El enésimo conflicto entre la revolución bolivariana y Washington estalló anteayer, tras hacer público Edward Snowden -el célebre ex analista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por su sigla en inglés)- que Estados Unidos espió las comunicaciones de la estatal y poderosa Petróleos de Venezuela (Pdvsa).

"Ordené que iniciemos una revisión integral de la relación con el gobierno de Estados Unidos, porque Venezuela se respeta", señaló el presidente Nicolás Maduro en un discurso televisado.

Como si se tratase de una serie de HBO, en la que se mezclan espías y narcos, detenciones y fugas, Venezuela vive una de las campañas electorales más pintorescas de su historia. Las nuevas revelaciones sobre los "narcosobrinos" de Cilia Flores, la mujer de Nicolás Maduro, compiten ahora contra el entramado de espionaje del músculo petrolero y financiero del chavismo. Rafael Ramírez -quien fuera zar económico de Maduro, presidente de Pdvsa y es actual embajador en la ONU- también está siendo investigado en Estados Unidos.

A tan compleja trama se sumó ahora Nervis Villalobos, ex viceministro de Energía, que según se publicó en Estados Unidos se acogió al programa de testigos protegidos del Departamento del Tesoro. Un enredo que ni los guionistas de Homeland, que por algo ya situaron parte de su trama en Caracas, podrían imaginar.

El rifirrafe con la administración de Barack Obama prosiguió ayer con la entrega de una carta de protesta por el "espionaje a Pdvsa", del que Maduro no descarta que sectores opositores "estén vinculados a estos hechos que atentan contra la soberanía del país".

El informe dado a conocer por Snowden tiene fecha de 2011. En él se detalla cómo un analista penetró la red interna de Pdvsa a finales de 2010. "Una mina de oro; he tenido la suerte de encontrar varios documentos jugosos. Entender a Pdvsa es entender el corazón económico de Venezuela", se ufanó el analista en su informe. "La estatal Pdvsa es la empresa de hidrocarburos más atacada", se quejó ayer su actual presidente, Elogio del Pino.

La filtración de Snowden coincide en el tiempo con la captura en Haití y traslado a Estados Unidos de los dos sobrinos de Cilia Flores, cuya audiencia en la sala del Distrito Sur de Nueva York se retrasó hasta el 2 de diciembre.

El caso de los "narcosobrinos" se complicó tras confirmarse que fue un teniente coronel quien pilotaba el avión de los jóvenes. Uno de ellos será defendido por un conocido despacho de abogados estadounidense, contratado por Citgo, filial de Pdvsa en aquel país. Según publicó ayer El Nuevo Herald de Miami, uno de los hijos de Flores también estaría siendo investigado por el cargamento de cocaína descubierto en República Dominicana. Es una trama con multitud de hilos, que se acaban entrecruzando en Pdvsa. Y en Rafael Ramírez, que fuera su responsable durante una década.

Según The Wall Street Journal, fiscales federales coordinan acciones y comparten testigos en varias investigaciones vinculadas con la petrolera. El origen son los 4000 millones de dólares presuntamente blanqueados en la banca privada de Andorra.

"Esta nueva campaña nos quiere cobrar la recuperación y transformación revolucionaria de Pdvsa. No nos perdonan la expulsión de las petroleras que saqueaban al pueblo, la derrota del sabotaje petrolero", se defendió Ramírez.

Precisamente el dinero depositado en la banca andorrana aparece en el centro de la última deserción que amenaza al chavismo. Villalobos, a quien se cree huido a Estados Unidos, encabezaba una lista de jerarcas venezolanos y de boliburgueses (nuevos ricos en tiempos de la revolución) con cuentas millonarias en el Banco Privado de Andorra y en el Banco de Madrid.

El ex viceministro se uniría así a una larga lista, desde Franklin Nieves, ex fiscal del caso Leopoldo López, hasta Leamsy Salazar, ex guardaespaldas de Chávez y Diosdado Cabello, incluyendo a Eladio Aponte, ex magistrado del Tribunal Supremo, y a Rafael Isea, ex ministro de Finanzas y ex gobernador de Aragua. Todos ellos formaron parte del círculo de poder de la revolución.