Si bien el mundo está convulsionado por los ataques del Estado Islámico en París y tiene casi toda su atención puesta en Europa y Medio Oriente, periodistas, politólogos y economistas mantienen un ojo abierto sobre Argentina. Es que para muchos, lo que suceda en el país en el balotaje del domingo, definirá el futuro político y económico de la región. Una victoria de Mauricio Macri podría significar un punto de inflexión decisivo en la América Latina bolivariana, es decir aquellos países en los quelos populismos han prosperado en la última década, pero ahora enfrentan serias complicaciones.
En Venezuela, la situación es aún de mayor gravedad: faltando 2 semanas para las legislativas del 6 de diciembre, Nicolás Maduro amenaza con que si su movimiento pierde, tomará la calle, donde son “candela con burundanga.”
Pero si Cambiemos triunfa el domingo 22/11 en el sur latinoamericano, el temblor podría sentirse hasta en el Caribe. La periodista catalana Pilar Rahola ya lo dijo hace poco: “Cuando Argentina da un golpe en la mesa, tiembla todo el continente.”
Diversos expertos internacionales y figuras relevantes latinoamericanas han venido haciendo hincapié sobre un mismo punto en los últimos días: los resultados del balotaje argentino prefigurarán cómo se modificará a futuro la escena política y económica de la región.
"La transición hacia un nuevo Presidente tendrá un gran impacto, no solo en Argentina domésticamente, pero también en el rol que juega Argentina en la esfera internacional", expresó el Keck Journal of Foreign Affairs, una publicación de la universidad de Claremont, California.
Un triunfo del candidato de Cambiemos, Mauricio Macri, por sobre el del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, significaría un vuelco en la balanza de poder a nivel regional.
Uno de los que se expresó fue el ex Presidente uruguayo, Julio María Sanguinetti: "Los populismos que gobiernan Argentina, Brasil y Venezuela atraviesan una crisis profunda."
Él agregó que el fenómeno es significativo porque ocurre al mismo tiempo en 3 países que, hasta hace poco, lucían como muy exitosos, "conducidos por líderes populares más allá del bien y del mal”.
“La estrella de (Luiz Inácio) Lula (da Silva) se eclipsa por los escándalos de su Gobierno, la de Maduro desciende a una grosera exhibición de arbitrariedad y Kirchner sufre el hundimiento de su proyecto de continuidad hegemónica",agregó.
El uruguayo afirma también que, a pesar de no saberse aún quién será elegido el domingo, el kirchnerismo ya perdió porque su poder quedó muy debilitado: "El kirchnerismo argentino ha entrado en su ocaso. Cualquiera sea el resultado de la elección del próximo domingo, la omnipotencia de esa vertiente personalizada del peronismo ha entrado en su final. La sola pérdida de la gobernación de la provincia de Buenos Aires, el 38% del electorado nacional y su bastión histórico, es un signo de un nuevo tiempo."
Para Sanguinetti, los resultados permiten inferir cierto hartazgo del electorado que puede estar relacionado con las 46 cadenas nacionales que la Presidente brindó este año, su retórica "crispada y barroca" y su autoritarismo.
Otro ex presidente latinoamericano que se expresó fue Jorge Quiroga, 'Tuto', del partido Acción Democrática Nacionalista, quien asumió como Presidente en Bolivia en agosto de 2001, tras la renuncia del entonces jefe del Ejecutivo por motivos de enfermedad.
'Tuto' se refirió a las posibilidades que abren las casi simultáneas elecciones presidenciales en Argentina y las parlamentarias en Venezuela: “Mauricio abrirá la era post-Chavista, democrática, tolerante y de progreso. Leopoldo derrotará a la dictadura pura, dura y podrida de Maduro en Venezuela. Sudamérica cambiará para siempre”, escribió en El País de España.
Según Quiroga, cuando parecía que el régimen venezolano iba camino a cancelar las legislativas, Leopoldo Lópezse interpuso en el camino y ahora, con el opositor tras las rejas, es Macri desde Argentina quien apareció en escena para secundarlo, ya que “prometió algo que ningún Presidente regional planteaba”, que es expulsar al país de Maduro del Mercosur, sino cumple con sus obligaciones como democracia.
El politólogo de la Universidad de Sao Paulo, Rafael Duarte Villa, planteó desde el diario británico The Guardian: "Una victoria de Macri señalaría un cambio político en la región. Los gobiernos de izquierda que han estado al poder en los últimos 10 a 12 años podrían ser sustituidos por gobiernos más liberales."
La izquierda, mientras tanto, asegura, está a la defensiva. Los que apoyan al FPV están a la espera de que los resultados del domingo contradigan a las encuestas, como ya pasó en la 1ra. vuelta. Pero de no ser así, advierte The Guardian, ese sector del espectro político podría verse en serias complicaciones, "y no sólo en Argentina."
Desde Brasil, miembros del Partido de los Trabajadores en Brasil temen que una victoria de Cambiemos podría sumarle presión al ya muy desgastado gobierno de Dilma Rouseff, y así sumarse a los escándalos de corrupción y la recesión que amenazan la gobernabilidad.
Además, periódicos brasileros han anticipado que su país podría ser arrastrado a una disputa regional si Argentina propone la expulsión de Venezuela del Mercosur, tal como afirmó Macri que hará si es elegido Presidente.
Que el tema de Venezuela es central para Argentina y para el mundo, quedó ampliamente demostrado durante el debate presidencial, cuando Macri desafió a Scioli: "En caso de ser electo Presidente, el 11 de diciembre voy a pedir, dado los abusos que ha habido en Venezuela, los presos políticos que hay y la participación de militares en el Gobierno, que se ejerza la cláusula democrática (del Mercosur) suspendiendo a Venezuela. Quiero saber si vos te comprometes a lo mismo”.
Scioli evitó responder. Pero desde Venezuela, el que le contestó fue el alcalde del municipio Libertador de Caracas y jefe de campaña del chavismo para las elecciones parlamentarias, Jorge Rodríguez. "No se inmiscuya en nuestros asuntos internos, que nosotros no nos inmiscuimos en los suyos", le dijo al líder de Cambiemos.
Por otro lado, la cadena Telesur, controlada por el Estado venezolano y con participación de capitales estatales argentinos, publicó el viernes 20/11 un artículo titulado “10 claves de la 2da. vuelta electoral en Argentina”, en el que dedica uno de los apartados a explicar en términos maquineos qué es lo que se juega el 22 de noviembre.
“Los argentinos deberán decidir entre dos modelos de país, la continuidad de los avances logrados durante el proyecto del kirchnerismo o la política neoliberal” de quienes en otro apartado nombra como “la alianza conservadora Cambiemos”, explicó.
En el mismo medio, el ensayista venezolano Luis Pino, disparó contra Macri llamándolo un “malcriado” que“desconoce que los argentinos y el mundo entero leemos y no sólo vemos las fantochadas de CNN y es así como sabemos de sus antecedentes y nexos con las dictaduras militares de gorilas argentinos.”
Pino también apuntó duramente contra la clase media argentina, “desideologizada y alienada cultural y mediáticamente”, que tiene “pena étnica” y por eso cuando Daniel Scioli “ataca a la burguesía que es parasitaria y corresponsable de los ‘Fondos Buitre’, cretinamente cree que están hablando de ella (…).”
El periodista cubano Ángel Guerra, también acusó al líder de Cambiemos de ser un peligro para la región desde el mismo medio: “De imponerse el neoliberal Mauricio Macri sobre Daniel Scioli, del kirchnerista Frente para Victoria (FPV), esos enormes avances en la unidad, soberanía e independencia de nuestra región correrían grave peligro. Macri, del mismo pelaje cipayo del venezolano Henrique Capriles y del colombiano Álvaro Uribe actuaría como un ariete contra ellos con todo el peso político de Argentina.”
Los partidarios del chavismo, evidentemente, tienen la misma percepción que los ex presidentes de Bolivia y Uruguay y demás analistas internacionales, de que el resultado argentino marcará la cancha venezolana. Sólo que mientras para estos últimos es una señal de esperanza, para el chavismo representa una seria amenaza a su poder y el lugar que ocupa en la región. ¿Será que, como dijo Rahola, cuando Argentina da un golpe en la mesa, tiembla América Latina?
La revista económica Fortune adiverte: "La presidente Crisitna Kirchner intentó elegir a su sucesor. Luego las cosas fueron por otro lado."
Cuando parecía que la suerte estaba echada y que el candidato Daniel Scioli iba a ser el próximo Presidente, un giro sorprendente modificó el tablero: hoy es Mauricio Macri el favorito para ganar el balotaje. Jonathan Gilbert explica:"Scioli no pudo despegarse de Fernández, de todos modos. Su habilidad para criticar su estilo y políticas estuvo limitada por la necesidad de su apoyo. Y movimientos como la elección de un asesor cercano a Fernández como su Vicepresidente, aparentemente forzada, llevó a que muchos se preguntaran si Fernández tenía intenciones de serguir presidiendo en las sombras luego de terminar su mandato."
Según el historiador argentino de la Nueva Escuela de Investigación Social de Nueva York, Federico Finchelstein,"la satisfacción con la administración actual es tan débil, que la esperanza de un cambio es mucho más grande que el miedo a lo que podría pasar."
Él lo dice en referencia a las advertencias que hay de parte del Frente para la Victoria respecto de las consecuencias que traerán las medidas propuestas por Mauricio Macri, entre ellas un ajuste estructural y la devaluación.
El análisis del debate el domingo 15/11 entre Macri y Scioli hizo The Economist mencionara el “tono agresivo” de Scioli y un lenguaje corporal que denotaba nerviosismo, lo que también podría haberle jugado en contra.
En el mismo sentido, Macri recibió muchas críticas por sus maneras de, a momentos, “arrogantes”. El debate mostró una vez más, dice The Economist, el fracaso del candidato del FpV por atraer a los votantes que no son kirchneristas. Macri supo explotar esto e insistió permanentemente en vincular a Scioli con la actual mandataria, Cristina Fernández de Kirchner.
Macri supo explotar esto e insistió permanentemente en vincular a Scioli con la actual mandataria, Cristina Kirchner. Scioli no pudo despegarse de esto y por momentos parecía repetir su discurso, apuntando contra el Fondo Monetario Internacional y el “capitalismo salvaje.”
Para la EIU (Economist Intelligence Unit), unidad de la revista The Economist que se dedica a la investigación y el análisis, el debate no tuvo un ganador. “El debate tuvo altos ratings de audiencia, pero su impacto en la intención de voto probablemente sea limitada porque los candidatos no se movieron mucho más allá de sus estrategias de campaña pre-establecidas”.
“A pesar de que hubo algunos intercambios acalorados que acapararon los títulos, ninguno emergió como victorioso de manera clara, a pesar de que el señor Macri cimentó la percepción de que es el candidato del cambio”, explicó.
Por otro lado, Scioli intentó pintar un retrato terrorífico de los planes económicos de su adversario, que incluyen levantar el cepo y la devaluación, llamándolo “un peligro para la sociedad. Es incierto si la campaña del miedo puede hacer que oscile el ímpetu hacia el señor Scioli”, concluyó The Economist.
El diario mexicano El Financiero propuso una mirada distinta: “Ninguno mencionó cómo atajaría la corrupción en Argentina, considerado un mal endémico, y la misteriosa muerte en enero del fallecido fiscal Alberto Nisman, que convulsionó al país. Tampoco mencionaron expresamente a la Presidenta, creadora junto a su antecesor y fallecido marido Néstor Kirchner (2003-2007) del movimiento kirchnerista dentro del peronismo.”
La omisión de la mención de la Presidente también llamó la atención en Brasil: “En el debate, el candidato del kirchnerismo, Daniel Scioli, mencionó dos veces al papa Francisco pero ignoró, totalmente, a la Presidente Cristina Kirchner”, publicó el diario O Globo. “En la tentativa de mostrarse como un dirigente independiente, Scioli eliminó a Cristina de su estrategia, de su discurso y de todos los eventos importantes.”
Respecto de lo que cada uno de los candidatos transmitió en su discurso y su lenguaje corporal durante el debate, El Financiero sostuvo: “El opositor se mostró más sólido y agresivo desde el principio, mientras que al peronista se lo veía tenso, aunque con el paso del tiempo ganó algo de terreno.”
