Especialistas de la casa de altos estudios vinculados a la minería coincidieron que la sustancia cianurada no afectó la salud de las personas ni la flora y fauna de la zona.
Leonardo Quiroga
Reconocidos profesionales de la Universidad Nacional de San Juan, entre ellos vinculados al Instituto de Investigaciones Mineras, coincidieron en que la concentración de cianuro contenida en la sustancia derramada en Veladero no afectó la salud de los trabajadores ni de los pobladores de las comunidades aledañas. También convinieron en que la flora y la fauna no se vio afectada por la contingencia sufrida en la mina ubicada en el departamento Iglesia. Según coincidieron, se debe a que la concentración de cianuro se degradó naturalmente al quedar expuesta al ambiente y a los rayos ultravioleta.
Esa evaluación va en sintonía con todos los estudios realizados hasta ahora en la cuenca del río Jáchal y sus afluentes, que indican que no hay restos peligrosos de cianuro en las aguas. A eso se agregó además el primer análisis parcial que realizaron las agencias de la ONU, a pedido del Gobierno provincial, y que detectaron que en las aguas superficiales donde hicieron el muestreo no había crecido la presencia de cianuro ni de metales peligrosos con respecto a antes del incidente del derrame.
Según cifras ofrecidas por Barrick y por Policía Minera de San Juan, de manera previa y posterior al acontecimiento, se estima que en 1.072.000 litros de sustancia cianurada (que se derramaron debido a la rotura de una válvula) habrían contenidos aproximadamente 160 kilos de cianuro.
La ecuación preliminar establece que si en un millón de gramos de agua la mina utiliza 150 gramos de cianuro, en 1.072 metros cúbicos de sustancia, la cantidad de cianuro en sal, antes de pasar a solución, sería de 160 kilos.
“Básicamente la lógica matemática es que si anteriormente en 224.000 litros de sustancia el resultado de la cantidad de cianuro era de 33 kilos y 600 gramos, ahora que la cifra se elevó a más de un millón de litros, el número debe multiplicarse por más de cuatro”, explicó el ingeniero en minas Marcelo Bellini.
En este contexto de cálculo, el Director de Policía Minera de la provincia, Marcelo Ghilgione, agregó: “Lógicamente todo está siendo evaluado actualmente y es parte de un proceso judicial, pero sabiendo que 150 gramos de cianuro es la proporción para un millón de gramos de agua, basta una regla de tres simple para saber aproximadamente cuánto es la cantidad de cianuro”.
Asimismo, la investigación de Barrick permitió determinar que la fuga de la solución llegó a uno de los canales de desvío de aguas (denominado Canal Norte), que cuenta con una compuerta de derivación a una pileta de emergencia. “Esta compuerta, que debió haber estado cerrada, se encontraba abierta por causas que aún se están investigando. Esto permitió el paso de la solución hacia el río Potrerillos”, según establece el último comunicado oficial emitido por la compañía que opera Veladero.
En virtud de los temores generados en los pobladores de Jáchal y de las comunidades cercanas al proyecto, cabe destacar que el grupo de profesionales de la UNSJ aseguró que el agua se encuentra en buenas condiciones y no existe ningún tipo de riesgo. A su vez, el director de Hidráulica, Jorge Millón, explicó que la sustancia cianurada nunca entró en contacto con las chacras del departamento norteño. “Esto se debe a que el suministro para riego estaba cortado para el mencionado departamento cuando se produjo el evento debido a un corte programado con miras a guardar agua en el embalse Cuesta del Viento”
Qué dicen los especialistas consultados:
Pedro Sarquís - Director Instituto Investigaciones Mineras UNSJ
“El cianuro es artificial y no se mantiene en el ambiente”
El profesional indicó que el derrame fue de magnitudes importantes aunque la cantidad de cianuro liberado fue mínima para poder producir alteraciones en el medio ambiente o afectar la salud de los trabajadores o pobladores de la zona. “El cianuro es un veneno muy tóxico, pero al ser artificial, tiene la ventaja que se degrada rápidamente por medio del ozono. Para que el cianuro pueda mantenerse se lo utiliza en minería mezclado con cal y otras sustancias, para conservar un PH alto, siempre tiene que ser superior a 9,5 para que se mantenga concentrado y no se degrade”. Y especificó: “Cuando el medio cambia, ya sea al entrar en contacto con la tierra o el agua, el PH cambia, en vez de ser alcalino se convierte en un medio ácido, entonces el cianuro se degrada, se descompone, las moléculas se separan y deja de ser tóxico”. Cabe destacar que le PH de los ríos de la zona es de 5 y el de la tierra es también un medio ácido, donde lo alcalino se degrada.
El investigador especificó que tener “miedo al cianuro” es razonable, ya que es un elemento tóxico, aunque recalcó que la minería es la industria del país que menos cantidad utiliza. “En San Juan se utiliza cianuro hace mucho tiempo, tanto en metalurgia como en la industria del plástico, pero en minería tiene esa mala fama y obviamente la gente no tiene porqué saber como se degrada, por eso es importante aclararlo”.
Sarquís indicó que los jachalleros deben estar “absolutamente tranquilos” e hizo hincapié en que a partir de ahora se deberá poner más atención en la parte práctica. “Habrá que tomar garantías mediante auditorias permanentes e intensivas con la clara intención de controlar que se cumpla concretamente la Declaración de Impacto Ambiental y que este tipo de incidentes no vuelva a ocurrir nunca más”.
Jorge Orellano - Director Hidráulica Instituto Investigaciones Mineras UNSJ
“La gran cantidad de oxígeno en el agua del río degrada al cianuro”
El profesional a cargo del Departamento Hidráulica del Instituto de Investigaciones Mineras de la Universidad Nacional de San Juan explicó que los ríos cercanos a la mina circulan entre rocas, esto genera una gran cantidad de aireación en el agua, esta oxigenación permite que cualquier sustancia artificial como el cianuro sea rápidamente descompuesta. “Hoy todos los estudios dan negativos en relación a la presencia de cianuro en el río. Pero para saber a qué cantidad de kilómetros de la zona de contacto entre la sustancia cianurada y el río desapareció el cianuro, habría que medirlo teniendo en cuenta el caudal que el río tenía el día que se produjo el derrame y no se si esas mediciones se realizan diariamente”. Orellano también explicó para tranquilidad de los jachalleros que el agua que utilizan para consumo humano no proviene del Río Jáchal (debido a sus grandes concentraciones de boro y arsénico) sino que provienen de una vertiente de excelente calidad de agua ubicada cerca de la zona de Huerta de Huachi.
El experimentado ingeniero destacó que resulta fundamental profundizar en materia de información y manejo de la misma para generar conciencia y diálogo. “Siempre hay gente que antes de empezar a informarse o dialogar critica a la minería, pero no se dan cuenta de que esta actividad en Jáchal genera trabajo, buenos sueldos, fondos para obras etc. Entonces hay que hacer un balance, porque el medio ambiente es todo lo que nos rodea, la naturaleza, lo social, lo económico y lo productivo”, explicó el profesional de la UNSJ y concluyó: “Obviamente la empresa se tendrá que hacer responsable y se le deberán aplicar las sanciones necesarias y por sobre todo incrementar todos los controles porque esto no debería haber ocurrido, pero de ahí a pedir que se vaya la minería es una cosa bastante fuera de lugar. Este tipo de cosas permite que vengan senadores nacionales a debatir sobre la actividad, mientras en Buenos Aires el riachuelo es un mega foco de contaminación para todos los porteños”.
Marcelo Bellini - Ingeniero en Minas de la UNSJ |
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El ozono y el cloro destruyen al cianuro, no es una amenaza”
El Ingeniero en Minas y Secretario Académico de la Universidad Nacional de San Juan explicó que la solución cianurada derramada en Veladero quedó inmediatamente expuesta al ambiente, por lo tanto, mediante la acción del ozono y los rayos ultravioletas el cianuro empezó a degradarse naturalmente. A su vez, posteriormente enfatizó que las plantas de tratamiento de aguas utilizan el hipoclorito de sodio para el proceso de potabilización. “El cloro no sólo elimina bacterias y microbios, sino que destruye también cualquier vestigio de cianuro.
A diferencia de un derrame de hidrocarburos, el anión cianuro no persiste, ya que se combina con distintos minerales produciendo compuestos estables que no resultan tóxicos”, profundizó el Ingeniero Bellini. Y agregó: “Cabe recordar y remarcar que la sustancia cianurada con la que se trabaja en Veladero posee un Ph 11, es decir que es muy alto y alcalino. Por lo tanto, al contactarse con el río no genera ácido cianhídrico, el gas que resulta peligroso para la salud en caso de ser respirado, es por eso que ningún trabajador de la mina ha sufrido ningún tipo de problema”. Bellini detalló que posteriormente a la contingencia la gran serie de estudios realizados nunca detectaron el anión cianuro en el dique Cuesta del Viento y mucho menos en Jáchal. Las 5 o 7 partes por millón detectadas en cercanías de Malimán y Angualasto, “no representaron nunca una amenaza a los pobladores de dichas localidades, ni para los peces ni para el resto de la flora y fauna del lugar”.