En la provincia hay al menos cinco conflictos territoriales vigentes. Todos tienen como protagonistas a comunidades mapuche que disputan las tierras con crianceros, terratenientes y empresas petroleras. Esta semana se sumó el reclamo de crianceros de Plottier que fueron desalojados y no tienen donde continuar con su actividad económica.

Son disputas territoriales que tienen como trasfondo alguna actividad económica. Las comunidades mapuches exigen el reconocimiento de su preexistencia y su derecho ancestral. El relevamiento territorial, dispuesto por ley nacional, no ha tenido los efectos positivos esperados en la provincia. En los casos que se ha concretado el trabajo de campo, como en el de los Campo Maripe, el gobierno provincial no reconoció como válido el relevamiento. Por su parte, crianceros reclaman la necesidad de contar con tierras para sus animales, y los empresarios el derecho de desarrollar su actividad económica.

La comunidad Kaxipayiñ mantiene una disputa por más de 700 hectáreas en el istmo de los lagos Mari Menuco y Los Barreales. Allí la provincia aprobó en 2013 un proyecto para realizar un mega emprendimiento turístico y recreativo. El año pasado integrantes de la comunidad bloquearon el acceso al istmo exigiendo una solución. Vecinos del Yatch Club se manifestaron contra esta medida asegurando que no tienen como ingresar a sus casas de fin de semana.

Unos kilómetros más al norte, los Campo Maripe exigen el reconocimiento de su presencia ancestral en 11.000 hectáreas, la mayoría dentro del yacimiento Loma Campana, explotado por Chevron-YPF. Según el relevamiento realizado por antropólogos, referentes provinciales y mapuche hay "permanencia probada" de los Campo Maripe desde principios del siglo pasado. La comunidad ha realizado bloqueos y protestas en picadas y torres. Desde YPF aseguraron que buscan privilegios.

En Sauzal Bonito está la comunidad Wircaleo, que tiene constantes conflictos con el comisionado Zenon Sandoval, a quien acusaron de "encerrarlos" al bloquear tranqueras y cerrarles caminos.

Hacia el centro de la provincia las comunidades mapuche Felipin y Cayupan se pelean por la propiedad de tierras en cercanías al cerro Chachil. La Asociación de Crianceros de la zona centro denunció el año pasado que impidieron la veranda, y también tuvieron cruces –las comunidades– con los terratenientes Marta Pesqueira y Juan Rodolfo Ondetti.

En el sur se mantiene latente el reclamo de la comunidad Curruhinca por la propiedad de tierras en la base del cerro Chapelco. Allí hasta intervino la justicia porque a empresa Nieves de Chapelco pidió una medida cautelar al no poder realizar su actividad económica.