Para el asesor en Energía de Mauricio Macri, el aumento de 2,5 a 5 dólares aumentaría el déficit fiscal en u$s 1.500 millones y se preguntó de dónde saldrían esos fondos.
El asesor en materia de energía del candidato presidencial por Cambiemos, Mauricio Macri, criticó el acuerdo alcanzado antes de las elecciones para duplicar el precio del gas en el mercado interno, pasando de u$s 2,50 a u$s 5.
Mediante ese acuerdo, las principales provincias productoras buscaban atemperar la reducción de sus ingresos por regalías originada en la caída de la producción de petróleo, en particular la destinada a la exportación y la proveniente de áreas de alto costo como las de Vaca Muerta.
Además, era una forma de dejar espacio al próximo Gobierno para rebajar el precio interno del crudo (que ahora oscila entre u$s 63 y u$s 77), de modo que una eventual devaluación no se trasladara en forma total a los valores de los combustibles que paga el público.
En ese sentido, el ex titular de Shell y principal asesor enérgetico de Mauricio Macri, dijo en un reportaje publicado en El Inversor Online que no es "partidario de tener dos precios para un mismo producto", en relación con que u$s 5 sería el precio prometido para el llamado gas viejo, mientras para el nuevo, según lo producido en 2012, el Estado asegura con subsidios u$s 7,50.
Aranguren recordó que la eventual medida tendría un costo que aumentaría el déficit fiscal en u$s 1.500 millones y se preguntó de dónde saldrían esos fondos. "Debería negociarse un nuevo acuerdo sectorial" para el precio interno del petróleo mientras las cotizaciones internacionales se mantengan deprimidas, aunque sobre este punto no hay definiciones de Macri ni de los economistas que lo rodean.
Los que se encuentran en más dificultades son los trabajadores petroleros de la cuenca del Golfo de San Jorge, donde ya antes del resultado electoral las empresas anunciaron que darán vacaciones a todo el personal, a partir del 1 de diciembre, incluyendo las de este año, las adeudadas y los francos compensatorios.
Los sindicatos tampoco saben qué pasará con el reclamo que habían hecho para que se eximiera del Impuesto a las Ganancias los salarios de diciembre, aguinaldo y vacaciones, a cambio de aceptar el plan de las empresas. Además se acrecentaron las dudas de las entidades gremiales sobre el nivel de actividad a partir de mediados de enero, cuando se termine el período de vacaciones forzadas, según consigna también Silvia Peco, en una nota publicada en Ámbito Finaciero.
La incertidumbre en el plano nacional se da en un contexto internacional en el que se esperan dos años más de precios del crudo en torno a u$s 50.
Desde el sector de Mauricio Macri, faltn definiciones sobre si se buscará preservar la inversión y la actividad para reducir la importación de gas y combustibles, o si se utilizará la baja de valores internacionales para promover las compras al exterior como un mecanismo antiinflacionario.
Tampoco hay precisiones de Cambiemos sobre el futuro de YPF: se le asegurarán ingresos como desde la reestatización para que pueda invertir, o si se privilegiará un aumento del endeudamiento.
La definición se escuchó días atrás de boca de Juan José Aranguren, ex presidente de Shell, hoy al mando de los equipos técnicos que trabajan sobre la política energética para Mauricio Macri. "No estamos empezando a trabajar ahora, sino que lo hacemos desde hace rato para cambiar la manera de administrar la energía desde el primer día [de gobierno]", afirmó. En el mismo diálogo, aclaró: "Que tomemos medidas desde el primer día no quiere decir que sean mágicas".
La tarea de Aranguren encierra una paradoja: cree que su trabajo consistirá en desandar los desaguisados que tejió en los últimos años principalmente el ministro de Planificación, Julio De Vido, como la caída sistemática en la producción de hidrocarburos, la escasez de energía, la creciente importación y la proliferación de los cortes de luz. De Vido, a su vez, considera al ex empresario petrolero lo más cercano a su némesis.
El equipo de trabajo de Cambiemos dividió el mapa de necesidades energéticas en dos: las importantes y las urgentes. Entre las últimas sobresale el reordenamiento de los marcos regulatorios de casi todas las actividades, en especial las relacionadas con la prestación de servicios públicos, como el gas y la electricidad, el segmento que domina las preocupaciones de los técnicos de la alianza.
En agosto de 2005, el Gobierno firmó con la distribuidora Edesur un acta acuerdo en el marco de la renegociación de su contrato de concesión, que se había quebrado en 2002 con la sanción de la ley de emergencia económica, la pesificación y el congelamiento de tarifas. Néstor Kirchner ratificó en enero de 2007 el documento, que contemplaba la realización de una revisión tarifaria integral, algo que nunca se hizo.
El caso de Edenor es similar, al igual que el resultado de la misma práctica sobre ambas empresas. Hoy, las eléctricas no cuentan con fondos suficientes para funcionar, por lo que requieren la transferencia de recursos del Estado para el pago de sueldos.
Además, acumulan una deuda millonaria con Cammesa, la compañía administradora del mercado, que actúa de mediadora entre las generadoras y las distribuidoras. El Gobierno también les transfiere fondos y organiza la reparación de las instalaciones a través de las que se presta el servicio público. Toda esa situación se tradujo en incrementos en la duración y la cantidad de cortes de luz en los últimos años.
Una de las alternativas que maneja Cambiemos es pasar el control de los servicios públicos de la ciudad de Buenos Aires a la órbita porteña, algo que el kirchnerismo nunca quiso concretar.
El segundo punto en la lista de urgencias es la reasignación de subsidios, que entre los economistas señalan como uno de los ítems responsables del creciente déficit fiscal (hasta agosto se fueron por esa vía 99.282,5 millones de pesos).
Aunque los principales candidatos a la presidencia reconocieron su peso sobre la economía, Cambiemos fue el único que esgrimió una propuesta concreta. Semanas atrás, Aranguren sostuvo: "Pensamos que las familias carenciadas que los necesiten van a tener un block de consumo de 150 kilowatts por hora por mes que va a ser gratuito". En otros términos, que la electricidad no les costará nada si consumen esa porción. Pero el resto debería pagar, por lo menos, lo que cuesta llevar la energía a las casas.
Aranguren trabaja desde hace meses con un equipo en el marco de la Fundación Pensar, el think tank de Pro. Lo acompañan, entre otros, Sebastián Scheimberg, economista de la Universidad de Buenos Aires especializado en regulación energética, que a su vez trabaja en la consultora del ex secretario de Energía Daniel Montamat, una de las principales voces en temas energéticos del radicalismo, socio de Pro en Cambiemos. También Andrés Chambouleyron, economista e ingeniero.
Cambiemos dividió las áreas de trabajo en seis: petróleo y gas; electricidad; energías renovables; nuclear; planeamiento y ahorro, y eficiencia. Esas nominaciones son, a su vez, las posibles divisiones de un potencial equipo para atender la política para el sector.
El equipo técnico de Cambiemos le dedicará un capítulo especial al futuro de YPF, la mayor compañía de la Argentina y dueña del 40% de la oferta local de hidrocarburos. La continuidad de Galuccio no está confirmada. Si se queda, el actual presidente y CEO de YPF debería convivir con algunos límites a los que no está acostumbrado, al menos desde que ocupa el timón de la empresa.
Los equipos de Macri tienen definida la separación de sus cargos. Es decir, quien ocupe el lugar del CEO no desempeñará la presidencia porque, según consideran, el primero debe ocuparse del día a día de la empresa, y el segundo, de las relaciones internacionales.
El ex presidente de Shell lo dijo días atrás: "No tiene sentido que el CEO de YPF se siente con Putin [Vladimir, el primer ministro ruso]. Ésa es tarea para un presidente".
Los papeles de trabajo de Cambiemos recuerdan que la petrolera estatizada es una sociedad anónima y no del Estado, por lo que debe actuar según el interés de todos sus accionistas y no sólo de uno de ellos. Aranguren cree que Galuccio podría continuar si demuestra que todo lo que hizo desde el piso 32 de la torre de Puerto Madero fue en interés de la compañía y tiene un plan de negocios convincente.
Las medidas "importantes" apuntan al largo plazo. Entre otras cosas, una eventual presidencia de Macri buscará fomentar el desarrollo de una matriz energética donde sus distintas versiones no compitan, sino que se complementen, de manera que le abriría la puerta al desarrollo de recursos como la hidroelectricidad y la energía nuclear, pero más aun a los renovables.