La plaza cambiaria local pareció terminar de confirmar ayer que alineó su dinámica bajo el supuesto de una próxima eliminación del cepo que vendría de la mano de la liberación del tipo de cambio, apenas asuma la nueva administración.
Esa presunción dio lugar a que la brecha abierta entre el dólar paralelo (un tipo de cambio ilegal) y el denominado contado con liquidación (legal), que rondaba del 20 al 25% semanas atrás -cuando el mercado se mostraba resignado a un triunfo oficialista- se comprimiera al máximo ayer, al quedar reducida a poco más del 2 por ciento.
La confluencia fue posible por el abrupto retroceso del 4,5% que mostró ayer el blue, al caer de $ 15,14 a $ 14,45 (perdió 69 centavos) para cerrar en su menor nivel desde mediados de julio, en una plaza que los operadores describen ahora como "desbalanceada" hacia la oferta.
Pero también por la mejora superior al 2% que registró el contado con liquidación (CCL) para instalarse decididamente por encima de los $ 14 (cerró en $ 14,24), un nivel que hace pocas semanas el Gobierno procuraba por todos los caminos evitar obligando a los fondos comunes de inversión y a las aseguradoras a malvender sus bonos en dólares (aunque estas últimas están resistiendo en la Justicia esa determinación).
Los agentes vinculan ese rebote a la demanda de títulos por parte de empresas que estuvieron esperando demasiado tiempo para sacar divisas del país y enfrentan algunas urgencias por hacerlo. "Eso las llevó a validar ayer sin problemas precios por encima de los $ 14, aunque se supone que ése puede ser uno de los valores de convergencia para un tipo de cambio unificado", explicó a LA NACIÓN uno de ellos.
Hay que recordar que al CCL se accede a través de una operación con activos locales que también coticen en el exterior. Se compran aquí con pesos y venden en Wall Street en divisas, para cambiar de moneda. Cuando esto pasa, el CCL sube. Cuando las operaciones que predominan son en sentido inverso (se compra el papel afuera en dólares y liquida aquí en pesos), ese valor del tipo de cambio tiende a caer.
Esto quiere decir que aquí todavía predominan las operaciones para sacar divisas del país aun cuando, dado el cambio de expectativas, hay apuestas por el riesgo argentino.
Una muestra de ello fue la caída cercana al 1% que mostró ayer el riesgo país, que volvió a perforar los 500 puntos (cerró en 495), aun cuando el riesgo emergente promedio creció 1,6% (se ubica en torno de los 390), en medio de una ola de ajustes que hizo caer 1% al resto de las monedas de la región ayer frente al dólar, que tiene como fondo la revaluación mundial de esa divisa ante la creencia de que su Banco Central (la Reserva Federal) le adosará en breve una pizca de tasa de interés como atractivo.
Los economistas coinciden en explicar que la convergencia en estos valores fue genuina y posible gracias al "vuelco" que hubo en las expectativas sobre el futuro de la economía. "La gente toma decisiones sobre la base de lo que cree que va a suceder. Con esta apuesta los inversores lo que muestran es que creen que Macri ya ganó y, por lo mismo, apuestan a una rápida reunificación cambiaria", concluye el economista Miguel Kiguel, de Econviews.
Su colega de CeSur, Amílcar Collante, coincide. "Hubo un fuerte cambio de expectativas tras las elecciones y pasaron a ser más escuchadas las voces de los economistas que acompañan a Macri. Si te fijás, ellos hablaron en los últimos días de un dólar ahorro aún barato y del blue como muy caro. Y lo que se está viendo es que el mercado ya confluye a la mitad de esa franja de precios que iba de $ 12 a $ 16", explica.