Enel confirmó ayer los rumores que circulaban desde hacía tiempo sobre una posible absorción de su filial de energías renovables, Enel Green Power (EGP). En un comunicado a la CNMV, al hilo de la información publicada por El Confidencial, el grupo italiano reconocía que los consejos de administración de ambas empresas “han empezado a examinar la posibilidad de una integración corporativa”.
El grupo energético que dirige Francesco Starace quiere alcanzar el 100% de EGP pero deja claro que no habrá una opa de exclusión de Bolsa, pese a que tiene un 70% del capital y que el restante 30% está en manos de accionistas minoritarios. Para eludir dicha opa, Enel se acogerá a una figura legal italiana denominada escisión parcial no proporcional, indican fuentes conocedoras de la operación. Esto supone que los accionistas o venden sus acciones o las canjean por otras de Enel, no pueden mantener su propiedad como ocurre con la opa.
A mediados de noviembre Enel y EGPconvocarán sendas juntas extraordinarias que se celebrarán dos meses después, a mediados de enero. Los accionistas que no estén dispuestos a cambiar sus acciones por otras de la matriz, podrán vender directamente sus títulos a un precio equivalente a la media del valor de las acciones de EGP en los seis meses previos a la convocatoria de la junta. El valor promedio del último semestre, hasta hoy, es de 1,75 euros por acción. Con un precio en su salida a Bolsa hace cinco años de 1,60 euros, las acciones cotizaron ayer a 1,93 euros, tras subir un 3,7%.
Enel, que tiene previsto presentar un nuevo plan estratégico en Londres a mediados de noviembre, según fuentes del mercado, espera concluir la integración de EGP a finales de marzo.
La transacción se sustanciará mediante una ampliación de capital para entregar nuevas acciones a los inversores que acepten la operación y que pasarán a ser accionistas directos de Enel. Por el momento, se desconoce el montante de dicha ampliación, que dependerá de las opciones que elijan los inversores.
¿Por qué se trata de una escisión no proporcional? Porque EGP se escindirá en EGP Italia (en la que Enel tendrá el 100% del capital) y EGP Internacional (que se repartirá al 50% entre Enel y los accionistas minoritarios). Estos recibirán estas acciones de la filial internacional “solo virtualmente” y, finalmente, se intercambiarán por acciones de Enel. De esta manera, la italiana se hará con el control absoluto.
Una vez excluida de Bolsa, la intención de Enel es mantener su filial verde como una compañía independiente, con identidad propia y seguir su expansión en nuevos mercados. En el caso de Endesa, que tiene el 40% de la filial EGP España, todo seguirá igual.
Hasta ahora, el grupo ha consolidado el 100% de la deuda de EGP y ha recibido el 68% de los beneficios. Tras la operación recibirá el 100% de los mismos.
JP Morgan y Credit Suisse son los asesores de Enel en la operación y Barclays y Mediobanca, de EGP. Por su parte, Endesa ha contado con la asesoría legal del despacho de Garrigues.
Aunque los responsables de Enel habían asegurado públicamente en más de una ocasiones que su grupo no seguiría los pasos de Iberdrola, que excluyó de Bolsa a su filial de renovables con serias perdidas para los accionistas minoritarios, finalmente, ha decidido tomar el control total de EGP y sacarla de Bolsa.
En este caso, los minoritarios no tendrán la opción de seguir en el capital (pues no habrá opa de exclusión), pero al menos no registrarán pérdidas: los títulos de EGP salieron a Bolsa en 1,6 euros y los inversores podrían recibir 1,75 euros por cada uno (este es el valor promedio de los últimos seis meses, aunque el cálculo real se deberá hacer a mediados de noviembre).
Fuentes del mercado atribuyen la decisión de Enel a que “el contexto de de mercado en el que operan las compañías de renovables es hoy muy diferente al que existía en 2010”, cuando comenzó a cotizar en Bolsa. Ahora, tanto en los mercados maduros como emergentes, está surgiendo un nuevo modelo de negocio en el que pesan factores como la generación distribuida, la eficiencia energética, la movilidad eléctrica o los sistemas de almacenamiento de energía. Todo ello requiere una fuerte integración con las redes y la generación convencional.
En el caso de España, además, los recortes en la retribución incluidos en la reforma eléctrica y la moratoria verde han hecho perder el atractivo de este tipo de energías.
Desde su salida a Bolsa en 2010, la filial de renovables de Enel ha aumentado su capacidad instalada de 5,8GWh a 10 GWh y el ebitda ha pasado de 1.300 millones a 1.800 millones. A pesar de este crecimiento, los accionistas han visto cómo el valor de su inversión se ha mantenido “sustancialmente plano”, opinan fuentes empresariales.
Enel, accionista de control de Endesa, ha decidido poner término también a su aventura en el mercado español de las energías renovables. La multinacional dirigida por el Estado italiano ha ultimado de manera definitiva la hoja de ruta orientada a asegurar la propiedad del 100% de Enel Green Power (EGP) dentro de una estrategia que tiene repercusiones directas en la bolsa española, donde la filial verde viene cotizando sus acciones desde hace cinco años. Los cambios regulatorios adoptados por el Ministerio de Industria han espantado las expectativas de negocio en un sector acostumbrado a vivir de las ayudas públicas.
El Estado italiano parece convencido de que ‘la fábula verde’ de la España anterior a la crisis es irrepetible, cuando menos en el actual marco legislativo impuesto por el Gobierno del Partido Popular para sanear el sistema eléctrico. El panal de miel, representado por las multimillonarias primas a las energías renovables, ha quedado seco tras los recortes llevados a cabo por la reforma energética del ministro José Manuel Soria y su secretario de Estado, Alberto Nadal. Así lo ha entendido la dirección de Enel, como se deduce de la singularoperación ‘apaga y vámonos’ que está siendo asesorada por el bufeteGarrigues.
El plan de Enel supone un cambio en la estructura accionarial de Enel Green Power apelando a una figura exclusiva de la normativa italiana que consiente lo que se denomina en el país transalpino una escisión parcial no proporcional. A partir de este vericueto legal, la empresa estatal pretende hacerse con el 100% del capital de su filial, en la que ahora posee cerca del 70%. El restante 30% de las acciones corresponde al 'free float' en bolsa, incluyendo la participación en manos de particulares españoles, que, de acuerdo con los registros de asignación inicial, suponen un total de 13.000 inversores.
La multinacional italiana Enel quiere hacerse con el 100% de su filial Enel Green Power sin tener que lanzar una OPA de exclusión en España
La multinacional italiana trata de ahorrarse el coste, económico pero también administrativo, que supondría el lanzamiento de una opa de exclusiónsiguiendo las directrices de la Ley del Mercado de Valores en España. Enel entiende que el porcentaje real de acciones de EGP que se negocian en las bolsas de nuestro país ni siquiera llega al 1% y propone como contrapartida un mecanismo de protección para los socios minoritarios, a los que la legislación italiana otorga un derecho de venta de sus títulos a un valor fijado sobre la media de precios de los seis meses anteriores a la convocatoria de la junta general que ha de aprobar la operación.
El calendario previsto por Enel para fagocitar su filial de energías renovables se pondrá en marcha a mediados de noviembre con la difusión de los anuncios de las asambleas de accionistas, que se celebrarán dos meses más tarde, esto es, en la primera quincena de enero. El periodo previsto para el ejercicio del derecho de separación de los accionistas que no hayan votado a favor del acuerdo concluirá a finales de enero, en tanto que el término final para la oposición de los acreedores finalizará a mediados de marzo. A finales de marzo se completará la operación, que supondrá la exclusión de bolsa de EGP.
De acuerdo con los estudios de viabilidad del proyecto, que han sido comunicados al Ministerio de Industria, la actual Enel Green Power trasladará a Enel SpA. todas las participaciones extranjeras integradas en la 'holding' financiera EGP Internacional. La matriz italiana ampliará capital con el fin de destinar las nuevas acciones como contrapartida de pago a los titulares minoritarios de Enel Green Power. En definitiva, Enel se convierte en socio único de su filial con propiedad plena sobre todos los negocios en el extranjero. Los minoritarios de Enel Green Power pasarán a ser accionistas de Enel SpA., cuyos títulos solo cotizarán en la bolsa italiana.
El Gobierno considera que la batalla contra Enel está perdida desde que se consintió que Endesa fuera adquirida por una empresa de un Estado extranjero
La operación que se plantea, salvando las distancias en sus términos económicos, recuerda en parte a la integración efectiva de Endesa y sus antiguas filiales latinoamericanas en el perímetro de consolidación de Enel. La multinacional italiana compensó el pago de la compra, fijado en 8.500 millones de euros, con el reparto de un suculento dividendo por parte de la empresa española, que fue a parar en gran medida a las arcas de la matriz. La multinacional italiana vuelve ahora a ingeniárselas para plegar velas con la flamante empresa de renovables, que en 2010 fue cotizada en las bolsas de nuestro país como prueba de reconocimiento y apuesta por el mercado español.
La jugada que se prepara no ha gustado nada en medios del Gobierno, donde consideran que Enel viene desde hace tiempo trabajando en este proyecto y ha lanzado su envite aprovechando el momento electoral en España y la escasa capacidad política que tiene ahora el Ministerio de Industria. En todo caso, las autoridades energéticas no parecen por la labor de dar una batalla menor que, en su opinión, está perdida desde hace tiempo. Casi desde el mismo momento,hace más de seis años, en que se consintió que la principal empresa eléctrica de nuestro país pasara a convertirse en la filial de una compañía controlada por un Estado extranjero.