El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) bajó un 2,9% y cerró en 42,93 dólares el barril, por primera vez por debajo de la barrera de los 43 dólares desde fines de agosto pasado, mientras que el barril de crudo Brent para entrega en diciembre cerró en el mercado de futuros de Londres en 45,88 dólares, un 3,4% menos que al término de la sesión anterior.
Al final de la sesión de operaciones a viva voz en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos de futuros del petróleo WTI para entrega en diciembre, los de más próximo vencimiento, bajaron 1,28 dólares respecto al cierre anterior.
El descenso fue atribuido a informes que anticipan un nuevo aumento en las reservas de crudo en Estados Unidos, siguiendo la tendencia de las últimas seis semanas.
Ese indicador oficial se da a conocer regularmente cada miércoles, pero en esta ocasión se aplazó al jueves por ser hoy un día festivo en Estados Unidos, aunque los mercados financieros han seguido operando.
Anticipándose a ese dato oficial, un instituto privado aseguró hoy que las reservas crecieron en 6,3 millones de barriles la semana pasada, mucho más de lo que los analistas están esperando.
En la bajada de hoy del precio del crudo influyó también el alto valor del dólar, la moneda de referencia en los mercados energéticos.
Cuanto más fuerte está el dólar mayor costo tiene el petróleo para los países que tienen que importar crudo, lo que puede generar una reducción de la demanda y, consecuentemente, una bajada en los precios de ese producto energético.
El crudo del mar del Norte, de referencia en Europa, terminó la sesión en el International Exchange Futures (ICE) con un retroceso de 1,63 dólares respecto a la última negociación, cuando acabó en 47,51 dólares.
El precio del petróleo europeo retrocedió a su valor mínimo desde agosto ante los temores a que las reservas estadounidenses crezcan por séptima semana consecutiva.
Esas previsiones de los analistas añaden presión a un mercado saturado desde hace meses por un exceso de producción y una escasez de demanda.
Ante la persistencia de ese escenario, los futuros del Brent han cerrado a la baja en Londres en cinco de las últimas seis jornadas de negociaciones.
En los países productores de petróleo, la caída del precio del barril es proporcional al aumento de la tensión social. Eso ocurre en Venezuela y en Nigeria. En Ecuador, las utilidades se han desplomado a casi la mitad en un año. En Rusia, el valor de la moneda tambalea. En Irak, bajo el yugo del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), la economía lejos está de recomponerse. Hasta los países ricos del golfo Pérsico han acusado el impacto:Kuwait, Omán y Bahréin lidian con déficits fiscales por primera vez en dos décadas. El primer productor mundial, Arabia Saudita, recurre a sus reservas monetarias para paliar pérdidas del orden del 20 por ciento del producto bruto interno.
De eso hablaron los mandatarios y los ministros en la IV Cumbre América del Sur-Países Árabes (ASPA) realizada en Riad, engalanada para la ocasión. Doce representantes de los países sudamericanos y 22 de la Liga Árabe recorrieron calles con un concierto de banderas y carteles alusivos: "Riad da la bienvenida a sus ilustres huéspedes", "La Cumbre de Riad sirve para promover la complementariedad económica de los pueblos árabes y sudamericanos" y "Los pueblos árabes apoyan el proceso de cooperación entre sus países y América del Sur". Sólo asistieron dos presidentes sudamericanos: el de Venezuela, Nicolás Maduro, y el de Ecuador, Rafael Correa, por ser miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Argentina envió a su vicepresidente, Amado Boudou.
Es curioso: en Riad convergieron el parón económico sudamericano –con materias primas a precios en picada y perspectivas de crecimiento escasas–, traducido en descontento político en algunos países, y el enfriamiento de economías árabes que ya no prevén un aumento del precio de su principal fuente de ingresos. De los 47 dólares actuales por barril, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima en su informe anual que alcanzará los 80 dólares en 2020 y los 85 dólares en 2040, con incrementos adicionales a partir de este año. Irak e Irán, recientemente liberado de las sanciones por su programa nuclear, liderarán el crecimiento de la producción.
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En vísperas de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que comienza el 30 de noviembre en París, la AIE supone que habrá una transición en el modelo económico mundial. Maduro ha insistido en la cumbre en la necesidad de que los países petroleros acuerden un mecanismo para fijar los precios del barril: "No puede ser que produzcamos crudo y otros pongan el precio. Esa es la verdad de Venezuela y se la decimos al mundo: hay que verle la cara a la inversión para producir petróleo. Producimos y el precio se lo ponen en Washington unos especuladores. ¿Quién determina que los precios sean de 37 o 35 dólares? Los especuladores financieros". Lo mismo planteó Correa.
Del otro lado encontraron el muro diseñado por el ministro de Petróleo de Arabia Saudita, Ali al Naimi, que fue bendecido por el fallecido rey Abdullah y abrazado por su sucesor, Salman, nombrado príncipe en 2014 y coronado en enero. Se trata de la estrategia inversa: extraer la cantidad de crudo suficiente para satisfacer la demanda de sus compradores, más allá de que los bajos precios desanimen a quienes dejaron en suspenso sus inversiones. Entre 2005 y 2014, cuando el crudo superó los 100 dólares por barril, la riqueza se trasladó a Estados poco democráticos como los de Medio Oriente, donde no por casualidad estallaron las revueltas de laPrimavera Árabe. Quizá sea una advertencia.