambicioso en París limitaría los gases de efecto invernadero y pondría al mundo en el camino hacia la reducción del impacto del cambio climático.
Pero la realidad de la política y las negociaciones hace que probablemente se trate de un acuerdo de compromiso.
Entonces, con el tiempo, los negociadores podrán fortalecer el acuerdo y hacerlo más ambicioso.
La esperanza no está perdida. Basta ver lo lejos que ha llegado la humanidad simplemente con la iteración y reiteración de las ideas hasta que se convierten en algo mejor.
Un ejemplo, los teléfonos inteligentes e internet.
Así que pese al potencial de fracaso y lo probable de un compromiso algo desordenado, un resultado en la cumbre de París, sea débil o robusto, es que va a estar en el corazón de todo lo que intentemos en el futuro.
Y ese será uno de los grandes logros de la humanidad.