Sierra Gorda presenta un cash cost de US$2,44 al tercer trimestre, muy por debajo del precio actual del cobre que cerró este martes en US$2,05. Por ello, desde la empresa ya anunciaron un duro plan de reducción de costos.
Un duro inicio de operaciones ha tenido el último gran yacimiento en iniciar su explotación.
Ubicada en la región de Antofagasta, Sierra Gorda ha sido un dolor de cabeza para su controlador polaco KGHM -cuyo principal accionista es el Estado- y su socio Sumitomo.
Esto porque presenta un lento ramp up y un cash cost muy por encima de los precios actuales del cobre, lo que ha afectado los resultados de la empresa.
Así, lo indicó el vicepresidente de la compañía, Jaroslaw Romanowski, en una conferencia con analistas.
“Respecto al nivel de costos en Sierra Gorda, US$2,44 es el resultado que presentamos (…) en los últimos tres meses fue el momento en que Sierra Gorda continuó la fase de ramp up y hemos visto una serie de períodos de tiempo de inactividad no planificados, y algunos precios del molibdeno también impactando la situación”.
Desde la empresa -cuyo promedio C1 es de US$1,60/lb- aseguran que una vez que se concluya el periodo de ramp up, el costo se podría ubicar entre US$1,3/lb y US$1,7/lb. Sin embargo, los tiempos que maneja esta misma para llegar a este punto han sido sucesivamente retrasados. Actualmente, se espera que la minera llegue a su producción total en abril o mayo del próximo año.
Esto último ha impactado directamente los estados financieros de KGHM. Según los datos de la propia compañía, el resultado neto cayó un 31% a PLN 1.228 millones en relación a igual período de 2014, de los cuales PLN 270 millones se atribuyen a Sierra Gorda.
“Tanto la pérdida neta como el Ebitda negativo se debe a menores precios de los metales y al ramp up de la mina. La pérdida neta también se explica por el aumento en el costo financiero por un monto de PLN 171 millones, principalmente relacionada al refinanciamiento de la deuda (en Sierra Gorda)”.
Pese a todo, desde la misma empresa declaran que la mina chilena es un “buque insignia” y proyectan que 2015 se cerrará con una producción de 90 mil toneladas de cobre y 20 millones de libras de molibdeno. A la fecha Sierra Gorda ha producido 60 mil toneladas de cobre y 8 millones de libras de molibdeno.
Por ello, estiman que “los resultados que publicaremos en el cuatro trimestre en Sierra Gorda deberían ser mejores, tan simple como eso”.
No obstante, el aumento en la producción -aún por debajo de los 120 mil toneladas de cobre y 50 millones de libras de molibdeno de capacidad máxima que tiene la mina- no es suficiente para mejorar las cifras, aún si se tiene en cuenta que el metal rojo se encuentra en niveles de US$2,00/lb y el molibdeno ha bajado 41% en comparación con el promedio de precio registrado en los primeros nueve meses de 2014.
Por ello, anunciaron un duro plan de reducción de costos cuyas desvinculaciones ya fueron concretadas.
“Nos estamos enfocando en el plan de reducción de costos. Estamos renegociando los contratos de suministro eléctrico, los contratos de reparación y mantención técnicas, y por último pero no menos importantes, lamentablemente estamos reduciendo la dotación en un 8%”, indicó el director de estudios estratégicos y recursos básicos, Maciej Konski.
KGHM es la segunda mayor productora de cobre de Europa y adquirió el proyecto ya en desarrollo en 2012 como parte de la compra por unos US$2.520 millones de la canadiense Quadra FNX (ahora KGHM International).
La segunda fase
Pese a todo, desde la polaca están comprometidos con concretar la segunda fase del proyecto. Sin embargo, se está trabajando en “optimizar” la inversión inicialmente anunciada de US$ 1.500 millones, indican fuentes al interior de la empresa.
La iniciativa, que sufrió su primer revés luego que el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de la Región de Atacama decidió poner término anticipado a la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), busca elevar la producción desde las 190 toneladas de cobre al día (ktpd) permitidas actualmente a 220 ktpd. Para ello, KGHM requería un ajuste a su plan minero, cambios de emplazamiento y modificaciones en el diseño de sus instalaciones, y nuevas instalaciones.
Según indicó el organismo en aquel entonces, “la información omitida es tal, que su ausencia no es susceptible de ser subsanada mediante aclaraciones, rectificaciones o ampliaciones posteriores y, por lo mismo, resulta imposible continuar la evaluación ambiental del Proyecto de forma adecuada en etapas tempranas e implica una falta de garantía para la realización de un proceso de participación ciudadana informada y oportuna”.
Si bien la empresa podría haber optado por interponer un recurso de reposición, fuentes indican que ingresará un nuevo DIA en marzo del próximo año. Paralelamente espera concluir durante el primer semestre de 2016 la ingeniería básica del proyecto.