Bolivia descartó un proyecto de producción de uranio para fines pacíficos y optó por otro delitio, de mayor demanda en el mercado internacional, informó hoy una alta fuente de la empresa minera estatal Comibol.
La Corporación Minera de Bolivia (Comibol) "ha desechado continuar en este proyecto del uranio teniendo un gran yacimiento de litio en el Salar de Uyuni", informó su presidente, Marcelino Quispe, citado por la agencia oficial ABI.
"A futuro vamos a tener plantas nucleares de litio que impulsarán otras generaciones", abundó.
El gobierno tiene previsto invertir hasta 2019 un total de 925 millones de dólares en la industrialización del litio.
Para el efecto, la alemana K-UTEC AG Salt Tecnologies firmó en agosto pasado un contrato para diseñar el proyecto de construcción de una planta de carbonato de litio, en cercanías del Salar de Uyuni (suroeste), uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
La determinación fue tomada al constatar que "la industria del uranio prácticamente está en recesión", argumentó.
Bolivia no ha certificado por ahora sus reservas de uranio, aunque hay informes preliminares de antigua data de la existencia del mineral radioactivo en los departamentos de Potosí (suroeste), y Tarija (sur).
Quispe anunció que adquirirá uranio en pequeñas cantidades de Francia, Canadá y Australia para un centro de investigación nuclear que pretende instalar, con tecnología rusa y aporte argentino, en los próximos cuatro años, a un costo de 300 millones de dólares.
El plan nuclear boliviano apunta a diversificar la matriz energética, impulsar la industria tecnológica y mejorar la salud y la seguridad alimentaria, según versión oficial.
El presidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), Marcelino Quispe, afirmó hoy que el Gobierno descartó impulsar proyectos de producción de uranio en el país, ante recomendaciones de expertos internacionales, y decidió potenciar la producción de litio. "La Comibol prácticamente por estos conceptos ha desechado continuar en este proyecto del uranio teniendo un gran yacimiento de litio en el Salar de Uyuni y a futuro vamos a tener plantas nucleares de litio que impulsarán otras generaciones", explicó.
Recordó que en 1984 se cerró la última mina de uranio denominada Kotaje, que se encontraba en el norte de Potosí, después de ese cierre se decidió continuar con el proyecto de uranio y se solicitó apoyo a expertos de Francia y Alemania. "Nos informaron que la industria del uranio prácticamente está en recesión porque esta industria genera muchos desechos tóxicos y es problemático conservarlos, encapsularlos", rememoró.
En enero pasado, Quispe había anunciado para este año planes de exploración de nuevos yacimientos en cuatro de las nueve regiones de Bolivia, entre ellos una posible veta de uranio ubicada al noroeste de la región de Santa Cruz, en la frontera con Brasil.
Después de esas recomendaciones dijo que se determinó potenciar el litio para lo que se buscará nuevos profesionales para impulsar esa área minera.
Se comprará del exterior
Quispe dijo que se determinó potenciar el litio para lo que se buscará nuevos profesionales para impulsar esa área minera. Aseguró que para el plan nacional de energía nuclear se comprará uranio de Francia, Canadá y Australia, pero en pequeñas cantidades porque dijo que no se requiere tanto. "No se justificaría, porque si produciríamos uranio no tendríamos mercado, sino para estudios de carácter medicinal se requieren en pequeñas cantidades para emprender una empresa se requieren recursos grandes", apuntó, según ABI.
El Gobierno anuncia la construcción de un centro de investigación nuclear, en la ciudad de El Alto, con fines medicinales y agrarios y para el que contará con tecnología y asesoramiento de Rusia. Esas instalaciones forman parte del plan civil de energía atómica con fines pacíficos anunciado por el Gobierno boliviano en 2014 y que tiene el respaldo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de la ONU.
A la vez, el Ejecutivo se ha propuesto desarrollar la industria del litio en Uyuni, con una inversión de 925 millones de dólares hasta 2019. Esos planes incluyen la construcción de una planta de producción de carbonato de litio, así como infraestructuras para la industrialización de ese componente.