EL MINISTERIO de Hacienda comprometió fondos por US$ 600 millones para capitalizar Codelco, medida que justificó “teniendo a la vista el informe de avance del Plan de Negocios y Desarrollo” que entregó la compañía, y “todos los esfuerzos que ha hecho por la contención de costos”. Con ello el Gobierno asegura que la empresa mantendrá una posición financiera sana.
La administración de Codeco ha asegurado que se encuentra en una suerte de “economía de guerra”, como una forma de contener costos para hacer frente al desplome que ha experimentado el precio del cobre, lo que ha impactado fuertemente sus utilidades. Así, se ha hecho ver que en el último año la compañía ha desvinculado a más de cuatro mil trabajadores. Entre ellos, figura la salida de ejecutivos y 350 supervisores, como también mineros, si bien en este último caso tiene que ver con planes de retiro voluntario. Asimismo, el plan de inversiones previsto hasta 2025 se habría recortado en unos US$ 3 mil millones, para quedar en US$ 22 mil millones.
Sorprendentemente, el presidente ejecutivo de la firma ha reconocido que la desvinculación de estos cuatro mil trabajadores ha sido posible sin afectar la productividad de la empresa; incluso ésta se habría incrementado. Este antecedente llama la atención, pues resulta sorprendente que un recorte de personal de esta magnitud no tenga impacto alguno. En la medida que incluso fue posible aumentar la producción, parece evidente que la empresa tenía una sobredotación, y cabe preguntarse si la actual nómina de personal responde a los verdaderos requerimientos productivos de la compañía.
Lamentablemente, no parece haber espacio para discutir los requerimientos de dotación así como otros aspectos estructurales de la compañía, pues la empresa se encuentra cooptada por sus sindicatos -que hasta ahora no han mostrado disponibilidad para renunciar al pago de millonarios bonos-, y su directorio responde antes que nada a sensibilidades políticas. Una reciente evidencia de esta realidad tuvo lugar ayer, cuando en ceremonia celebrada en La Moneda los trabajadores y administración suscribieron el “Pacto Estratégico por Chile”. Si bien ambas partes se comprometen a hacer esfuerzos para alinearse en torno a objetivos comunes, el presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre señaló que “no aceptarán despidos por necesidades de la empresa”. Es indudable que Codelco debe hacer todos los esfuerzos por preservar su personal más capacitado, pero ninguna compañía que pretenda administrarse profesionalmente puede prescindir de su propia realidad financiera.
Tampoco ha existido disponibilidad para analizar la viabilidad de ciertas divisiones, como el caso de El Salvador; asimismo, se ha desechado cualquier posibilidad de abrir parte de la empresa a capitales privados. Su plana ejecutiva ha hecho ver que es indispensable que Codelco invierta prontamente si acaso quiere mantenerse como el principal productor a nivel mundial, pero la imposibilidad de profundizar en temas estructurales hace difícil calibrar la pertinencia de toda la cartera de inversión prevista. Por ello el Ministerio de Hacienda haría bien en hacer públicos los compromisos que ha suscrito Codelco, de modo que sea una evaluación independiente la que permita ponderar cuán profundos y efectivos han sido los recortes de costos anunciados y la viabilidad de su plan de inversiones.