Sólo con la compañía de su equipo más cercano, el nuevo ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, traza las líneas de un plan energético que apunta a un horizonte de cuatro años y cambiará por completo la fisonomía del sector que diseñó el kirchnerismo.
Los puntos sobresalientes de ese plan son un aumento gradual, pero sostenido, de los precios del gas y de la electricidad para casi todos los sectores, que en parte compensaría el costo económico de establecer una tarifa social bien definida que reduzca o exceptúe, según los casos, el costo de esos servicios para los bolsillos de quienes están por debajo de la línea de pobreza.
Aranguren se reunió ayer por más de una hora con el ministro de Economía, Axel Kicillof, para avanzar en la transición sobre el manejo del sector.
En reuniones con el sector privado, Aranguren sostuvo que su gestión implementará un sendero de precios. Es el término edulcorado para hablar de una recomposición de los valores de la energía. Y debería conducir los valores internos a la paridad de importación.
Hoy el precio promedio del gas en la Argentina ronda los US$ 3 por millón de BTU, la unidad de medida, aunque puede variar según las compañías. Por caso, el Gobierno remunera con US$ 7,5 la oferta nueva del fluido, que convive con valores mucho más deprimidos. La industria paga US$ 4 y los hogares, US$ 1, en términos aproximados.
La intención de Aranguren, al igual que la de otros especialistas en temas económicos del nuevo gobierno, es que haya un solo precio para cada producto energético al final del gobierno.
La administración perfecta de la energía que sueña Aranguren no contempla una eliminación total de los subsidios, sino una reorientación. Hace tiempo que está convencido de darle un empujón económico al desarrollo de la energía eólica, principalmente. Más aún: el futuro organigrama de su cartera contemplará una secretaría dedicada a Energías Renovables.
Habrá al menos otros cinco departamentos: Petróleo y Gas, Electricidad, Nuclear, Planeamiento y Ahorro, y Eficiencia. Los dos últimos serán una característica propia de la futura gestión. Es muy probable que Planeamiento y Ahorro centralice la importación de gas natural licuado, que ya no dependerá de Enarsa ni de YPF. De hecho, Cambiemos considera esa empresa estatal de energía como una de las peores creaciones del kirchnerismo. La importación de GNL está bajo investigación del juez Claudio Bonadio .
Eficiencia, por su parte, asumirá un rol activo en el cuidado de los recursos. Habrá un premio importante para los usuarios que ahorren energía. Si bien los grandes lineamientos conceptuales están definidos, aún no están puestos los números finales. La semana próxima podría haber anuncios en esa dirección.
El nuevo ministro llega también con la intención de remodelar el organigrama de YPF. Quiere asignar a personas distintas los cargos de presidente y CEO. Hoy están en manos de Miguel Galuccio, quien desarrolló un vínculo personal con Macri. El hombre designado por Cristina Kirchner, en cambio, quiere mantener ambas posiciones, por lo que su futuro en la empresa es incierto. Aranguren ordenará una auditoría de su gestión. Si no renuncia antes, es probable que su futuro se resuelva en abril del año próximo, cuando está convocada la asamblea de accionistas de la empresa. Claro que también se podría adelantar la fecha mediante una asamblea extraordinaria.
Aranguren saltó a la fama en 2005, después de ordenar un aumento en los precios de los combustibles de Shell. El ex presidente Néstor Kirchner tomó la remarcación en las pizarras como algo personal, llamó a no comprarle "ni una lata de aceite" a la compañía y habilitó a Luis D'Elía para que se manifestara. Fue el bautismo de fuego de Aranguren como crítico del oficialismo. En los años siguientes tuvo un amplio intercambio epistolar con Julio De Vido y le rebatió en la Justicia a Guillermo Moreno más de 50 juicios penales en su contra. Aranguren, con una memoria prolífica para recordar frases de la literatura, usó días atrás una cita de Orwell que sugiere que mantendrá su criterio: "Libertad es decirle al otro lo que no quiere escuchar", dijo.
J. Aranguren
Futuro ministro de Energía
Desarrolla un plan para que los usuarios paguen de manera gradual por la energía un valor que cubra los costos de producirla, algo que hoy no ocurre. El precio del gas se acercará a los valores internacionales
Aunque intentará reordenar los subsidios, el proyecto contempla que más de dos millones de hogares reciban gratis parte de la luz que usen
Habría más subsidios para fomentar el desarrollo de energías renovables, como la eólica, que el kirchnerismo insinuó, pero nunca concretó
El designado ministro de Energía, Juan José Aranguren, aseguró ayer que la petrolera YPF continuará con la actual composición accionaria y adelantó la necesidad de un “ordenamiento” en las tarifas de electricidad para eliminar la distorsión entre lo que se paga en la zona metropolitana respecto del resto del país.
Esta definición es crucial para Santa Cruz, ya que YPF es la principal operadora en territorio provincial y genera el 25% de la producción de crudo total que la operadora explota en todo el país.
El futuro ministro de Energía a partir del 10 de diciembre anticipó además que la empresa petrolera YPF quedará “con la configuración accionaria que tiene: 51% en manos estatales -26% del Estado nacional y 25 de las provincias- y el resto en manos privadas”.
Sobre la petrolera estatal, el próximo ministro dijo que “en ningún momento se cuestionó mantener la composición accionaria de la compañía: YPF sigue como está, sigue siendo la empresa líder y se buscará que sea más eficiente”, adelantó.
Aranguren señaló además que Vaca Muerta “es un proyecto muy significativo” y precisó que se trata de “un roca formadora y tenemos otra como Los Molles (en Neuquén), particularmente rica en gas, que van a seguir siendo una fuente de energía para el país”.
Planteó que hay que establecer las “condiciones macro, de productividad y de forma de explotación del recurso en forma eficiente y destacó que “el proyecto (de Vaca Muerta) ha llegado para quedarse y la actual coyuntura de precios en el mercado internacional no va a ser obstáculo para que se desarrolle”, ratificó.
En cuanto a la producción de gas, planteó que se debe “recuperar la inversión y despertar confianza en el inversor, para que volvamos a producir los recursos que el país tiene”.
En otro orden, el futuro ministro dijo que mantuvo contactos con todas las empresas de distribución eléctrica y no descartó dificultades en el suministro durante el próximo verano. “Las inversiones para mejorar el sistema eléctrico no se han hecho y no se pueden hacer en días a partir del 10 de diciembre, pero vamos a empezar un camino; sólo podemos tratar de atender cualquier tipo de emergencia que tengamos de la manera más eficiente”, afirmó.
Aranguren consideró como “una discriminación, en un país que se dice federal”, el actual cuadro tarifario del sector de distribución eléctrica, que en la zona metropolitana “es siete veces más bajo que lo que puede ser en las provincias de Río Negro, La Pampa o Córdoba”.
Y en ese sentido, sostuvo que “las distorsiones van en contra de un desarrollo sustentable de nuestra economía y el mandato que he recibido de Mauricio Macri es poder contribuir en la resolución de estos problemas”.
“Normalmente en los países que son exportadores se subsidia la energía, el nuestro es tal vez el único caso que somos un país importador y se subsidia la energía”, dijo el futuro ministro.
El ex titular de Shell Argentina afirmó que “necesitamos recuperar la racionalidad”, ya que “hemos vivido años en los que las políticas que se implementaron fueron parche tras parche, tratando de administrar el presente sin planificar el futuro”.
Añadió que la tarea de los próximos años será “recuperar los marcos regulatorios, que siguen existiendo y están vigentes por ley, pero que fueron modificados en sede administrativa”.
También advirtió que se debe “mejorar la calidad del servicio eléctrico, el que paga la tarifa tiene que hacerlo sabiendo que va a tener un servicio que no se interrumpe” y aseguró que hoy en el sector “el principal problema que veo para adelante -definió Aranguren- es que un país como el nuestro, rico en recursos, no sólo fósiles y no renovables, sino en renovables, hidroelectricidad y nuclear, esté importando el 15% de la energía que necesita. Esto es un crimen”, concluyó.
Si bien Aranguren no fue consultado por la política de desdoblamiento de precios en el valor del barril de crudo, que permite hoy que en Argentina haya un precio más elevado que en el mercado internacional, el que sí lo hizo fue el gobernador de Neuquén Jorge Sapag.
El mandatario destacó “el aumento de la producción de petróleo y gas por primera vez en una secuencia histórica de diez o quince años”. “Son hechos históricos y que además nos ahorran divisas, nos generan independencia económica, nos permiten el autoabastecimiento”, aseguró.
Por esa razón, consideró que “el sostenimiento de los precios internos es fundamental, porque las provincias fuimos solidarias con la República cuando el barril estaba a cien dólares en el mundo y nos pagaban 42 dólares en el mercado interno”, señaló Sapag y agregó que “ahora toca al revés, que el cuerpo de la República sea solidario con las provincias productoras, fundamentalmente para sostener la industria nacional”.