La expectativa de devaluación debe garantizar rentabilidad atractiva en dólares
De cara al próximo año, la clave es recomponer el stock de reservas y lograr certidumbre en la política cambiaria. En eso hay consenso. Tras el pago del Boden 2015, el nivel de reservas del Central está muy bajo en relación a los vencimientos y otros requisitos de divisas en el corto plazo.
El aspecto positivo sigue siendo la situación financiera estructural de empresas, familias y gobierno. Las deudas en dólares en el mercado son marginales. La que deja el Gobierno, en tanto, está por debajo del 10% del PIB. El sistema financiero está líquido y en moneda doméstica, lo que brinda algunos grados de libertad a la nueva conducción económica.
La economía es dinámica. Estos números pueden parecer delicados y hasta dramáticos a simple vista, pero que la mirada se pose sobre los casi US$ 7.000 millones líquidos que hoy figuran en la cuentas del Central o en los US$ 26.900 millones brutos, depende de las perspectivas de la política económica. El próximo gobierno necesitará un plan financiero y macroeconómico articulado. ¿Qué quiere decir eso? Financiamiento externo y manejo de tasas de interés y expectativas de devaluación que garanticen una rentabilidad atractiva en dólares. El objetivo es que no continúe la huida de los pesos hacia el dólar. Las reservas brutas pueden estabilizarse, pero para que ello ocurra hace falta tener certidumbre financiera y recuperar dólares de la exportación con políticas que incentiven la liquidación de la cosecha retenida (exportaciones y reintegros), entre otras cuestiones.
Una de los temas que están en discusión en los equipos económicos de los candidatos es si los precios internos siguen la evolución del tipo de cambio oficial o del paralelo. En eso no hay consenso. Pero lo cierto es que en Argentina, a diferencia de otros países que tienen brecha cambiaria (como por ejemplo Venezuela), más del 90% de las operaciones de comercio exterior se realizan en el mercado oficial (el contrabando o comercio ilegal está por debajo del 10%). Cualquier liberación abrupta del dólar comercial (oficial) -y más aún sin un plan financiero- presionaría sobre los precios, tal como se observó en enero del 2014 (cuan- do la inflación anualizada pasó del 25% al 40%). Paralelamente traería, además, el riesgo de una espiralización sin mejorar la competitividad e incrementando los grados de incertidumbre.
Cualquier estrategia cambiaria requiere previsibilidad. Ante todo en materia de recomposición de reservas, a la vez que se vayan cancelando las deudas por importaciones y remisión de utilidades. Y segundo, pero no menos importante, alinear un programa creíble y concertado en materia de precios, salarios y tarifas.
La clave sigue pasando por diseñar un plan macroeconómico que combine financiamiento externo (de largo plazo, para infraestructura), reducción gradual de la inflación y una estrategia productiva subyacente. A corto plazo, para recuperar la rentabilidad de la exportaciones (vía retenciones, incremento de reintegros y créditos). A mediano, con una política industrial activa e inteligente en un mundo cada vez más competitivo.
La discusión sobre el valor que el dólar oficial debe tener en 2016 dejó de estar presente sólo en los análisis de los economistas y en la última semana tomó el centro de la escena política con los dos candidatos presidenciales hablando del tema.
A 13 días del ballottage, el primero en establecer un valor del dólar para comienzos del año que viene fue el candidato por Cambiemos, Mauricio Macri, quien la semana pasada fue un poco más explícito que lo que venía siendo y admitió que tras una reunificación cambiaria "un tipo de cambio razonable sería debajo del blue, que es el tipo de cambio que expresa la no confianza en el gobierno kirchnerista".
Por otro lado, el candidato por el Frente para la Victoria, Daniel Scioli, aseguró el sábado que si triunfa "no hay que esperar ningún sobresalto" y que el tipo de cambio oficial "estará debajo de los $ 10 en enero sin ningún problema". La definición del gobernador bonaerense tuvo una respuesta inmediata de Macri, quien advirtió que "el dólar que promete Scioli en enero no lo consigue nadie".
Más allá de las idas y vueltas de los candidatos, para los economistas en los primeros meses del próximo gobierno, el dólar oficial se situará entre $ 10 y $ 17, de acuerdo con un relevamiento hecho por El Cronista entre analistas.
En ese sentido, entre los consultados el único que fijó posición en línea con el número de Scioli fue Agustín DAtellis, de La Gran Macro y cercano a los equipos técnicos del gobernador. Para el economista, si Scioli gana el ballottage, el gradualismo se impondrá en materia cambiaria y el dólar se deslizará paulatinamente al ritmo de la inflación. "Si gana Cambiemos el dólar oficial lo va a fijar el mercado, de entrada podemos esperar una devaluación que lo lleve al mismo nivel que el paralelo", advirtió DAttellis.
Por su parte, Federico Muñoz remarcó que "un dólar único a $14 estaría bueno", tal como pretende el equipo económico de Cambiemos, para comenzar a superar el retraso cambiario, aunque macó la incertidumbre si lograrán "en un escenario de liberación del cepo y reunificación cambiaria" que tiene que darse en simultáneo con un plan muy serio para que la devaluación no se vaya a precios".
En esa línea, la consultora FocusEconomics relevó entre bancos y consultoras que el tipo de cambio oficial en 2016 se ubicará en $ 14.08.
En tanto, para el economista en jefe de Analytica Martín Polo, el dólar en los primeros meses de 2016 debería situarse cerca de $ 15. "Lo importante es ajustar de una, no hay chance de ser gradual", remarcó.
La mayoría de los economistas prefiere no revelar el dólar que esperan para el primer trimestre de 2016, sobre todo sin saber aún quién será el próximo Presidente. Asi desde Ecolatina, el economista en jefe Lorenzo Sigaut Gravina, destacó "un escenario dicotómico respecto del tipo de cambio oficial esperado para principios de 2016".
Si el próximo presidente electo decide tratar de unificar el mercado cambiario, levantando buena parte de las restricciones cambiarias, puede haber un salto del dólar oficial a $ 14 en el verano de 2016. En cambio, si el próximo presidente electo decide mantener el cepo cambiario, vemos una aceleración de la tasa de depreciación del dólar oficial no menor al 2% promedio mensual", explicó. "No descartamos un escenario mixto en que se convalida un salto del tipo de cambio oficial más acotado ($ 12) y luego se mantiene una depreciación del dólar oficial más en línea con la inflación", argumentó.
En esa sintonía, el director ejecutivo de Libertad y Progreso, Aldo Abram, remarcó que "si gana Scioli lo subirán en torno a 25% pero si gana Macri va a haber una liberación del tipo de cambio. Hay que saber cuántas reservas van a dejar en el Banco Central para defender el valor del peso. Si por ejemplo el Banco Central lo dejan con u$s 27.000 millones, es probable que la devaluación a lo largo de todo el año sea de 65% y la mayor parte se va a dar en el primer trimestre. Calculo que estará alrededor de $ 16 para marzo", estimó Abram.
Por otro lado en Empiria Consultores, que dirige Pedro Rabasa, calculan que un dólar a $ 15 o un poco menor reflejaría un precio lógico de unificación cambiaria descontado por las tasas de interés vigentes mientras que un dólar oficial superior a $ 16 es "exagerado".