En el cierre de jornada del lunes, los metales básicos cayeron a mínimos de varios años y el petróleo ampliaba sus pérdidas en medio de una nueva ola de ventas de las materias primas, afectadas por la preocupación sobre la economía de China, el fortalecimiento del dólar y el casi seguro aumento de tasas de la Reserva Federal de los Estados Unidos.
Los futuros del cobre en la Bolsa de Metales de Londres llegaron a ceder a US$ 4.444 ton, antes de recuperarse levemente a US$ 4.468,50 a las 0633 GMT, restando un 2,4% frente la sesión anterior, señaló Reuters. Una cifra que preocupa ya que el metal rojo alcanzó su menor nivel desde mayo de 2009.
El oro al contado cayó casi un a un mínimo en la sesión de US$ 1.067,85 la onza. El precio del níquel sufre un desplome adicional de hasta el 6%, para situarse en sus niveles más bajos desde el año 2003.
La cotización del aluminio se desinfló también hasta sus niveles más bajos desde 2009, mientras que la del plomo alcanza mínimos desde 2010.
La debilidad que trasladan las cifras de actividad industrial de China hace mella en las perspectivas de demanda de materias primas. Los analistas destacan en este sentido la reorientación que está adoptando la economía del gigante asiático, en un intento por otorgar un mayor protagonismo al consumo frente a la industria manufacturera.
El mercado se acerca además a la más que posible subida de los tipos de interés en Estados Unidos. Los efectos de este inminente repunte de tipos de la Fed se han trasladado ya de lleno a la cotización del dólar, la divisa que monopoliza el mercado de commodities.
Respecto al precio del crudo, la cotización del barril de Brent, de referencia en Europa, se ha desinfló hasta los US$ 43. En el caso del West Texas los descensos hundieron su cotización al borde del umbral de los US$ 40.
A pesar de la oposición de varios países miembro, los analistas prevén que la OPEP acabará acatando la opinión de Arabia Saudí y otros grandes productores de mantener sin cambio las actuales cuotas de bombeo.
Detrás de esta medida, algunos analistas ven las intenciones de Arabia Saudí de seguir frenando la competencia que ofrecen otros países y, en especial, los proyectos de petróleo no convencional en Estados Unidos.