María Eugenia Vidal dio la sorpresa y con Cambiemos se impuso en la elección de la provincia de Buenos Aires, convirtiéndose en la primera gobernadora bonaerense de la historia y en la primera no peronista desde el regreso de la democracia en 1983, cuando fue electo el radical Alejandro Armendáriz. Escrutado el 86,2% al cierre de esta edición, Vidal, en fórmula con Daniel Salvador, logró el 39,81% de los votos y superó a Aníbal Fernández, del Frente para la Victoria, que obtuvo el 34,81% de los sufragios. Tercero terminó Felipe Solá, de UNA, con el 19,2%.
Vidal redondeó una brillante elección en toda la provincia, y Cambiemos se adjudicó las intendencias de Mar del Plata, Bahía Blanca, Olavarría, Quilmes, Tres de Febrero y Morón (ver aparte), aunque principalmente, la candidata a gobernadora logró una histórica performance en La Matanza, el partido con mayor padrón de la Provincia, superando el 30% de los votos.
"Estamos tres puntos arriba", era la frase coincidente en el búnker del Frente para la Victoria y en el de Cambiemos cerca de las 22. El escenario había variado en sólo un par de horas: apenas habían cerrado las urnas, desde el kirchnerismo vaticinaban un triunfo de Aníbal Fernández por siete puntos, mientras que en el macrismo se resignaban a una "derrota digna" por tres puntos. Los datos de las escuelas del conurbano fueron llegando, los márgenes se acortaban, y las expectativas cambiaban, especialmente a medida que aparecían resultados resonantes en distritos que históricamente gobernó el peronismo y en los que los candidatos de Cambiemos se estaban imponiendo sobre los del FpV.
"Perdemos en La Plata, Mar del Plata, Bahía Blanca, Morón, Quilmes y Tres de Febrero", admitían rendidos en el kirchnerismo. Con el tiempo, las malas noticias siguieron llegando, y a los municipios mencionados se sumaban Vicente López, Pilar y Olavarría, entre otros, a la par de Lanús, donde al cierre de esta edición el camporista Julián Álvarez perdía por escaso margen contra Néstor Grindetti. A eso se sumaba la clara ruptura entre el sciolismo y La Cámpora. Mientras en el Luna Park estaba todo el núcleo duro del gobernador bonaerense, la juventud kirchnerista se encolumnaba en el Hotel Intercontinental, en pleno microcentro, detrás de Aníbal y su troupe.
Desde Cambiemos, en tanto, siempre fueron cautos, e incluso jugaron con la posibilidad de que Vidal había perdido por una diferencia escasa. Pero fue el discurso pensando a futuro de Scioli, y la ausencia de Aníbal, los que fueron modificando los estados de ánimos de ambos espacios.
Cuando Mauricio Macri y Vidal salieron a celebrar por la llegada del candidato presidencial al ballottage, en Costa Salguero ya sabían que las chances de que la vicejefa de Gobierno porteño fuera la próxima gobernadora bonaerense eran concretas. El triunfo de Vidal se empezó a consumar cuando el ministro de Justicia Julio Alak, en el inicio del lunes, anunció la publicación del 67% de los votos escrutados en todo el país, y de un 51% en Buenos Aires. Ese primer escenario mostraba a Vidal con el 39,92%, a Aníbal Fernández con el 34,54% y a Felipe Solá (UNA) con el 19,33%. Y, más allá de los triunfos en los distritos mencionados, con el 50% escrutado Vidal estaba logrando una gran elección en La Matanza, obteniendo el 31,74%, detrás de Aníbal, con el 42,32%. Ese porcentaje resultaba todavía más clave que las intendencias que sumaba Cambiemos.
A las 0.17, Vidal y Macri retornaron al escenario, pero fue directamente la electa gobernadora la que tomó el micrófono y gritó, exultante: "¡Ganamos la provincia!". Esa fue la parte más saliente de un discurso breve en el que reconoció que hizo "una elección extraordinaria" y arengó a los bonaerenses al grito de "¡Sí, se puede!". A los 42 años, pudo romper la histórica hegemonía peronista provincial.
La candidata a gobernadora bonaerense por Cambiemos, María Eugenia Vidal, se impuso anoche con casi el 39,62% de los votos. Hasta el cierre de esta edición, habían sido escrutadas en la provincia el 93,11 % de las mesas y daban una tendencia que parecía irreversible. Vidal, además de convertirse en la primera mujer de la historia en acceder a la gobernación, quebró la continuidad de peronismo en la provincia de Buenos Aires, que lleva 28 años en el poder.
"Hicimos posible lo imposible -gritó Vidal en el búnker de su partido-. Hicimos una extraordinaria elección en la provincia. Cambiamos tristeza por entusiasmo y alegría...pasado por futuro."
El candidato del Frente para la Victoria (FPV), Aníbal Fernández, obtenía el segundo lugar, con el 35,04% de los votos. El candidato a presidente oficialista, Daniel Scioli, en cambio, lograba anoche el primer lugar en la elección presidencial en la provincia, con el 36,73% de los sufragios, mientras que el candidato de Cambiemos, Mauricio Macri, se acercaba peligrosamente con el 33,14 por ciento.
Esos números daban cuenta de un notorio corte de la boleta oficialista, que ya habían temido acertadamente en el oficialismo y que finalmente modificó el panorama político en la provincia de Buenos Aires. Varios dirigentes oficialistas depositaban gran parte de la responsabilidad de la débil elección en Aníbal Fernández.
Varios analistas y encuestadores consultados por LA NACION sostenían anoche que la intención de voto hacia la fórmula integrada por Aníbal Fernández y Martín Sabbatella se debió más a la tracción del candidato presidencial, Daniel Scioli, que al arrastre de la dupla bonaerense.
Las campañas de Fernández para las PASO -en las que superó a su rival interno Julián Domínguez- y para estos comicios generales habían sido empañadas por graves denuncias que dañaron aún más su ya alta imagen negativa.
Acaso ése fue el motivo de la escasa exposición pública que tuvo Fernández a lo largo de la campaña. Ayer tampoco apareció. Ya por la tarde, algunos dirigentes oficialistas del Gran Buenos Aires, inquietos por las encuestas en boca de urna, decían que si no les iba mejor en algunas intendencias era debido a una influencia negativa del candidato a gobernador kirchnerista, al que calificaron como "un ancla".
En Cambiemos ocurrió lo contrario: con una histórica elección, Vidal arrastró votos en favor de Macri. La candidata ya había mostrado su potencia electoral en las PASO, cuando resultó la más votada, con el 30% de los sufragios, aunque entonces no había superado la suma de los votos oficialistas.
Tras ese resultado, Macri se apoyó aún más en la imagen positiva de su candidata a gobernadora, que enfocó su campaña en recorridas por municipios clave, allí donde podía ganar y ayudar a que ganen los intendentes de su distrito. Eso le resultó natural a Vidal, una de las dirigentes de Cambiemos que más desarrollaron el contacto con los ciudadanos. De hecho, una de los principales focos de su carrera política fue la tarea social, desde que empezó a militar. Uno de los puestos clave en su carrera fue el de ministra de Desarrollo Social en la ciudad de Buenos Aires, que luego le permitió ser vicejefa del gobierno porteño.
Sus recorridas dieron un resultado notorio: anoche ganaba en La Plata, Bahía Blanca, General Pueyrredón, Pilar, Tandil, Morón -donde su marido, Ramiro Tagliaferro, vencía a Hernán Sabbatella, hermano del candidato a vicegobernador- y Lanús. Incluso, en los territorios de Fernández y Domínguez: Quilmes y Chacabuco. Vidal se imponía en 104 de los 135 distritos bonaerenses, en casi todas las secciones electorales menos en la tercera (ver aparte).
"Esta noche solamente quiero decirles gracias, un gracias enorme, un gracias gigante. Gracias por tanto amor, por la confianza, por haber estado ahí cada vez que fui a sus casas y haberme tendido su mano", dijo Vidal anoche.
"Yo los escuché, escuché su mensaje de hoy y sé que ese mensaje es de diálogo. No es de soberbia, es de humildad, de estar cerca y trabajar mucho. Como les dije antes: mañana [por hoy] voy a estar ahí. Voy a poner cuerpo y alma para que tengas la vida que te mereces. No voy a parar con Mauricio [Macri] y Gabriela [Michetti] hasta lograr que los vecinos de la provincia vivan mejor."
Otra de sus estrategias de campaña fue polarizar la elección, para intentar neutralizar al candidato de UNA, Felipe Solá, que pretendía dar una sorpresa. El ex gobernador bonaerense apuntaba a quebrar con la polarización entre el FPV y Cambiemos. Anoche, Solá había obtenido el 19,22 % de los sufragios.
Néstor Pitrola, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, se ubicaba en el cuarto lugar, con el 3,8% de los votos, y Jaime Linares, de Progresistas, en el quinto, con el 2,42%.
En la Cámara de Diputados bona- erenses, Cambiemos se imponía con el 38,52% de los votos, mientras que el FPV obtenía el 32,96 por ciento. En el Senado, los números eran inversos: 38,97% para el oficialismo y 34,04% para la fuerza liderada por Macri.
La Legislatura será uno de los escenarios más complejos para Vidal, si finalmente accede a la gobernación, como indicaba anoche la tendencia. Lo fue para Scioli, sobre todo durante su primer mandato, cuando no lograba consenso dentro de su espacio político. A Vidal le costará mucho obtener la primera minoría, pero esto dependerá de los reordenamientos y pases que se generen después del cambio de gobierno.
Reconoció la derrota y cargó culpas contra el periodismo y el "fuego amigo".Aníbal Fernández felicitó esta mañana a María Eugenia Vidal, flamante gobernadora de Buenos Aires, y cargó contra el periodista Jorge Lanata y su programa Periodismo para Todos, que publicó días antes de las primarias de agosto una investigación donde se lo vincula con el narcotráfico.
"Quiero felicitar a la señora Vidal y reconocer la derrota", dijo el ahora ex candidato apenas se encontró con los periodistas en la Casa de Gobierno, en su habitual rueda de prensa como jefe de Gabinete. Al instante, apuntó: "No podíamos saber el impacto que podría haber tenido la denuncia de Canal 13 y de la productora de Lanata".
Aníbal adelantó que su futuro podría dejar de estar en la política, luego de que el 10 de diciembre termine su cargo como ministro coordinador. "Quizás llegue el tiempo de dar un paso al costado", aventuró.
Rechazó ser el "mariscal de la derrota", cuando lo consultaron sobre el ajustado triunfo de Daniel Scioli sobre Mauricio Macri por apenas dos puntos. "No lo arrastré a él. Hay una diferencia de casi 600.000 votos. Yo voy a trabajar para Scioli de la misma manera que trabajé para mí, aunque hay razones de la derrota que seguramente puedo aportar yo mismo", dijo.
Aseguró que llevará una denuncia contra Lanata "hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos" y también habló de "fuego amigo", aunque no se explayó en nombres cuando los periodistas le consultaron si se refería a Julián Domínguez, con quien compitió en la interna del FPV en agosto.
"No tengo duda que hubo gente que pateó en contra", expresó el funcionario nacional, que además hizo referencia al importante corte de boleta que hubo en la provincia. "No me hagan decir nombre de todos los que han colaborado para esto", concluyó.
Clarin
Aníbal Fernández es la lengua mediática del Gobierno. Ante cada problema que surge para la gestión de Cristina, es el primero en dar la cara cada mañana antes de las 8. Sin embargo, esta vez se guardó: ante la derrota por la gobernación de la Provincia de Buenos Aires frente a María Eugenia Vidal, decidió salir sin hacer declaraciones del Hotel Intercontinental. Y por la puerta de atrás.
Los datos tardaron en llegar. Luego de las 12 de la noche, el ministro de Justicia, Julio Alak, y el director de la Cámara Nacional Electoral, Alejandro Tullio, anunciaron la sorpresa: Macri le ganaba a Scioli, y María Eugenia Vidal a Aníbal Fernández. La pelea en el territorio bonaerense se mostró incluso con más margen: la candidata de Cambiemos le sacaba alrededor de 5 puntos al jefe de Gabinete. Fernández brilló por su ausencia.
Quizás porque ya tenía la información antes de tiempo, Aníbal se guardó. El candidato a gobernador del FpV, frecuente vocero del Gobierno, se retiró sin hacer declaraciones del búnker del Frente para la Victoria, rodeado de militantes de La Cámpora. Con mucho hermetismo, Fernández huyó de los micrófonos que suele frecuentar.
La elección tenía una gran trascendencia para el jefe de Gabinete. Cuando emitió el sufragio en Quilmes, declaró: "Es el hecho político más importante de mi vida". Lejos debía estar en su horizonte de expectativas perder la elección frente a María Eugenia Vidal, la elegida por Mauricio Macri en la Provincia de Buenos Aires.Un terreno que el jefe de Gabinete debe conocer bastante bien.