Alfredo Marchioli

El 12 de septiembre pasado los sanjuaninos, principalmente los habitantes de la localidad de San José de Jachal, estuvieron sumergidos en la angustia y la zozobra, tuvieron un gran susto! Recibieron mediante mensajes de texto y WhatsApp la noticia de que en el emprendimiento minero Veladero se había producido el derrame de una solución cianurada y ponía en alerta no utilizar el agua para ninguno de los usos frecuentes: higiene, ingesta, cocina, etc.
 
Con el transcurrir de las horas la noticia tuvo repercusión nacional e internacional, producto del silencio del gobierno provincial -encargado del contralor minero-ambiental- y de la escasa comunicación de la empresa minera, un caldo de cultivo para las hipótesis -algunas fantasiosas- como consecuencia de la presión social ejercida por la necesidad de información.
 
Recién el 14 de septiembre, 48 horas después, hubo un comunicado oficial emitido por la empresa concesionaria Barrick que manifiesta “El día de ayer,Veladero reportó un incidente derivado de la rotura de una válvula de una cañería que conduce solución cianurada, desde la planta de procesos hacia el valle de lixiviación […] se procedió a dar inmediato aviso a las autoridades provinciales competentes”.
 
En una primera instancia se informó que se habían derramado unos 15.000 litros, luego 224.000 y al final más de 1.000.000 litros.
 
La solución cianurada es agua con cianuro en proporciones que varía del 0,2 º% (por mil) al 1 º%, según el punto de referencia del sistema cerrado.
 
¿Qué es el cianuro y para qué se usa?
 
Es un anión monovalente constituido por carbono y nitrógeno, que conforma compuestos orgánicos de muy alta toxicidad. El grado de toxicidad está asociado a su manipulación directa, ya que debido a su volatilidad y fácil degradación natural con la luz solar por oxidación es una amenaza para una reducida superficie cercana al punto de emisión.
 
En minería se lo utiliza para disolver las partículas de oro contenidas en las rocas que son expuestas a la lixiviación por la solución cianurada. Es decir, la solución que debe ser conservada y tratada, es la materia prima para la recuperación de oro. Hay innumerables actividades que también lo utilizan como: industria, curtiembre y galvanoplastia.
 
Como podrá observar el lector, los procesos con cianuro ponen más en riesgo la salud de los trabajadores que lo manipulan que el entono ambiental por su rápida degradación.
 
Con esta información estamos en condiciones de hacer algunas inquietudes asociadas a las causas -no del derrame- sino del miedo y desconfianza de la población.

• Porqué la población del área de influencia directa no ha sido instruida en las características y el comportamiento de esta sustancia?

• Si estos accidentes son posibles porqué no se desarrollan programas de contingencia comunitarios -no tan solo los planes operativos- sino programas como el APELL de las naciones unidas destinados a la preparación de la población para minimizar las pérdidas humanas y materiales anta la posibilidad de una catástrofe o evento accidental que se pueda originar a partir del funcionamiento de industrias de alta complejidad?

• Porqué no hubo claridad en la cantidad derramada?

• Porqué hubo tanta demora en brindar la información?

Claramente estas interrogantes resolverán las causas del miedo y las angustias, de la confusión y la desconfianza, de la pérdida de credibilidad de la empresa y sobre todo en el gobierno, quien debe ser el garante de que la actividad se lleva a cabo sin comprometer la salud de los habitantes, de los trabajadores, de la flora y la fauna.
 
Esta situación hace recordar lo sucedido en Diciembre de 2006 en la provincia de Catamarca, donde con idas y vueltas, entre la empresa Minera AlumbreraLtda. y el entonces Gobierno, no informaron adecuadamente sobre la presencia de un derrame de concentrado en la zona de Ampujaco, Dpto. Belén, puesto cercano al límite interdepartamental con Andalgalá.
 
En ese entonces la empresa desmintió la ocurrencia de un derrame en donde días posteriores tuvo participación la fiscalía de Belén donde se halló la presencia de una gran cantidad de concentrado.
 
Luego, los estudios realizados permitieron determinar que la zona estaba afectada con la presencia de cobre, que con las lluvias posteriores, los terrenos fueron removidos naturalmente logrando una dilución de las concentraciones a valores tolerables por el ambiente.
 
Estos dos casos de conmoción social: el protagonizado por la empresa Barrick mediante el derrame de solución cianurada y, el antecedente, de Minera Alumbrera con el derrame de concentrado; deberían incentivar a la reflexión de los directivos y funcionarios de los organismos de contralor sobre las medidas de comunicación social que debe implementarse para contar con la tranquilidad, la confianza y sobre todo la licencia social para la actividad minera.
 
La alteración de las emociones sociales es también un impacto que debe ser gestionado mediante medidas de prevención, mitigación y corrección socio-ambiental.
 
* Por Lic. Alfredo Marchioli